QPR llegaba a este partido tras un durísima derrota por 3-2 en Craven Cottage, frente al Fulham en el derbi londinense. Previamente habían ganado dos partidos consecutivos, antes de caer ante el Aston Villa por el mismo resultado de 3-2, que una semana después contra los Cottagers. Pese a que tiene jugadores para conseguir la salvación, el equipo de Harry Redknapp está a siete puntos de la salvación a falta de seis partidos.

 

El Wigan por su parte, viene realizando como es habitual en las últimas campañas, una gran recta final de temporada. El equipo ha logrado vencer en tres de sus últimos cuatro partidos. El conjunto dirigido por Roberto Martínez sigue en descenso pero su transformación en los finales de campaña podría volver a salvarles.

 

El partido comenzó con el Wigan dominando la posesión del balón y el QPR intentando salir en velocidad, sobre todo por medio de Andros Townsend en la banda derecha. En los primeros compases, Wigan tenía la posesión pero no terminaba de crear peligro sobre la portería defendida por Julio César. La primera ocasión de gol llegó por parte del QPR por obra de Loíc Rémy que mandó el balón con mucha potencia, al palo izquierdo de la portería del Wigan, y acabó en saque de puerta.

 

En el minuto 20 de juego, el delantero del QPR, Bobby Zamora, le dio una patada durísima en la cara al centrocampista español Jordi Gómez, que en primera instancia, el árbitro del encuentro Phil Dowd ni siquiera consideró como falta. Sin embargo, tras detener el juego, ya que Gómez estaba tendido en el césped, Dowd consultó con uno de sus asistentes y le mostró la tarjeta roja al ex atacante de Fulham y West Ham.

 

Tras la expulsión, el Wigan monopolizó el balón y llegó con algo de más de frecuencia, mientras que el conjunto londinense estaba completamente encerrado atrás. En el 37, Dowd le sacó amarilla a James McCarthy tras cometer una falta sobre Townsend. Tres minutos más tarde, McCarthy realizó un disparo magnífico que Julio César desvió a córner. Después, cerca de la conclusión de la primera mitad, el QPR se repuso de la expulsión de Zamora y tuvo algunos acercamientos al área rival por mediación de Andros Townsend, Junior Hoilett y Loïc Rémy. Pero no consiguieron marcar y el partido se fue al descanso con el marcador de 0-0.

 

Durante el descanso, Redknapp introdujo al ex defensa del Manchester City, Nedum Onuoha en lugar del lateral izquierdo francés Armand Traoré. El Wigan siguió llevando la batuta del juego pero sin terminar de irse a por el partido. En el minuto 53, Rémy vio la cartulina amarilla tras una entrada sobre Jordi Gómez.

 

Un par de minutos después, Hoilett fue sustituido por Adel Taarabt, que no está contando con el respaldo de Redknapp, que fue precisamente quién le vendió al QPR cuando era técnico del Tottenham. La impresión es que, juegue donde juegue el QPR la próxima temporada, Taarabt no seguirá en el club.

 

En el 68, Andros Townsend, lanzó un gran disparo, que se fue por encima del larguero de la portería de los Latics defendida por el español Joel Robles. Más tarde, Townsend de nuevo, logró realizar un buen lanzamiento, que golpeó en un defensor del Wigan y acabó marchándose a saque de esquina.

 

El Wigan respondió por mediación de James McArthur que tuvo una clara oportunidad de cabeza, pero Julio César con un gran parada, logró despejar a córner.

 

En el minuto 82, el QPR se adelantó gracias a una falta en contra cometida por Samba sobre Franco Di Santo. La falta la puso en juego el mediapunta escocés Shaun Maloney, que le dio un pase en corto a Figueroa, que disparó sobre un defensor. El QPR salió a la contra a toda velocidad por mediación de Stephane M’Bia, que le dio un pase perfecto a Loïc Rémy que consiguió finalizar la jugada marcando un golazo espectacular con el interior de su pie derecho.

 

Y en el minuto 93, Stephane M’Bia cometió una falta innecesaria en la frontal del área sobre Shaun Maloney. Julio César colocó una barrera de cinco hombres pero dejó un hueco demasiado grande en la portería y llegó el momento increíble del partido. Maloney marcó un golazo de falta que le dio un empate de oro al Wigan y complica muchísimo la salvación del QPR.

 

Harry Redknapp afirmó tras el partido que el empate había sido «el momento más cruel que he vivido en el fútbol». En cuestión de unas semanas puede vivir otro.