El debate sobre si abandonar el que ha sido su hogar durante más de 100 años ha estado latente entre los aficionados del Liverpool desde que quedó claro que el nuevo estadio en Stanley Park que prometieron los anteriores propietarios, los estadounidenses Tom Hicks y George Gillett, nunca se iba a hacer realidad.
Cuando Fenway Sports Group tomó el control del club el pasado mes de octubre, se pusieron manos a la obra para evaluar si el Liverpool podría permanecer en Anfield una vez que fuera remodelado, como el grupo ya hizo con el mítico estadio de los Boston Red Sox de Fenway Park.
Pero Henry ha admitido que existen muchas dificultades para remodelar Anfield y convertirlo en un estadio con una capacidad superior a los 60.000 espectadores. Obstáculos financieros, logísticos y geográficos que podrían provocar que resultara más sencillo construir un estadio nuevo que remodelar el viejo Anfield.
«Anfield será nuestra primera opción. Pero la realidad podría obligarnos a buscar otra opción. Existen tantos obstáculos…» ha escrito el propietario del club en Twitter en respuesta a una pregunta de un aficionado a través de esta red social.
Sin embargo, el club ha desmentido las informaciones que apuntaban a que ya se habían resignado a construir un nuevo estadio. «La posición del club sobre el tema del estadio no ha cambiado y no se ha tomado ninguna decisión», ha dicho un portavoz del club.
El tema debe resolverse rápidamente, ya que la oferta del City Council (la Diputación Provincial) de Liverpool de un arrendamiento de 999 años sobre el área escogida para la construcción solo dura hasta septiembre.