Carles Maronda

El Norwich le coge el gusto a la victoria (2-1)

Tras la gran victoria conseguida la jornada pasada frente al Bolton en el Reebok Stadium, los «canaries» han vuelto a ganar por 2-1, esta vez como locales, frente a un Sunderland que no acaba de arrancar y que solo suma una victoria en las seis primeras jornadas. Barnett y Morison marcaron para el Norwich, haciendo esteril el gol de Richardson en el minuto 86.

 

Premier League

Norwich 2
Sunderland 1
Ficha técnica
2 – Norwich: John Ruddy, Russell Martin, Kyle Naughton, Leon Barnett, Marc Tierney, Wes Hoolahan, Elliott Bennett (Andrew Crofts, 84), David Fox, Anthony Pilkington (James Vaughan, 78), Bradley Johnson, Steve Morison (Grant Holt, 79)
1 – Sunderland :Simon Mignolet, John O’Shea, Wes Brown, Titus Bramble, David Vaughan, Ahmed Elmohamady, Stéphane Sessegnon (Connor Wickham, 68), Sebastian Larsson (Ji Dong-Won, 68), Craig Gardner, Kieran Richardson, Nicklas Bendtner
Goles: Barnett (31), Morison (48), Richardson (86)
Norwich ha decidido aferrarse a esta Premier League con uñas y dientes, y pese a que se mostraba como el equipo recién ascendido más vulnerable, ha encadenado dos victorias consecutivas que a buen seguro generarán una oleada de moral en Carrow Road. Quizás no hayan sido triunfos brillantes, pero seguro que servirán a Paul Lambert para empezar a encontrar el camino hacía la permanencia.
 
El Sunderland, en cambio, se topó con un muro de realidad, tras el espejismo de la victoria de la pasada jornada por 4-0 ante el Stoke. Steve Bruce ha tenido margen durante las cinco primeras jornadas para aclimatar la docena de fichajes que incorporó durante el verano, pero poco a poco ese margen se va agotando y el nerviosismo va in crescendo entre aficionados y mandatarios.
 
Ambos entrenadores salieron con los mismos onces que consiguieron sendas victorias en la pasada jornada, intentando mantener la racha. En los primeros compases, el Norwich gozó de más posesión frente a un Sunderland más incisivo en ataque.
 
Primero fue Morison el que probó fortuna obteniendo respuesta de un Simon Mignolet que se mostró nervioso e impreciso durante gran parte del encuentro. Los «canaries» pudieron abrir el marcador cuando Wes Hoolahan aprovechó un error de Titus Bramble. Fue una suerte para Mignolet y el Sunderland que Hoolahan probara un intento de vaselina que no vio puerta.
 
Aún así, el Sunderland no necesitó mucha posesión para meter el miedo en la defensa del Norwich, seguramente el punto más débil del equipo de Paul Lambert. Craig Gardner tuvo una de las mejores ocasiones para los «black cats» trascurridos veinte minutos, pero su disparo, después de una buena combinación entre la delantera del Sunderland, no fue gol por poco.
 
La oportunidad inspiró a los visitantes que, de nuevo, esta vez por mediación de Bendtner, tuvieron la posibilidad de romper el empate gracias a una buena volea del delantero danés. Pero su disparo fue bien despejado por John Ruddy.
 
Justo cuando parecía que el Sunderland podía estar más cerca del gol, fueron los locales los que se adelantaron en el marcador. En el minuto 38, Elliott Bennett recogió el balón en la banda y tras combinar con David Fox llegó a la línea de fondo y puso el pase atrás para que Leon Barnett enviara el balón a la red de Mignolet.
 
El Sunderland se fue al vestuario pensando que pese a contar con las mejores ocasiones iba por detrás en el marcador. Cuando se reanudó el juego, mientras los visitantes aún se planteaban cual sería la mejor forma de remontar el encuentro, vieron cómo Morison ponía el 2-0 en el marcador con una jugada con los mismos mimbres que la del primer tanto.
 
Tierney llegó a la línea de fondo de su tan recorrida banda izquierda y puso el balón para que Morison y Brown se batieran en duelo. El delantero le ganó la partida al central y colocó un estupendo cabezazo ante el que Mignolet no pudo hacer nada.
 
A partir de ahí, poco fútbol más. El Sunderland buscó el gol con más corazón que cabeza y el Norwich dio un paso atrás, consciente de que, si no hacía ninguna locura, los tres puntos se quedarían en Carrow Road.
 
Richardson puso algo de picante al asunto en el minuto 86 cuando le llegó el balón a la frontal del área y soltó un latigazo cruzado que se coló entre una muchedumbre de piernas hasta entrar pegado al palo de Ruddy.
 
El tanto sirvió para que el Norwich sufriera cerca de ocho minutos de pánico y el Sunderland de esperanza, pero finalmente el marcador no se movió y mientras los «canaries» celebraron su primera victoria como locales en la actual Premier League, Steve Bruce deberá seguir estrujándose el cerebro para dar con la tecla que despierte a su Sunderland.
 

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Carles Maronda