Ilie Oleart

El faraón que convirtió el Cottage en su pirámide

Tras más de quince años al frente del Fulham, el egipcio Mohamed Al Fayed ha decidido dar un paso al costado y ha vendido el club a Shahid Khan, estadounidense propietario de los Jacksonville Jaguars de la NFL. Al Fayed compró un club moribundo de tercera división por 6,25 millones de libras y deja un club asentado en la Premier.

 
Superados los 80 años, Al Fayed se ha ido deshaciendo de sus activos más preciados. En 2010, vendió los almacenes Harrods al emir de Catar por 1.500 millones de libras, tres veces más de lo que pagó en su día por ellos. La siguiente propiedad de la que se ha deshecho ha sido el Fulham, un club que adquirió en 1997 por la módica cantidad de 6,25 millones de libras cuando estaba en tercera división y que ha asentado en la Premier League.
 
De Alejandría a Londres
 
Al Fayed nació en Alejandría a principios de 1929, en una época en que Egipto se encontraba todavía bajo tutela británica, un factor que pesaría en su formación y su posterior trayectoria profesional. Aunque su padre era profesor de primaria, el interés del joven Al Fayed nunca se dirigió hacia el mundo académico. Desde la infancia demostró un talento natural para los negocios, como demuestra el lanzamiento de su primera aventura empresarial: la venta de limonada casera en la escuela.
 
A los 25 se casó con la hermana de su jefe, el traficante de armas saudita Adnan Khashoggi, Samira. Pero la relación no funcionó y la pareja se divorció solo dos años más tarde. Eso sí, después de haber dado a luz al único hijo de la pareja, el malogrado Dodi.
 
Fayed y sus dos hermanos varones, Ali y Saleh, fundaron una compañía naviera en Egipto que luego trasladarían a Génova, Italia, además de abrir oficinas en Londres. Tras una aventura empresarial fallida en Haití, Fayed se mudó a la capital inglesa a principios de los años 60. Fue a mediados de esa década cuando sus negocios despegaron gracias a las relaciones con algunos personajes clave, incluyendo el jeque Rashid al Makhtoum de Dubai y el Sultán de Brunei, Omar Ali Saifuddien III.
 
La notoriedad pública, sin embargo, no llegaría hasta finales de los 70 con la compra de algunos activos de renombre. En 1979, Fayed compró el hotel Ritz de París por 30 millones de dólares, una propiedad que todavía posee. En 1984, compró junto con sus hermanos un 30% del grupo propietario de los famosos almacenes londinenses Harrods. Al año siguiente comprarían el 70% restante por 615 millones de libras.
 
La compra de Harrods le enfrentó al empresario inglés Tiny Rowland, que llegó a exigir una investigación sobre el egipcio. La revista satírica Private Eye le calificó como el «faraón impostado» porque se añadió la partícula «Al» delante de su apellido original, Fayed. Los medios le describieron como un arrivista dispuesto a cualquier cosa con tal de medrar y el egipcio jamás rechazó un enfrentamiento. Todas esas desavenencias con el poder fueron posiblemente lo que provocaron que las autoridades británicas le denegaran la ciudadanía por dos veces, primero en 1994 y luego en 1999. Una negativa que provocó más de una vez los cánticos de «Give him a passport» («Dadle un pasaporte») entre los aficionados del club.
 
La aventura futbolística
 
Al Fayed adquirió el Fulham en 1997 por la módica cantidad de 6,25 millones de libras cuando estaba en tercera división. Muchos afirmaron que la compra escondía un negocio inmobiliario, que el único interés del empresario era adquirir los terrenos sobre los que se asienta Craven Cottage, a orillas del Támesis, valorados en la época en más de 100 millones de libras. Pero esos lúgubres presagios jamás se plasmaron.
 
El egipcio fue expeditivo. Nada más llegar afirmó que su intención era convertir el club en el Manchester United del sur y situarlo en la Premier League en un plazo de cinco años. Para ello, contrató a Ray Wilkins como técnico y a Kevin Keegan como director deportivo. El primero dimitió al cabo de un año y Keegan tomó las riendas del equipo, al que ascendió a segunda división la temporada siguiente tras sumar 101 puntos de 138. El equipo estuvo liderado por Paul Peschisolido, máximo goleador del equipo, que había llegado procedente del West Brom por 1,1 millones de libras, y el capitán Chris Coleman (actual entrenador de la selección galesa), que un año más tarde sufriría un trágico accidente de coche que acabó con su carrera deportiva. Otro trágico accidente acabó con la vida del hijo mayor de Al Fayed, Dodi, pocos meses después de comprar el club.
 
Keegan dejó el club para dirigir a la selección y tras una breve etapa con Paul Bracewell al frente, el francés Jean Tigana fue el responsable de lograr el ansiado ascenso a la Premier League en 2000-01. Era el tercer ascenso en cinco temporadas. El club había logrado alcanzar la élite con un año de antelación sobre el plan previsto y por primera vez desde 1968.
 
El equipo arrasó de nuevo en esa temporada, sumando de nuevo 101 puntos de 138. Los Cottagers son el único equipo de la historia del fútbol inglés en haber superado la barrera de los cien puntos en más de una ocasión. Los fichajes de Tigana, incluyendo un joven Louis Saha, resultaron determinantes.
 
El Fulham alcanzó la decimotercera plaza en su primera temporada de vuelta en la élite. En 2002-03 y 2003-04, el club se mudó temporalmente a Loftus Road, el estadio del Queens Park Rangers, mientras Craven Cottage era reformado para eliminar las zonas de pie.
 
A falta de cinco jornadas para el final de la temporada 2002-03, Fayed despidió a Jean Tigana con la amenaza del descenso todavía viva y apostó por Chris Coleman. El exjugador sumó 10 puntos de 15 posibles y evitó el descenso. Como premio, Fayed le nombró técnico permanente para la temporada siguiente, en que Coleman guió al club hasta la novena posición, a pesar de que los Cottagers vendieron a su estrella Louis Saha al Manchester United por 13 millones de libras, un récord para el club.
 
En 2004-05, Coleman volvió a liderar al club hasta una satisfactoria decimotercera plaza, una posición que mejorarían en un lugar la temporada siguiente. A pesar de los buenos resultados, Coleman fue despedido en la recta final de la temporada 2006–07. Su sustituto fue el norirlandés Lawrie Sanchez, que evitó el descenso gracias a una victoria por 1-0 frente al Liverpool en la penúltima jornada.
 
A pesar de una inversión millonaria en el verano de 2007 (Aaron Hughes, Steven Davis, Diomansy Kamara, Chris Baird, David Healy, Paul Konchesky, Lee Cook, Dejan Stefanovic y Hameur Bouazza llegaron por más de 24 millones de libras), Sanchez solo logró dos victorias en liga hasta Navidad y fue despedido con el club en zona de descenso. Al Fayed apostó entonces por un técnico veterano que transformaría el club: Roy Hodgson.
 
Aunque los inicios no fueron precisamente fáciles. Hodgson tardó un mes en lograr su primera victoria gracias a un gol de falta de Jimmy Bullard. El técnico inglés no logró enderezar el rumbo del equipo y casi rompe a llorar durante la rueda de prensa posterior a una derrota en casa por 1-3 ante el Sunderland, rival directo para la salvación. Todos los analistas dieron por descendidos a los Cottagers. Excepto Hodgson.
 
La reacción llegó en el momento más inesperado. En la antepenúltima jornada de liga, el Fulahm perdía 2-0 al descanso ante el Manchester City y debido a otros resultados, el club estaba descendido matemáticamente. Pero la entrada del criticado delantero senegalés Diomansy Kamara transformó el partido. Kamara marcó dos goles y el Fulham logró una sorprendente victoria por 2-3. La semana siguiente, el equipo de Hodgson ganó en casa al Birmingham, un rival directo, y dejó la salvación en sus propias manos: una victoria ante el Portsmouth era suficiente.
 
Pero de nuevo las cosas se volvieron a torcer. A falta de un cuarto de hora para acabar el partido en Portsmouth, con Birmingham y Reading ganando cómodamente sus partidos, el Fulham estaba matemáticamente descendido de nuevo. Pero a los 76 minutos, Jimmy Bullard lanzó una falta que encontró a Danny Murphy, cuyo remate de cabeza acabó en el fondo de las mallas, asegurando la victoria y la salvación, y desatando la locura entre los miles de aficionados visitantes.
 
La temporada siguiente, el Fulham alcanzó su mejor posición en liga, un séptimo lugar que le dio acceso a la primera edición de la Europa League. Pero esa hazaña sería superada la temporada siguiente.
 
La 2009–10 fue posiblemente la temporada más exitosa en la historia del club. Los Cottagers alcanzaron los cuartos de final de la FA Cup por segundo año consecutivo y acabaron en duodécima posición en liga. Pero si por algo será recordada la temporada, fue por la histórica trayectoria del equipo en la Europa League. El equipo de Hodgson alcanzó la final tras dejar en el camino a clubes como Hamburgo, Shakhtar Donetsk o Basilea. Aunque la eliminatoria más recordada fue la que enfrentó a los Cottagers con la Juventus en octavos de final. En la ida, los ingleses perdieron en Italia por 3-1 y comenzaron perdiendo por 0-1 en la vuelta. Sin embargo, los goles de Clint Dempsey, Bobby Zamora y Zoltan Gera (por partida doble), acabaron por doblegar a los italianos en la noche europea más recordada de Craven Cottage.
 
Sin embargo, en la final, los Cottagers cayeron por 2-1 en la prórroga ante el Atlético de Madrid y a final de temporada, Hodgson dejó el Fulham para fichar por el Liverpool. Mark Hughes fue el elegido para sustituirle pero solo cumpliría una de las dos temporadas que firmó. El club finalizó en octavo lugar y accedió de nuevo a la Europa League a través del juego limpio de la UEFA.
 
El holandés Martin Jol reemplazó a Hughes en el verano de 2011. Su primera temporada en el cargo estuvo plagada de altos y bajos. El equipo cayó en la fase de grupos de la Europa League pero se quedó a un punto de igualar su récord de puntos en la Premier. La temporada pasada, los Cottagers alcanzaron una respetable duodécima plaza.
 
Durante estos más de quince años en Craven Cottage, Al Fayed ha inyectado en el club 187 millones de libras en forma de préstamos sin intereses. El pasado mes de enero, Al Fayed convirtió esos préstamos en acciones en el club, dejándolo a la práctica libre de deuda.
 
En una época en que muchos de los dueños de los clubes de la Premier League ni siquiera viven en Europa, la figura de Al Fayed ha acabado siendo elogiada por los medios de comunicación y reverenciada por sus propios aficionados. Sus tradicionales paseos por el césped bufanda en ristre antes de los partidos en el Cottage para saludar a los presentes y su colorista actitud le han convertido en uno de los personajes característicos del fútbol inglés. Como recuerdo de su paso por el club quedará para siempre la estatua de Michael Jackson erigida fuera del Riverside Stand en memoria de la presencia del cantante en el estadio con ocasión de su presencia en un partido ante el Wigan. Los caprichos del faraón.
 

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Ilie Oleart