El Leicester protagonizó la gran sorpresa de los octavos de final de la FA Cup tras vencer en el campo del Norwich por 1-2.
A pesar de deambular por la zona media del Championship, el Leicester se llevó un duelo que se calentó durante la semana a causa de una discusión sobre la escasa cantidad de entradas que recibieron los espectadores visitantes en Carrow Road.
Así que la victoria por 1-2 será considerada por los de Nigel Pearson como una especie de justicia. Además, la eliminación representa una especie de venganza contra los hombres de Paul Lambert, que la temporada pasada vencieron en los dos partidos de Championship en los que se enfrentaron a los Foxes.
Sean St Ledger abrió el marcador para los visitantes, pero el Norwich empató antes del descanso por mediación de Wes Hoolahan. El irlandés fue el capitán en ausencia de Gran Holt y tuvo ocasión de marcar de penalti, pero el portero Kasper Schmeichel detuvo el lanzamiento. Sin embargo, Hoolahan aprovechó el rechazo para empatar el encuentro.
Sin embargo, David Nugent marcó el tanto de la victoria a los 71 minutos, lo que significa que los 20 años de espera del Norwich para alcanzar los cuartos de final de la FA Cup se prolongará un año más.
El Bolton no dio lugar a la sorpresa ante el Millwall y se llevó la victoria de The Den por 0-2. A pesar de estar sufriendo en Premier League, los «trotters» se han convertido en especialistas en FA Cup.
Ryo Miyaichi, cedido por el Arsenal, abrió el marcador a los cuatro minutos, cuando el joven envió su disparo con rosca a la escuadra. El delantero David Ngog puso el segundo justo antes de la hora de juego para certificar el pase del Bolton a cuartos de final. Los «trotters» ya llegaron el año pasado a semifinales de esta misma competición, donde fueron goleados por 5-0 por el Stoke. La victoria le da algo de oxígeno a Owen Coyle, que fue muy criticado tras la derrota ante el Wigan la pasada jornada de liga.
El Everton de David Moyes también avanzó a cuartos de final tras vencer al Blackpool en Goodison Park. Como suele suceder con los «toffees», el equipo ha tomado impulso en la segunda parte de la temporada. El equipo de Moyes ha vencido en Premier League a Manchester City y Chelsea y remató la faena con una victoria por 2-0 ante el Blackpool.
El partido de Goodison Park, que fue presenciado por el exjugador del Everton Wayne Rooney, quedó sentenciado nada más comenzar. Dos goles en los primeros seis minutos de Royston Drenthe y Denis Stracqualursi dejaron el partido visto para sentencia.
Ian Holloway, cuya prioridad es devolver al Blackpool a la Premier League esta temporada, optó por un equipo muy cambiado y su decisión no funcionó en Merseyside. La racha de los visitantes en FA Cup, donde no alcanzan los cuartos de final desde 1959, continuará un año más. El delantero visitante Kevin Phillips incluso falló un penalti en los compases finales.
Finalmente, este domingo, el Stoke venció al Crawley de la League Two gracias a los goles de Jon Walters y Peter Crouch a pesar de jugar con diez desde los quince minutos.
Rory Delap y el lateral local Hunt chocaron en el centro del campo. El centrocampista del Stoke pareció llegar antes al balón y, aunque mostró los tacos, la entrada fue a ras de suelo y con un solo pie. El colegiado Michael Jones ni siquiera concedió falta pero tras la intervención del cuarto árbitro, Lee Probert, que tenía mejor visión del incidente, expulsó a Delap.
Tony Pulis se enfureció pero la expulsión pareció calmar a los locales. Antes del descanso, los «potters» se adelantaron después de que Kyle McFadzean chocara torpemente con Ryan Shawcross dentro del área. Walters marcó el penalti y selló el 0-1 con el que se llegó al descanso.
Siete minutos después de la pausa, el Stoke dobló su ventaja. Glenn Whelan envió una falta al segundo palo, donde Crouch batió de cabeza a Rene Gilmartin y puso el 0-2. El Crawley apretó a través del gran lateral Dean Howell y del jugador cedido por el Arsenal Sanchez Watt, pero no lograron plasmar su dominio y sus ocasiones en gol. El Stoke ya solo está a dos partidos de repetir final en Wembley.
