Juan Antonio Parejo

El sprint final por la Champions

Con el campeonato y el subcampeonato ya decididos, aún quedan algunos intensos y atractivos alicientes para el espectador. Uno de ellos será la batalla por las dos plazas restantes de Champions League, con tres equipos en primera línea de parilla y un teórico outsider que no ceja en su empeño. Seis partidos para Chelsea y Tottenham y cinco para Arsenal y Everton les separan para sellar el billete, entre ellos dos enfrentamientos directos.

 
Con el campeonato y el subcampeonato ya decididos, aún quedan algunos intensos y atractivos alicientes para el espectador. De acuerdo, nada va a superar al infartante desenlace de la última Premier League, que quedará guardado para la eternidad en el diván de la Historia. Quedan dos escenarios que seguro van a mantenernos pegados y bien sujetos al sillón. Uno de ellos será la terrible pelea por evitar el último puesto de descenso. El otro y el que ocupa estas líneas, no es otro que el de buscar las dos plazas restantes de Champions League, con tres equipos en primera línea de parilla y un teórico outsider que no ceja en su empeño. Seis partidos para Chelsea y Tottenham y cinco para Arsenal y Everton les separan para sellar el billete, entre ellos dos enfrentamientos directos, donde el Chelsea se verá las caras con el Tottenham en White Hart Lane y en casa con el Everton. La presión por el miedo al fracaso será aún mayor ya que la sexta plaza no da acceso a la Europa League, quedando el cupo solo abierto a la quinta (las otras dos, ya están para Swansea y Wigan). Vayamos equipo por equipo y analicemos a cada uno en esta carrera, que aunque en su sprint final, no deja de ser al mismo tiempo de resistencia:
 
Chelsea. Lo del Chelsea este año da para mil historias. De poder conquistar siete trofeos y perderlos todos (lo que constituye un récord) a estar peleando por meterse en Champions al mismo tiempo que sigue vivo en la Europa League, precisamente el título que jamás habrían deseado disputar. Con un entrenador “interino” y abucheado por la misma grada de Stamford Bridge y un ambiente dentro del vestuario que siendo generosos, no es el mejor, los blues sin embargo parecen bien encaminados para lograr el pase. Tanto pinchazo parece haber hecho callo y pese a algún tropiezo como el de Southampton y un fútbol que deja fríos a todos, su racha no es negativa y se presentan como primeras espadas para obtener incluso la clasificación directa.
 
Pese a tanto tropiezo (y en ocasiones, piedras sobre tejado propio), no deja de ser un equipo competitivo y de los cuatro, el que más variantes tiene, tanto en ataque como en defensa, lo que quizá le permita afrontar con más garantías las semifinales contra el Basilea. Cuenta con efectivos de sobra, una defensa sólida donde empieza a destacar Azpilicueta y una medular donde Lampard está mostrando una versión, si bien lejos de su apogeo, más que decente. Arriba, Hazard y sobretodo Mata pueden sacar al equipo de casi cualquier escollo. Bien pudiera parecer además que tanto rumor de cambio de entrenador y nuevos fichajes desestabilizase al club, pero lo que ha conseguido reflotar Benítez de alguna manera es un equipo que ante todo sabe competir incluso en las peores situaciones.
 
Por otra parte, la cantidad de partidos que se le acumulan al Chelsea quizá tengan su coste, ya que algunos jugadores como Mata no tienen ningún sustituto. El calendario no es nada fácil, con un duelo en Anfield Road cuatro días antes de viajar a Suiza, al complicado St. Jakob Park. Precisamente su rival europeo tampoco se lo pondrá demasiado fácil, como ya demostró ante el Tottenham, lo que le va a exigir un desgaste adicional. Y dos semanas después, el cuadro de Benítez juega en Old Trafford ante el United, que seguro no olvidará la derrota de FA Cup. No acaban ahí las curvas del camino, ya que en la última jornada recibirá al Everton. La temporada parece que se le está haciendo algo larga al Chelsea. Todo ello sin olvidar la capacidad adquirida por el club para ponerse zancadillas a sí mismo.
 
Arsenal. Tras su derrota en White Hart Lane y tal como llovía en el Emirates tras las derrotas ante Bayern de Múnich y Blackbun Rovers, todo apuntaba a que el próximo año los Gunners solo podrían escuchar el himno de la Champions a través de la televisión. O tomando el metro hasta Fulham Broadway o Seven Sisters. Pero a Blues y Spurs les gustan los enredos y dieron una nueva oportunidad a los de Wenger que han aprovechado para no perder el tren.
 
A su favor juega que recuperan a elementos clave como Wilshere o Walcott en el tramo decisivo y que el equipo ha renovado bríos. Al mismo tiempo, el equipo ha adquirido un pulso más sostenido y decidido, como demostró en los últimos veinte minutos en The Hawthorns, donde sobrevivió milagrosamente a un bombardeo con un jugador menos. No tiene ningún tipo de distracción europea o copera y su calendario parece ser el más sencillo de los cuatro, donde el partido en Old Trafford parece el duelo más complicado. El Arsenal además parece desempeñarse bien en estas situaciones: el año pasado todo apuntaba a que se quedaría sin su premio y acabó tercero. En circunstancias de empate a puntos, por otro lado, su diferencial de goles no es nada malo.
 
En su contra pesa que hablar de Arsenal y fiabilidad quizá sea demasiado hablar, habituados como nos tienen a auténticos batacazos como en FA Cup y League Cup, así como su pobre balance contra los equipos punteros de la Premier (solo ha ganado al Tottenham y en casa). Los Gunners tampoco tienen ni un claro hombre-gol ni una estrella del nivel de Gareth Bale, que pueda sacar puntos por pura categoría individual en cualquier tarde aciaga, aunque el nivel de Cazorla o Wilshere tampoco dista demasiado. En la tabla general, el Arsenal demás tenía la mano contra sus rivales del norte de Londres y la perdieron en el último empate contra el Everton. Ahora han de confiar en resultados ajenos, muy pendientes del Tottenham-Chelsea del 8 de mayo.
 
Tottenham. Su carrera en Premier estaba siendo impoluta y el pasaporte a la Champions parecía sellado tras la victoria ante el Arsenal a principios de marzo en White Hart Lane. Sin embargo, dos derrotas seguidas en Anfield y en casa ante el Fulham así como un nuevo empate ante el Everton abrieron la carrera, que sirvió para que Gunners y Toffees se engancharan y el Chelsea recuperase la tercera plaza.
 
Una vez que el manual que trajo Villas Boas bajo el brazo fue aprendido y asimilado, los Spurs se mostraron como un equipo fuerte y resuelto, consciente de sus capacidades y con algunas victorias de campanillas, como en Old Trafford. En sus filas además, cuenta con el que probablemente sea designado el mejor jugador de la Premier League: Gareth Bale. El galés además, ha añadido a su ya enorme repertorio unas cifras goleadoras muy altas, que han sacado a su equipo de más de un apuro, como en Upton Park. Línea por línea, el Tottenham dispone de hombres de nivel, desde el citado Bale a Lloris, pasando por Dempsey, Sigurdsson, Vertonghen, Walker o Parker. Un colectivo brillante y adaptado a intereses colectivos de manera más que satisfactoria.
 
Pero parece que también a los Spurs la temporada se les está haciendo larga y si bien su once tipo es tan competitivo como el que más, quizá no disponga de un banquillo demasiado largo o al nivel de otros rivales de Londres. Tampoco ayudan las recientes lesiones de hombres clave, como Lennon, Defoe y especialmente Bale, disponible eso sí y en principio para el próximo partido contra el Manchester City. Precisamente el calendario será otro detalle a tener en cuenta. Además de la visita de los Citizens, recibirán en la antepenúltima jornada al Chelsea, una fecha que queda marcada en rojo por los Spurs y por sus rivales. Por otra parte, el Tottenham será en parte juez de la última plaza del descenso, yendo a Wigan y Stoke-on-Trent y recibiendo a Southampton (que parece salvado) y Sunderland en la última jornada. Al contrario de Chelsea o Arsenal, en caso de empate a puntos (que no es descartable), su situación no es la mejor.
 
Everton. Premio a la regularidad, la constancia y el saber rehacerse año tras año tras perder piezas importantes. Capaces de sacar puntos en plazas como White Hart Lane o el Emirates. Y sin embargo, la sexta plaza, desprovista de recompensa europea, pudiera ser tan desagradecida para la gran campaña de los Moyes…
 
Equipo compacto y serio donde los haya, que aprende a reinventarse, como demuestra la nueva demarcación de Fellaini, que también tiene jugadores de primer nivel, como Baines, o candidatos a fichaje del año, caso de Mirallas de no ser por sus lesiones. Y que en caso de que alguna de sus piezas flojee con respecto a otras temporadas como Jelavic, se sustituye por otra con un rendimiento catalogable como óptimo, como Victor Anichebe. La trayectoria de los Toffees ha sido de las más regulares de todos. Constantemente sus rivales confiaron en que acabarían por caerse y resistieron. Y es que muy probablemente vayan a pelear por el cuarto puesto hasta la última jornada. Su competitividad quedó de sobras demostrada en Londres el pasado martes.
 
Parece eso sí, que va a ser insuficiente. Sumado a que ocupan la última posición de la carrera y a pesar del rendimiento sacado por Moyes, tanto el once como la plantilla de lo Tofees no parecen tan competitivas como las de sus rivales, clave en momentos decisivos. Tampoco tienen individualidades de la talla de Bale, Cazorla o Mata. El calendario de los tofees no es asimismo, ningún dulce, debiendo viajar la próxima jornada a Sunderland (con todo lo que se juegan los de Di Canio), a Anfield y en la última jornada a Stamford Bridge. Su encomiable trabajo probablemente solo quede recompensado con el hecho de quedar por encima del Liverpool. Que no vienen a ser más que migajas viendo los esfuerzos y aciertos de este Everton.
 
Así pues, nada hay aún decidido, quedándose la vista para sentencia muy posiblemente aplazada hasta la última jornada. En cualquier caso, el Tottenham-Chelsea del 8 de mayo resultará vital para ver cómo se desarrollará esta batalla librada en cuatro frentes. Si tuviéramos que jugarnos nuestro dinero antes de dicho partido, lo haríamos a favor del Chelsea y el Arsenal (en este último caso, también nos pesa el corazón), aún a sabiendas que son los de Villas Boas los que dependen de sí mismos. En cualquier caso y a día de hoy, reina la incertidumbre…
 

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