Ilie Oleart

El juego de los banquillos o por qué Mourinho tiene que entrenar al Arsenal

Ya estamos en mayo y como cada año por estas fechas se empiezan a disipar las nubes de la incertidumbre y comienzan a aparecer campeones por toda europa. El Milán ya se ha coronado en Italia, el Oporto en Portugal, el Borussia Dortmund en Alemania, y Manchester United y Barcelona solo necesitan un punto para hacer lo propio en Inglaterra y España.

 

Aunque todavía falta por jugar la final de la Champions (la UEFA ha hecho algo bien por una vez y ya desde el año pasado se juega en sábado y no en miércoles como venía siendo costumbre), es momento de empezar a pensar en fichajes y en recambios en los banquillos, tanto en los equipos ganadores como, sobre todo, en los perdedores. Este verano se antoja especialmente movido en cuanto a los banquillos en Inglaterra.

 

Hace tiempo que se habla de la jubilación de Sir Alex Ferguson. Muchos dijeron que si lograba repetir este año el triplete del 99 (Champions, Premier y FA Cup), se retiraría. De momento, fue eliminado en semis de la FA Cup y aseguró la Premier, falta por ver qué sucede en Wembley el 28 de mayo. Hace unos dias aseguró que no pensaba en jubilarse. Más vale que no lo haga, al minuto siguiente de abandonar el puesto le dará un ataque al corazón fulminante. Fergie no puede vivir sin el United y sin el fútbol, es la droga que le mantiene con la misma ilusión que un niño de diez años. Además, si dos de sus mejores jugadores tienen 40 (van der Sar) y 37 años (Giggs), ¿por qué no puede él seguir al frente con 69?

Está bien hacer un fútbol bonito, pero ganar es casi mejor

El día que Ferguson abandone el fútbol le dará un infarto

 

Quién seguro no seguirá es Ancelotti, que regresará a Italia, ya veremos dónde. Para sustituirle, dicen que el preferido de Abramovich es el holandés Guus Hiddink. El problema es que Hiddink está con Turquía y además no está seguro de querer volver a entrenar un club por la dedicación que comporta. Aunque ya se sabe que cuando aparece Roman con su chequera los obstáculos se desvanecen, no parece poco probable que ocupe finalmente el banquillo.

 

Al norte de Londres, el problema es otro. En el Emirates ya se están cansando de no ganar títulos, tanto aficionados como jugadores. Que está muy bien jugar con jóvenes formados en la casa, el fútbol se salón y todo eso, todos estamos de acuerdo. Pero ganar también está casi mejor. O al menos que no te meta tres el Stoke o que no pierdas partidos ganados o que no te echen a patadas de Europa. Es momento de que Wenger deje paso.

 

Sin movernos del norte de Londres nos encontramos al Tottenham, a quién su idílico trayecto europeo ha hecho olvidar los deberes domésticos. Ya han dicho adiós a la próxima Champions y en breve podrían decir adiós incluso a la quinta plaza, teniendo en cuenta que el Liverpool viene a toda marcha. Harry Redknapp debería descansar un poco después de un año tan ajetreado. Ya le veo en la costa del sol, en España, tomando una sangría a orillas del mar, disfrutando del sol y jugando al bingo con otros compatriotas. «Camareroouuu, otra de aseitunas, por favouur».

Benítez ficharía a Torres para el City y así Silva tendría un amiguito

Hay que sacar a Mourinho de España antes de que estalle una guerra

 

Es cierto que si el Manchester City acaba confirmando el cuarto lugar y ganando la FA Cup, Mancini tendrá una buena coartada para seguir. Pero es demasiado «cool» para los ingleses, siempre con su bufando al cuello y su sedoso pelo al viento. ¿Qué pinta este hombre junto a Ferguson, Redknapp, Steve Bruce, Sam Allardyce y compañía? Nada. Además, si reserva un vuelo privado con Ancelotti seguro que les hacen descuento de grupo.

 

Así las cosas, tenemos tres equipos que esperan entrenador: Arsenal, Tottenham y Manchester City. Tengo a las personas perfectas para esos banquillos: Jose Mourinho, Louis van Gaal y Rafa Benítez.

 

Ver a Mourinho en el Arsenal sería más arriesgado que Sergio Ramos con un bebé entre manos. Pero eso sería lo divertido. El modelo que Wenger ha tardado una década en construir le duraría a Mourinho una tarde. Además, hay que sacar al portugués de España antes de que sea demasiado tarde y estalle la Segunda Guerra Civil española (esta vez no sería entre nacionalistas y republicanos, sino entre «mourinhistas» y «guardiacanos»).

 

Van Gaal se ha quedado sin trabajo en Munich. Es el hombre idóneo para el Tottenham. Alguien tiene que decirle a Modric, Bale, van der Vaart y compañía que el fútbol no es inspiración, es seguir al pie de la letra una libreta. En White Hart Lane se divertirán menos pero posiblemente ganarán más. Además, imaginen la reacción de van Gaal al ver la autoexpulsión de Crouch en el Bernabeu. El pobre Peter habría perdido 20 kilos solo de ver la cara roja de ira del holandés. Y no es que le sobren, kilos digo.

 

Dicen que la mujer de Benítez está a punto de pegarse un balazo. El bueno de Rafa la martillea constantemente con que si el Stoke es peligroso en los saques de banda, que si a Spearing lo fiché yo, que si Aquillani es un incomprendido, etc. Hay que sacarle de ese hogar cuanto antes. Después de que fuera rechazado por Abramovich, solo queda un equipo a la altura de sus ambiciones, el City. Los «citizens» necesitan un entrenador que pueda manejar una plantilla con todas esas nacionalidades más Balotelli. Además, Silva necesita hablar con alguien. Cuando coge un balón y mira a su alrededor a quién pasar, se echa a llorar. Benítez ficharía a Torres, que recuperaría su mejor versión, y Silva tendría un amiguito con quién jugar.

 

Por supuesto, nada de esto pasará. Pero qué bien nos lo pasaríamos.

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Ilie Oleart