El partido del lunes era el partido del líder, el partido de un Liverpool que llegaba pletórico de moral tras su victoria en el clásico inglés frente al Manchester United por 1-0. Por otro lado, el Swansea de Michael Laudrup llegaba con tan solo tres puntos debido a un difícil inicio de temporada contra rivales como Tottenham o Manchester United, pero que venía de ganar a un West Brom hundido en el fondo de la clasificación.

 

La principal novedad para los locales fue el regreso a la titularidad del estandarte del ‘Swansismo’ por denominarlo de alguna manera: Leon Britton. Por parte visitante, destacaba el debut de los recién llegados Víctor Moses y Mamadou Shako; además de la entrada de André Winsdom por la lesión de Glen Johnson.

 

No había comenzado el partido cuando comenzó el show particular de Jonjo Shelvey. En el primer minuto de juego, el jugador inglés se inventó un buen gol tras un rechazo fallido de la defensa del Liverpool. Un par de regates y una finalización de diez para subir el primer tanto al marcador cuando no se habían cumplido los primeros 90 segundos. Pero las cosas se torcerían rápidamente para Shelvey.

 

Menos de dos minutos después, el medio inglés cedió un balón a Michel Vorm sin apercibirse de la presencia de Daniel Sturridge, que interceptó el balón y batió a placer al guardameta holandés para conseguir el empate.

 

No habían transcurrido cinco minutos y ya llevábamos dos goles. Pintaba interesante el partido, que nos planteaba la oportunidad de ver un doble pivote de mucho toque por parte del Liverpool con Steven Gerrard, que cumplía su partido 400 como capitán, y el brasileño Lucas Leiva. También destacaba la presencia de Victor Moses, que ocupó una de las bandas en detrimento del español Iago Aspas, relegado al banquillo.

 

Mientras, las ocasiones se sucedían para ambos bandos, como un extraordinario cabezazo de Sturridge tras jugada de Moses, que brillantemente atajó Michael Vorm. Jonjo estaba agazapado, esperando su oportunidad, y en el minuto 35, sin nadie en la presión, regaló un balón en pase largo al nigeriano Moses, que en jugada individual avanzó hasta batir a Vorm con un disparo ajustado al palo desde la frontal y remontar el partido. Con el 1-2 llegamos al descanso.

 

La segunda parte comenzó muy trabada a causa de una sucesión interminable de faltas y los accidentes del partido, incluyendo las lesiones de Wilfried Bony y Philippe Coutinho, provocaron que el partido perdiera ritmo. No lo recuperó hasta que el Swansea se activó definitivamente en busca del empate. La entrada de Jonathan De Guzmán en detrimento de Nathan Dyer al descanso permitió a los galeses gozar de mayor control en el centro del campo y liberar a Shelvey en el ataque.

 

Así, Jonjo pudo finalizar su recital. Una internada sin balón desde el centro del campo rompió la defensa y le permitió peinar un balón para dejar solo al asturiano Michu que batió desde dentro del área a Mignolet con un buen disparo para poner la igualada a falta de 27 minutos para el final. Era el primer gol de Michu esta temporada en liga.

 

Continuos vaivenes nos llevaron en volandas hasta el pitido final. Cualquiera de los dos se podría haber llevado la victoria, si es verdad que el Swansea generó más peligro en las últimas ocasiones. El empate permite al Liverpool continuar como líder en solitario con 10 puntos, superando a los dos equipos londinenses que le siguen, Arsenal y Tottenham. Por su parte, el Swansea cambia ahora de tercio. El jueves se enfrentará al Valencia en Mestalla en partido de Europa League. Los aficionados valencianistas aguardan con impaciencia la segunda parte del show de Jonjo.