Stoke City recibía en su estadio a un golpeado Newcastle, que llegaba tras tres derrotas consecutivas y tras conocer la noticia de que Yohan Cabaye y Steven Taylor estarán de baja hasta febrero.

 

El partido comenzó peleado de lo malo que era. De hecho, el primer tiempo se pasó con un tiro al arco para cada equipo. El partido se planteó como dos rivales de mitad de tabla para abajo que buscan sumar dejando atrás el “jogo bonito”. Los espectadores que acudieron al Britannia debieron tener la impresión de estar asistiendo a un partido de la Copa Davis, es decir, un pelotazo que pasaba de mitad de campo a la otra mitad. Entre un recital de bostezos, el primer tiempo fue llegando a su fin sin mostrar más de lo que se podía esperar. Un Stoke basado en sus movimientos automáticos, es decir, centrar pelotas para sus torres, contra un Newcastle que parece no tener idea del campo en que juega.

 

El segundo tiempo comenzó con más emociones, aunque era imposible tener menos. El Newcastle amaga últimamente con que su nivel cambiará en los primeros diez minutos del segundo tiempo y acá no sería la excepción. Demba Ba robó la pelota en una mala salida del Stoke City luego de un remate de fuera del área ante el cual Asmir Begovic respondió mal dando un rebote que fue cazado por Papiss Cissé para que el senegalés abriera el marcador para las “urracas”.

 

Los locales intentaron responder a base de centros que pudieron incomodar a Tim Krul, que más allá de los resultados que rodean a Newcastle está manteniendo su gran nivel de la temporada pasada. Por más llegadas que el Stoke planteaba a través de su único recurso, Newcastle no pasaba grandes sobresaltos y el partido parecía marchar viento en popa para las «urracas». Demba Ba consiguió incomodar al portero del Stoke, quien respondió muy bien sacando la pelota con su pierna derecha. Newcastle no hizo mucho más en ataque pero al menos parecía alcanzar con esto.

 

Los locales, quienes tampoco derrocharon buen juego ni realizaron mucho en ataque, consiguieron desequilibrar más con el ingreso de Cameron Jerome, quién luego de un desborde envió un centro que conectó Jonathan Walters y puso la igualdad en el marcador. Era inconcebible que con este nivel de juego se metieran más goles, pero para sorpresa de todos, Jerome no había dicho su última palabra. El delantero inglés logró su primer tanto en liga para decidir el encuentro. Newcastle, ya rendido, no hizo más que esperar el fin de esta pesadilla.

 

Stoke City consigue tres puntos para alejarse de la zona del descenso que son fundamentales. A base de fuerza, una vez más optan a posicionarse de mitad de tabla hacía arriba. Por otro lado, Newcastle cada vez cae más cerca de la zona roja, aquella que en 2008-09 los vio caer de la mano de un gol en contra de Damien Duff. No se puede olvidar que Newcastle ya ha sufrido en su historia reciente un descenso con una plantilla que estaba para luchar puestos europeos. Alan Pardew, que tras renovar su contrato por ocho años ha visto cómo su equipo se deshacía, deberá tomar medidas rápidamente para recuperar la confianza del equipo más golpeado actualmente en autoestima de esta Premier League.