El Portsmouth vuelve a sumirse en la crisis después de que la compañía propietaria del club, Convers Sports Initiatives, controlada al 80% por Vladimir Antonov, que ha sido arrestado por supuesto fraude bancario, fuera intervenida. Antonov, buscado para ser interrogado en Lituania, ha dimitido como presidente y director del club.
Según un comunicado de CSI, Andrew Andronikou y Peter Kubik, empleados de la empresa de contabilidad Hacker Young, que gestionaron la situación de insolvencia del Portsmouth por 120 millones de libras el año pasado, cuando el Portsmouth se convirtió en el primer club de la Premier League en ser intervenido, han sido nombrados para administrar la situación de CSI. La Football League ha declarado que su junta decidirá si se restan 10 puntos al Portsmouth «cuando todos los hechos estén disponibles».
La intención es intentar que el club sea solvente esta vez. Los administradores desean vender el club lo antes posible. CSI, con dinero de Antonov, ha comprado recientemente nueve clubes deportivos. Según Kubik, «CSI tiene varios activos vinculados con el deporte y esperamos encontrar compradores interesados en estas filiales».
Para que el Portsmouth evite ser intervenido una segunda vez en tan poco espacio de tiempo, debe evitar quedar atrapado en la tormenta que involucra a Antonov, que fue arrestado por la policía de Londres tras la emisión de una orden europea el 23 de noviembre. Tras pasar por el juzgado, deberá presentarse de nuevo el 16 de diciembre, para decidir si es extraditado a Lituania o no.
En Lituania, Antonov es buscado por el caso del banco Snoras, del que era propietario, en que se le acusa de apropiación indebida, abuso de autoridad y lavado de dinero.
En un comunicado, CSI declaró que era una compañía sólida porque había sido financiada exclusivamente a través de la fortuna privada de sus propietarios, y no por medio de préstamos del banco Snoras.
Dubov Akers, directivo del Portsmouth, declaró al periódico The Guardian que Antonov había invertido unos 10,5 millones de libras en el Portsmouth para pagar traspasos y sueldos de jugadores, desde que CSI compró el club a su anterior propietario, el empresario hongkonés Balram Chainrai en junio.
Akers declaró que el club confiaba en Antonov para seguir financiándose. Según la Hacienda inglesa, el club debe 37 millones de libras en concepto de impuestos e IVA pendientes.
Chainrai ya había prestado 17 millones al Portsmouth, que luego fue intervenido. Luego lo compró de nuevo y lo vendió a CSI. CSI sigue pagando plazos de la compra a Chainrai, lo cual le convierte en favorito para comprar el club una vez más.