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El horizonte de la Premier League

Los dos grandes de Manchester y el Arsenal buscarán rebatir el predominio actual de un Chelsea que necesita ciertos retoques. Liverpool, Tottenham y quizá Southampton, tratarán de meterse entre los cuatro primeros la próxima temporada.

 
Toca a su fin una nueva edición de la Premier League. Y no la más apasionante precisamente. Ni tampoco una que pueda mostrarse como ejemplo para argumentar que la liga inglesa es la mejor liga del mundo. El Chelsea se ha proclamado campeón con un monólogo incontestable y soso a la par que eficaz y sólido.
 
Sus perseguidores no han dado opción a la réplica. El Manchester City empezó fuerte y se ha ido diluyendo con el paso de los meses. El Manchester United, tras un inicio más que dubitativo, levantó el vuelo en la segunda vuelta, al igual que el Arsenal. El Liverpool jamás terminó de sanar las heridas producidas por la salida de Luis Suárez. Y tampoco las lesiones de Daniel Sturridge. Esos son los motivos principales por los que no participará en la próxima Champions League.
 
El Everton no ha cuajado una buena campaña, lastrado por la Europa League. El Tottenham se ha mantenido en su regularidad habitual, a las puertas de los puestos Champions pero sin llegar realmente a competir por ellos, y el Newcastle ha pasado de ser una de las revelaciones de la campaña (al inicio junto al West Ham) a ser un candidato más al descenso. Tan sólo Southampton y Swansea han sido equipos que han superado las expectativas a lo largo de la temporada en la Premier. Las suyas y las de los aficionados.
 
Pero, de cara al año que viene, ¿cómo revertir esta decepción o mediocridad generalizada? ¿Cuáles son las previsiones de cara a una temporada nueva en Premier y en las actualmente inhabitadas (para las escuadras inglesas) competiciones europeas?
 
Sin duda, la temporada 2014/15 ha representado un toque de atención generalizado para todo el fútbol inglés. En caso de repetirse los resultados en Europa, la Premier podría perder una plaza de Champions League en favor del fútbol italiano. Y eso es alarmante viendo la diferencia cualitativa entre ambos campeonatos, las plantillas que los componen y, sobre todo, el potencial económico de una y otra liga.
 
Sin duda, llegarán refuerzos importantes a Inglaterra. El nuevo contrato televisivo fomentará los traspasos, tanto domésticos como internacionales, al igual que la cuantía de los mismos. Cualquier equipo extranjero que reciba una oferta de un equipo inglés sabrá que tendrá dinero. Y que querrá gastarlo.
 

El próximo contrato televisivo (2016-19) augura grandes fichajes

El Chelsea deberá reforzar sobre todo la parcela ofensiva

Repasando los equipos de la parte alta, el Chelsea, a pesar de su hegemonía, necesita reforzar su parcela ofensiva. El bajo rendimiento de la línea de mediapuntas (Oscar podría abandonar el club y Willian no acaba de convencer) y las asiduas lesiones de Diego Costa (y la posible marcha de Didier Drogba) obligarán a José Mourinho a reforzar su parcela atacante si no cree que es el momento aún de jóvenes prometedores como Dominic Solanke o Patrick Bamford. De cualquier modo, los Blues son el equipo con mayor estabilidad, no sólo por su equilibrio como institución (la más fuerte de la Premier junto al United) sino también por su entrenador. Mourinho aporta al equipo de Roman Abramovich la tranquilidad de un entrenador fiable en cuanto a resultados se refiere. El Chelsea siempre será uno de los candidatos a cualquier competición.
 
Aunque Abramovich, dicho sea de paso, no está del todo satisfecho con el trabajo de The Special One. No a nivel de títulos, ya que este año ha conseguido Copa de la Liga y Premier, sino por el fútbol desplegado por los Blues. El Chelsea ha marcado únicamente 69 goles en la actual edición de la Premier, siendo la media de 92 del equipo que ha resultado campeón en las cinco últimas ediciones. Sin duda, el tramo inicial de la temporada vimos a un Chelsea espectacular y atractivo en lo que a estética de juego se refiere. Sin embargo, desde su abultada derrota por 5-3 en White Hart Lane en Año Nuevo ante el Tottenham, el juego en Stamford Bridge se ha caracterizado más por su sopor.
 
Abandonamos el sur de Londres en dirección al norte de la capital. Allí encontramos a un Arsenal con los mismos interrogantes y peticiones de siempre. Regularidad, un delantero centro goleador y una pareja de centrales más fiable para poder competir de verdad por el título una década después. La inversión de los Gunners no será faraónica pero sí significativa. Una nueva insulsa clasificación a Champions, una estruendosa eliminación ante el humilde Mónaco y una posible FA Cup ante el Aston Villa siguen sin saciar a los aficionados del Emirates. Y es lógico. La mentalidad del club ya no es la de un equipo ganador, como antaño. Ya no es un candidato real a los títulos importantes. Los mejores jugadores del mundo no están en sus filas. El Arsenal sigue devaluándose paulatinamente. Y debe remediarlo empezando por la temporada que viene.
 

Arsenal y Liverpool buscarán un goleador… y los Spurs no perderlo

Paul Pogba y Kevin De Bruyne son la prioridad del Manchester City

Viajando al norte inglés visitamos Manchester. El dinero está allí y los traspasos de mayor renombre recalarán allí. Para empezar, el Manchester City posiblemente cambiará a su entrenador y a un amplio elenco de jugadores que han empeorado su rendimiento a causa de su edad. La contundente eliminación en Champions League ante el Barcelona y el posterior naufragio en Premier obligan a realizar un cambio significativo en todo el club. Hacer una reestructuración en la plantilla y también en la mentalidad del club. No todo se hace con millones y fichajes. Se necesita una idea clara de qué quiere el club, como institución y como equipo. Y también una sensibilización por parte de los jugadores que formen la plantilla del año que viene. Compromiso, dicho en otras palabras. Los egos surgidos en el vestuario de los Sky Blues a través de sueldos y fichajes de mucha repercusión y poco rendimiento han conllevado un acomodamiento y pasotismo en jugadores como Samir Nasri, Edin Dzeko, Yaya Touré, Stevan Jovetic o Gaël Clichy. Algunos de ellos podrían abandonar el club este verano. Los dos principales objetivos son Paul Pogba (recambio natural de Touré) y Kevin De Bruyne. Jugadores de 22 y 23 años que contribuirían a comenzar el proceso de remodelación de la plantilla.
 
En Old Trafford, las dudas son menores. Continúa el proceso de transición post Alex Ferguson y el periplo de Louis Van Gaal. El United tiene a favor su estabilidad como entidad e institución del fútbol mundial. Sin embargo, sí tiene diversos aspectos a subsanar durante el próximo verano. Y sin tener demasiado margen. El presumible cuarto puesto de Premier que ocuparán los Red Devils de aquí a que acabe la temporada supondrá comenzar muy pronto la pretemporada para entrar en Champions. Menos vacaciones, menos tiempo para realizar fichajes. Ya es oficial la llegada de Memphis Depay desde el PSV y unos cuantos más llegarán. Pero las preguntas en el United no sólo se centran en quién llegará sino también (y sobre todo) en quiénes saldrán. Radamel Falcao, Ángel Di María, David De Gea y otros jugadores de menor rango como Ashley Young, Antonio Valencia o Adnan Januzaj tienen muchas papeletas en función de las llegadas que se produzcan a Old Trafford. Es factible pensar que la idea de Van Gaal no seguirá siendo la de basar su estilo de juego en balones largos a Marouane Fellaini en su retorno a la Champions League.
 
El Liverpool afrontará su primer año sin Steven Gerrard. La última campaña del capitán de los Reds en Anfield ha sido un paso atrás después de la magnífica temporada realizada el año pasado. En la vuelta a Champions League, Brendan Rodgers y los suyos han retrocedido varios pasos. La temporada que viene es una incógnita en Anfield. Al igual que la continuidad de Raheem Sterling. La llegada de un delantero goleador para paliar de algún modo las lesiones de Daniel Sturridge (el propio Brendan Rodgers reconoció que quiere un «goleador que pueda jugar todas las semanas») y un portero de garantías resultan esenciales para que el Liverpool vuelva a ser un candidato a volver a estar entre los cuatro primeros y quien sabe si compitiendo de nuevo por el título.
 
El Tottenham, por su parte, centrará todas sus fuerzas en la Premier como ya ha dejado entrever Mauricio Pochettino. La salida de Harry Kane a un equipo grande parece inevitable. Sin embargo, la idea de fútbol y de equipo implantada en los Spurs proporciona cierta confianza para creer que el equipo de White Hart Lane podrá seguir compitiendo en lo más alto de la tabla la temporada que viene a pesar de la más que probable salida de su buque insignia.
 
Luego queda el Southampton, tras su excelsa campaña. Y una incierta ilusión por la vuelta a las competiciones europeas. Ronald Koeman tratará de mantener el equipo ganador que son los Saints a pesar de la casi segura nueva desbandada que se producirá de St. Mary’s, como ya sucedió la temporada pasada. El Newcastle, si no desciende, anunció que realizaría una importante inversión el año que viene. O eso o Mike Ashley tendrá que abandonar la ciudad en globo. El Everton querrá volver al lugar que ocupó los últimos años y dejar de ser un equipo de mitad de tabla. Y también está el Swansea, que con Garry Monk al mando ha realizado la mejor temporada de su historia. E incluso el Stoke de Mark Hughes, que ha logrado transformar el prehistórico juego de los Potters y podrá volver a contar con Bojan a partir de la próxima temporada. Con todas estas pretensiones, quizá la Premier vuelva a lucir. Quizá tengamos una liga más apasionante que la actual. Quizá todo vuelva a ser como antes. Y que no haya discusión de que la Premier es la mejor liga del mundo.
 

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