El Manchester United empezó el 2012 como acabó el 2011, con una derrota tras encajar tres goles. En su visita a Sant James’ Park (rebautizado Sports Direct Arena recientemente), unos «red devils» irreconocibles no dieron la talla y fueron incapaces de tan siquiera conseguir el gol del orgullo. Habría sido un eufemismo, porque el United fue esta noche una sombra de sí mismo, del equipo legendario de Charlton, Best o Cantona. Con la derrota, el United vuelve a distanciarse del Manchester City, que lidera en solitario la tabla. Mientras, el fantástico Newcastle, gracias a los tres puntos, recorta su distancia con el Liverpool y se acerca a los puestos europeos.

 

Los de Ferguson, que decidió dejar al portero español David de Gea en el banquillo tras su floja actuación frente al Blackburn de la pasada jornada, no fueron capaces de dominar el encuentro en ningún momento. El conjunto local puso más ambición y ganas de llevarse los tres puntos y lo consiguió.

 

Sin embargo, el United tuvo la primera ocasión del encuentro, cuando Berbatov remató de cabeza al palo en el minuto 15. Fue solo un espejismo ya que las ‘urracas’ conseguirían marcharse al descanso por delante.

 

En el minuto 33, Ameobi asistió a Demba Ba que, dentro del área y con un gran derechazo, cruzó el balón ante la meta Lindegaard poniendo el 1-0 en el electrónico. Sin duda, el fichaje este verano del delantero senegalés procedente del West Hamm ya esta más que amortizado pese a encontrarnos a mitad de temporada.

 

Con el gol de Ba, y sin noticias del United desde el remate al palo de Berbatov al cuarto de hora, fueron trascurriendo los minutos hasta llegar a la media parte.

 

Cualquier intento de reacción de los de Ferguson se desvaneció en cuestión de un par de minutos. En el minuto 47, Yohan Cabaye, otro fantástico fichaje estival, hizo gala de su gran disparo convirtiendo un libre directo de forma magistral que se coló por la escuadra derecha visitante.

 

Tras el mazazo del segundo gol, Rooney intentó tirar de su equipo. Aún así, el 10 del United, pese a mostrar sus ganas y su valor habituales, está lejos de ser ese jugador determinante que fue la temporada pasada. El inglés no ha sido el mismo desde que estalló el escándalo de apuestas en el que están involucrados su padre y su tío, y desde que fue sancionado con tres partidos (que acabaron en dos) por la UEFA, que le impediran comenzar la Euro con la selección.

 

Feguson, buscando a la desesperada conseguir un tanto que le metiera en el partido, dio entrada a Welbeck y Hernández por Berbatov y Park respectivamente. El tanto del United estuvo cerca de llegar en el minuto 59, cuando Rooney se encontró con una gran intervención del meta Krul, que evitó lo que parecía un gol cantado. El guardameta ha sido otra de las agradables sorpresas de las «urracas» esta temporada.

 

Con el tiempo apremiando, el United empezó a colgar balones, pero ya sobre el pitido final lo único que consiguió fue recibir otro tanto en contra. En una jugada aislada, Jones no se entendió con Lindegaard e introdujo el balón en su propia portería, certificando el definitivo 3-0, en una jugada cómica que define a la perfección el mar de dudas en que se encuentran los “red devils” a día de hoy.