Muy pronto se puso el partido de cara para el West Ham cuando en el minuto seis un balonazo en largo de Jussi Jaaskelainen desde su área cayó directo a Momo Diamé, libre de marca a diez metros de la puerta defendida por David Stockdale. El centrocampista africano se revolvió bien y batió al portero del Fulham.

 

El gol de los Hammers dejó muy tocado al Fulham, que no sabía como hincarle el diente a los de Sam Allardyce, que manejaban la situación con maestría, cortando constantemente el ritmo al partido. Solo un disparo lejano de John Arne Riise inquietó los dominios de Jaaskelainen.

 

Inmersos en ese panorama de mal juego e imprecisiones, a punto estuvo de marcar el segundo para los del este de la capital Kevin Nolan. Un clamoroso error en la entrega de Phillipe Senderos habilitó en banda izquierda a Diamé, que colgó un balón perfecto para la cabeza de Nolan. Su remate fue desviado por Stockdale milagrosamente.

 

El susto devolvió a la vida a los Cottagers y en el minuto veintiocho una mala salida en un saque de esquina de Jaaskelainen posibilitó un testarazo de Fernando Amorebieta que solo pudo repeler Guy Demel bajo palos.

 

En la recta final de la primera mitad, el infortunio iba a azotar con más violencia que nunca al West Ham, cuando cayó lesionado Mark Noble. Cabe destacar que el equipo visitante llegaba con numerosas bajas, siendo las más reseñables las del centro de la defensa o el sempiterno lesionado Andy Carroll. Para más inri, en la siguiente jugada, Steve Sidwell cabeceaba un córner al fondo de las mallas para poner las tablas en el marcador.

 

El gol en contra y la lesión de Noble dejaron al West Ham contra las cuerdas y fuera del partido. Muy cerca estuvo de aprovecharlo Abdel Taarabt en el minuto treinta y cuatro, tras aprovechar un fallo colectivo en defensa del West Ham, pero su disparo se estrelló en el palo.

 

Como fin de fiesta para los Hammers, poco antes del pitido, Nolan fue expulsado por agredir por detrás a Amorebieta. Ambos se enzarzaron en una discusión alejados del balón, pero fue el capitán de los Claret & Blue el que terminó perdiendo los nervios. Con eso se llegó al final de los primeros cuarenta y cinco minutos.

 

En la segunda parte, el Fulham salió arrollador y metió al West Ham en su área. Pronto pudo llegar la remontada, cuando Riise disparó desde muy cerca gracias a una jugada personal pero la salida de Jaaskelainen evitó el tanto. Otras dos ocasiones muy claras para los de casa llegaron de la mano de Damien Duff, una con todo a su favor y otra tras un tremendo barullo.

 

Pero la ocasión más clamorosa del partido iba a llegar en el minuto sesenta y uno con Taarabt de protagonista. Un centro desde la izquierda fue a parar al ex del QPR, que remató de cabeza desde el área pequeña, pero su testarazo fue desviado por Jaaskelainen al palo. El rechazo cayó a los pies del propio Taarabt, pero no pudo introducir la pelota entre los tres postes aún teniendo al portero suomi en el suelo.

 

El West Ham se defendía estoicamente hasta que en el minuto sesenta y seis, Dimitar Berbatov desequilibró el marcador. La acción fue demasiado fácil para un jugador como el búlgaro, que recibió a tres metros de la portería sin nadie que le estorbara.

 

Todavía pudo meter el tercero un recién ingresado al césped de Craven Cottage, pero Darren Bent desaprovechó el regalo que le hizo la defensa Hammer.

 

El paso de los minutos serenó el juego del Fulham, con lo que el West Ham se hizo con la pelota para intentar un milagro que no llegó. Dos muy buenas ocasiones para los de Allardyce estuvieron firmadas por Matt Taylor. En la primera como ejecutor, atajando sin problemas Stockdale; y en la segunda colgando al área una falta desde tres cuartos a la que incomprensiblemte Alou Diarrá no le dio la dirección correcta.

 

El dominio Hammer era en balde, puesto que no terminaba de cercar la puerta de los locales, e incluso le dio la opción a Alexander Kacaniklic de cerrar el partido con un chut que se estrelló en el lateral de la red.

 

Con el partido en su ocaso, Stewart Downing tuvo la ocasión que su equipo llevaba buscando en los últimos instantes, pero su remate en semifallo no entró y el partido murió tras su error.

 

El Fulham se escapa de los puestos de descenso, mientras que el West Ham cada jornada que pasa se embarra más. Y su situación toma tintes dramáticos, ya que para el próximo partido liguero no podrá contar con Carroll, Nolan, Reid, Tomkins y, posiblemente, Noble.