El pitido final dio lugar a un emotivo abrazo entre Paul Dickov, técnico del Oldham Ahtletic, y Paul Gerrard, uno de los pocos miembros del equipo técnico que no fue despedido antes de Navidad. El equipo de Dickov ha menguado las últimas semanas y su propio futuro en Boundary Park es más que dudoso incluso después de la heroicidad de sus hombres ante el Liverpool. Pero la FA Cup, el torneo de fútbol más democrático del mundo, no hace distinciones entre la plebe y la aristocracia.

 

El Liverpool llegó a Boundary Park tras haber llegado a un acuerdo con el Inter de Milán por Philippe Coutinho en torno a 8,5 millones de libras y un día después de que su técnico Brendan Rodgers cumpliera 40 años. Pero hasta ahí llegaron las buenas noticias. En el Oldham encontraron un equipo incansable, batallador y repleto de fe, a pesar de que los Latics están luchando por mantenerse en League One tras haber logrado solo un punto de los últimos 24.

 

La estrella del partido fue sin duda Matt Smith. Jugador aficionado hace solo 18 meses, su anterior contacto con algo parecido a la fama fue cuando jugó con el actor Jack Whitehall en la universidad, donde estudió gestión internacional. Esta tarde añadió a su currículum dos goles que contribuyeron a tumbar a un triste Liverpool.

 

El Oldham cubrió el césped para protegerlo de la nieve e hizo un llamamiento a sus aficionados para que ayudaran a retirarla del terreno de juego para que se pudiera disputar el partido. La contribución de los aficionados fue recompensada con una actuación digna de las «26 horas diarias de trabajo» que Dickov dice dedicar al equipo desde que se quedó sin su equipo de trabajo. Esta era su oportunidad para mostrarse ante todo el país a través de la televisión. Y desde los primeros compases demostraron su intención de aprovecharla.

 

A pesar de las próximas visitas a Arsenal y Manchester City, Rodgers optó por un equipo fuerte con Luis Suárez como capitán. Solo Steven Gerrard, Stewart Downing y Lucas Leiva se quedaron en el banquillo. Pero antes de que pudieran dar dos pases seguidos, ya estaban perdiendo.

 

A los dos minutos, Youssouf M’Changama envió un centro desde la izquierda al segundo palo. Allí apareció Smith, que se impuso a Coates y batió a Brad Jones de cabeza. La presencia en punta de Robbie Simpson junto a Smith causó estragos entre la defensa del Liverpool. El uruguayo Sebastián Coates, que tiene pie y medio fuera del club, estuvo especialmente desacertado.

 

El Liverpool empató en cuanto Suárez dispuso de espacio. El uruguayo entró en el área desde la izquierda y aprovechó un error del defensa Cliff Byrne, que le devolvió el balón al intentar cortar el paso de Suárez, para batir a Dean Bouzanis. Fue el vigésimo primer gol del uruguayo esta temporada.

 

El partido pareció decantarse para los Reds. Suárez marcó de cabeza tras una falta lanzada por Jordan Henderson pero el gol fue anulado por fuera de juego. Luego, Bouzanis evitó el gol de Sterling tras intercambiar pases con Suárez y el desaparecido Fabio Borini.

 

Sin embargo, el Oldham logró imponer de nuevo su superioridad física. En el tiempo añadido, Reece Wabara, el jugador cedido por el Manchester City, envió un centro raso desde la derecha que el portero suplente Jones no fue capaz de bloquear. El balón le cayó a Simpson, cuyo disparo fallido acabó a pies de Smith, que puso el 2-1.

 

Nada más comenzar la segunda parte, Carl Winchester, sustituto del lesionado M’Changama, envió un centro desde la izquierda y Wabara superó a Robinson para marcar el 3-1 de cabeza en el segundo palo.

 

Rodgers reaccionó introduciendo a Gerrard y Downing. El Liverpool mejoró de inmediato. Sturridge disparó fuera desde dentro del área después de que el disparo de Gerrard fuera bloqueado.

 

El Oldham perdió a Simpson y Smith por lesión, lo que provocó que los Latics ya no tuvieran vías para salir al contraataque. La presión de los Reds rindió sus frutos a falta de 11 minutos cuando una volea de Joe Allen tras un córner de Gerrard acabó en el 3-2 después de que el balón rebotara en Baxter, un jugador formado en el Everton pero aficionado del Liverpool desde la infancia.

 

El Liverpool lo intentó en los últimos minutos y estuvo a punto de empatar mediante un disparo lejano de Gerrard que se estrelló en el larguero. Pero el gol del empate no llegó. Para alegría inmensa de Dickov. Por corta que sea.