Ilie Oleart

El Liverpool da un paso de gigante hacia Wembley

Un solitario gol de Gerrard de penalti fue suficiente para que el Liverpool se llevara una valiosa victoria del Etihad en el partido de ida de la segunda semifinal de la Carling Cup. El Manchester City acusó las ausencias de Yaya Touré, Vincent Kompany y David Silva y jamás inquietó a su rival. 

 

Carling Cup

Manchester City 0
Liverpool 1
Ficha técnica
0 – Manchester City: Joe Hart, Micah Richards, Stefan Savic, Joleon Lescott, Gaël Clichy, Gareth Barry, James Milner, Adam Johnson (Edin Dzeko, 66), Nigel de Jong (Aleksandar Kolarov, 72), Mario Balotelli (Samir Nasri, 39), Sergio Agüero.
1 – Liverpool: José Reina, Daniel Agger, Martin Kelly, Martin Skrtel, Glen Johnson, Jay Spearing (Charlie Adam, 23), Steven Gerrard, Stewart Downing (José Enrique, 60), Jordan Henderson, Craig Bellamy (Jamie Carragher, 80), Andy Carroll.
Goles: 0-1, m.13: Gerrard.
No fue un buen partido. El encuentro fue copero en su esencia, en el peor de los sentidos. Un choque emocionante, más cercano al combate de boxeo que al ejercicio estilístico. Poco le importará al Liverpool, a Kenny Dalglish y a todos los aficionados de los «reds».
 
Gerrard marcó de penalti antes del cuarto de hora y Dalglish hizo todo lo que estuvo en su mano para defender la ventaja. Incluyendo acabar con seis defensas sobre el césped. La primera visita a Wembley en 16 años justifica todos los medios.
 
El Liverpool comenzó mejor. Ya antes del penalti, los «reds» habían puesto en apuros a Hart hasta en tres ocasiones. Dalglish alineó a Carroll en punta con Downing por la izquierda y Bellamy por la derecha, como escuderos.
 
Los locales acusaron las ausencias de Vincent Kompany por sanción (le quedan tres más, incluida la vuelta), los hermanos Touré (en la Copa de África) y David Silva, lesionado en el tobillo, aunque debería estar a punto para enfrentarse al Wigan el lunes.
 
A tenor de lo visto este miércoles, resulta especialmente preocupante la ausencia del capitán Kompany. Su sustituto, Stefan Savic, sufrió un calvario ante Carroll, no precisamente el delantero más en forma de la Premier League. Fue precisamente Savic quién cometió un penalti tan clamoroso como innecesario sobre Agger. Gerrard se encargó del resto.
 
El Liverpool perdió a Jay Spearing por lesión, que fue sustituido por Charlie Adam. Ese cambio no alteró el dominio que impuso el Liverpool en la primera parte. Los «reds» controlaron el tempo del partido en ese acto y tuvieron las mejores ocasiones.
 
Otro que tampoco estuvo mucho tiempo sobre el césped fue Balotelli, que volvía tras su lesión. Adam, perro viejo, provocó al italiano tras hacer falta y Supermario perdió el norte. Lo mejor que le pudo pasar a él y al City fue que sufriera una recaída en el tobillo. Fue sustituido por Samir Nasri y eso evitó que fuera expulsado, un destino hacia el que se dirigía invariablemente.
 
A Mancini le invadió entonces el espíritu de Ferguson. El italiano comenzó a hacer inventos que acabaron por desestabilizar a su equipo. Mancini cambió la formación y optó por jugar con tres defensas, empujando a Clichy hacia delante en la izquierda.
 
A pesar de todo, el City mejoró tras la pausa, moviendo el balón con mayor rapidez. Aún así, la mejor ocasión de los «citizens» la originó un jugador del Liverpool. El lateral Martin Kelly retrasó para Reina pero no vio a Agüero, que interceptó el balón. Pero el argentino estuvo lento en el uno contra uno y Reina logró tapar el hueco.
 
El Liverpool emprendió entonces su paulatino retroceso. Dalglish dejó a Carroll totalmente aislado en ataque. El City aprovechó para empujar en busca del empate. Agüero fue la principal fuente de peligro para la portería rival, pero no tuvo su mejor día.
 
El Liverpool pasó a defensa de cinco, con Johnson primero, y luego Kelly como el central situado más a la derecha de los tres. Y el City siguió ocupando el terreno que su rival le cedía, hasta instalarse en tres cuartos de campo rival.
 
A falta de 11 minutos, Dalglish reforzó aún más su defensa. Jamie Carragher sustituyó a Bellamy, ovacionado por su exafición. El Liverpool pasó a jugar con cinco atrás, Johnson, Kelly, Martin Skrtel, Agger y José Enrique, con Carragher de refuerzo. Jordan Henderson, Gerrard y Adam patrullaban por delante de los seis. Y todos ellos necesitaban unos prismáticos para ver a Carroll, que vagaba por el centro del campo.
 
El City apedreó el rancho del Liverpool. Nasri participó más, Edin Dzeko fingió penaltis, Barry centró y chutó desde donde pudo. Pero nadie fue capaz de marcar y el Liverpool se llevó una valiosa victoria que le acerca mucho a Wembley.
 

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Ilie Oleart