Ilie Oleart

El infatigable espíritu de lucha de la carpa

En 2005, las inundaciones arrasaron Carlisle. Entonces, una carpa se convirtió en el emblema del espíritu de resistencia y superación de la ciudad y del club. Casi once años después, la tormenta Desmond ha vuelta a colocar al club en una delicada situación. 

 
La noche del 7 de enero de 2005 no será fácil de olvidar para los habitantes de Carlisle. Esta ciudad del norte de Inglaterra, situada apenas a 15 kilómetros de la frontera con Escocia, se encuentra en la confluencia de los ríos Eden, Caldew y Petteril. Debido a las fuertes lluvias, los tres se desbordaron provocando la peor inundación desde 1822. Al día siguiente, todas las carreteras que conducían hacia la ciudad fueron cortadas. Una de las áreas más afectadas de la ciudad fue Warwick Road, donde se encuentra el estadio de Brunton Park, sede del Carlisle United Football Club.
 
Por aquel entonces, el club se encontraba en el momento más delicado de su centenaria historia. Por primera vez desde 1928, el club había descendido a quinta división, es decir, por debajo del umbral que divide en Inglaterra el fútbol profesional del amateur. En el momento de la inundación, el club se hallaba en segunda posición, muy lejos del líder Barnet pero con una renta de cuatro puntos sobre un nutrido grupo de perseguidores, encabezados por Hereford y Accrington Stanley.
 
La inundación de Brunton Park condenó al club al exilio. Durante las seis semanas que duraron los trabajos de reparación y reacondicionamiento de Brunton Park, el Carlisle disputó sus partidos como local en Christie Park, en Morecambe, casi cien kilómetros al sur.
 
 
En estos tiempos de zozobra, un inesperado animal se convirtió en el símbolo del espíritu de lucha y resistencia del club. Durante las operaciones de limpieza, los operarios encontraron una carpa dorada en la portería a la que bautizaron provisionalmente como Billy. Hasta que, diez días después, se resolvió el misterio de la procedencia del animal. En realidad se trataba de una hembra llamada Judy que una chica local había donado a otra persona que vivía justo enfrente de Brunton Park. Con las inundaciones, el pez había salido de su pecera y había acabado en el estadio anexo. Billy (o Judy) junto con otra carpa hallada junto a ella fueron colocadas en una pecera en la recepción y se convirtieron en las mascotas del club como emblema de persistencia y supervivencia.
La mudanza pasó factura al club que, sin embargo, logró mantenerse en la zona alta de la clasificación y llegar a la última jornada empatado a puntos con el Hereford en segunda posición pero con mejor diferencia de goles. Igualar el resultado de sus rivales habría sido suficiente para sellar el ascenso directo y regresar a cuarta división a la primera. El Hereford, a pesar de jugar en casa, no logró pasar del empate ante el Accrington Stanley. Pero el Carlisle cayó en Brunton Park ante el Exeter por 0-2 y finalizó la liga en tercera división. El ascenso debería pasar por el play-off.
 
El sueño de ascenso del Carlisle pareció desvanecerse tras caer por 1-0 en la ida de semifinales ante el Aldershot Town. En la vuelta, el Carlisle logró remontar la eliminatoria y a los 35 minutos de encuentro ya vencía por 2-0. A partir de ahí, el equipo se limitó a tratar de contener el resultado mientras miraba nervioso de reojo cómo los minutos no parecían transcurrir. Cuando el acceso a la final ya parecía sellado, el Aldershot puso el 2-1 en el minuto 90 y llevó el partido a la prórroga. En el tiempo añadido ya no habría más goles y la suerte del Carlisle se decidió en la tanda de penaltis. Allí, la suerte por fin sonrió a los Blues, que vencieron por 5-4, desatando el éxtasis en Brunton Park, un estadio que solo cinco meses atrás se encontraba anegado.
 
La final de ascenso a League Two se disputó en el Britannia Stadium de Stoke. Un solitario gol de Peter Murphy fue suficiente para que el Carlisle sellara su regreso al fútbol profesional. Al igual que Billy, el club había sobrevivido a las inundaciones y había logrado su ansiado objetivo.
 
Bajo la protección de las carpas, el club vivió su mejor época en más de dos décadas. En su primera temporada en League Two, se proclamó campeón y sumó su segundo ascenso consecutivo. En 2007-08, los Blues finalizaron en cuarta posición, empatados a puntos con el Doncaster Rovers, que se hizo con el último puesto de ascenso directo. Esta vez, no obstante, el Carlisle fracasó en su intento de ascenso vía play-offs y encadenó varias temporadas en la mitad baja de la tabla hasta que finalmente en 2013-14 regresó a League Two tras concluir en 22ª posición. Los supersticiosos achacarán el declive del club durante el último lustro a la desaparición de Billy, acaecida en 2010.
 
El pasado mes de diciembre, la lluvia volvió a cebarse con Carlisle. La tormenta Desmond sumió de nuevo a la ciudad en el miedo y la frustración. Inesperadamente, las carpas permitieron al club recuperar la sonrisa en esta angustiosa tesitura una vez más. En esta ocasión, la inundación fue tan grave que alcanzó casi los largueros de las porterías de Brunton Park. Allí, nadando a su aire, el club halló tres carpas. En esta ocasión, recurrió a las redes sociales para reunirlas con su legítimo propietario, que no tardó en presentarse para recuperar sus peces.
 

 
Este sábado 23 de enero, el Carlisle regresará a Brunton Park 49 días después de su último encuentro para recibir al York City. Durante este lapso de tiempo, el club ha jugado de prestado en Blackburn, Preston y Blackpool. Mientras, sus operarios evacuaban toda el agua del estadio y replantaban por completo el césped en pleno invierno, lo cual ha dificultado todavía más una operación de por sí compleja.
 
El ambiente en Brunton Park promete ser festivo. Para completar la alegría del regreso a casa, el equipo logró este martes su clasificación para la cuarta ronda de la FA Cup tras derrotar en los penaltis al Yeovil Town. Lo cual significa que su siguiente partido en casa será el domingo 31 de este mes ante el Everton… y ante todo el país porque el encuentro será televisado en directo. Una inyección económica valorada en 144.000 libras que supondrán un alivio para las mermadas arcas del club.
 
Estas duras semanas han reforzado los vínculos del club con la comunidad. El entrenador Keith Curle y sus jugadores han participado en múltiples iniciativas para ayudar a las personas afectadas por la inundación. “El club estaba en el corazón de las inundaciones. No podíamos simplemente quedarnos ahí parados. No puedes dedicarte a entrenar o jugar y olvidarlo”, explica el delantero Charlie Wyke en el rotativo inglés The Guardian.
 
Por supuesto, el propio equipo resultó afectado. El portero Dan Hanford encontró su coche sumergido bajo el agua y lleno de lodo en el aparcamiento del estadio. Otro de los porteros del equipo, Mark Gillespie, tuvo que ser rescatado por una ventana del piso superior después de que el agua inundara toda la planta baja.
 
La adversidad fomenta la solidaridad y Carlisle no ha sido diferente. Una empresa de transporte local puso gratuitamente a disposición del club 22 camiones para transportar el nuevo césped desde Scunthorpe hasta Carlisle, dos localidades separadas por unos 300 kilómetros.
 
El Carlisle se encuentra actualmente a dos puntos de los puestos de play-off de ascenso con dos partidos pendientes. Keith Curle y sus muchachos confían en que la inesperada aparición de las carpas sobre el césped de Brunton Park vuelva a ser la premonición de tiempos mejores. En cualquier caso, la visita del Everton permitirá al club demostrar una vez más a todo el país su inagotable espíritu de lucha.
 

 

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Ilie Oleart