Titus Bramble fue arrestado el pasado 28 de septiembre, acusado de asalto sexual y tenencia de drogas pertenecientes a la clase A (la más grave). No contento con lo sucedido, volvió a ser acusado de asalto sexual el 14 de octubre.
Imputado por tenencia de drogas clase A y, por dos veces, de asalto sexual, el futuro de Bramble tanto en el Sunderland como en el fútbol pinta mal, aunque su situación podría cambiar.
Su prueba de drogas ha dado negativa, aunque no está claro si es algo positivo. Y es que, en caso de que no hubiera consumido drogas y fuera declarado culpable, habría cometido ambos delitos conscientemente.
Pese a la aparente claridad del caso, el abogado del defensa, Phil Smith, ha declarado que su cliente niega todos los cargos y responderá a ellos «vigorosamente».
Ahora, pase lo que pase entre Bramble y la justicia, parece claro que su futuro en el Sunderland es negro. Nada más ser arrestado, el jugador fue suspendido por el club y hace poco empezó a entrenar en solitario bajo la atenta mirada del staff técnico del club. El próximo jueves tendrá una reunión con Steve Bruce, su entrenador, y otros miembros del club.
Dicha reunión será importante para Bramble, pero lo será todavía más su encuentro con la policía de Cleveland el 5 de diciembre. Allí se decidirá el futuro civil del jugador del Sunderland.
