Antes del partido, Owen Coyle pidió a Gary Cahill, por activa y por pasiva, que se centrara en el Bolton y olvidara momentáneamente su inminente traspaso al Chelsea. Cahill tomó buena nota y, en el que pudo haber sido su último partido con la camiseta de los «trotters», les regaló el mejor regalo de despedida, un gol a falta de 10 minutos que permitió a su equipo llevarse tres valiosísimos puntos de Goodison Park.

 

Hasta que Cahill marcó tras un pase de Chris Eagles, el nombre propio de la noche fue el del portero Tim Howard. El estadounidense se unió al selecto club de porteros que han marcado un gol desde su propio campo. Los aficionados de los «toffees» esperaban ver goles con sabor estadounidense, tras la llegada de Landon Donovan. Pero fue Howard quién marcó el 1-0. Su despeje tras un pase atrás del central Sylvain Distin pasó por encima de la defensa del Bolton, botó y cogió velocidad, y pasó por encima del guardameta Adam Bogdan.

 

Howard se negó a celebrarlo por respeto a su homólogo. «Me sentí mal por él. Me he encontrado en su situación antes y es horrible», dijo. «No hay duda de que es uno de los goles más extraños que he visto nunca», dijo Owen Coyle, técnico del Bolton.

 

El hecho de que Howard fuera la principal amenaza ofensiva del Everton durante toda la noche dejó patente las carencias del equipo de David Moyes. El técnico del Everton sigue confiando en Louis Saha, que sigue sin responder a su confianza. Si bien es cierto que las alternativas de Moyes no son abundantes.

 

El recién llegado Donovan, de vuelta para su segundo período de cesión procedente de los LA Galaxy, aportó el único peligro ofensivo del Everton y lo cierto es que los locales nunca merecieron llevarse los tres puntos.

 

Mientras Goodison todavía estaba celebrando el gol de Howard, el exdelantero del Liverpool David Ngog culminó un excelente movimiento colectivo para poner el empate. El Everton perdió al central Phil Jagielka por una lesión en el ligamento de la rodilla y luego al sustituto Jack Rodwell tras solo 18 minutos sobre el terreno de juego. Ya después del gol de Cahill, Leighton Baines estrelló un balón en el larguero en el tiempo añadido tras un golpe franco. Pero Moyes no se andó por las ramas a la hora de evaluar el rendimiento de su equipo: «No podemos jugar así y esperar ganar», dijo.