El partido comenzó serio, con mucho respeto por ambas partes. Las urracas tenían la posesión pero no conseguían la profundidad necesaria para llegar a la meta de Simon Mignolet. Por su parte, el Sunderland protestó un penalti clamoroso de Steven Taylor sobre Danny Graham del que Howard Webb no se percató.

 

Pero a medida que pasaban los minutos, el equipo de Paolo Di Canio, que había recibido el apoyo de su homólogo Alan Pardew en la previa del derbi, se estiraba cada vez más mientras que el Newcastle esperaba bien colocado. A través de la estrategia, llegaba el peligro de los Black Cats pero sin ocasiones claras de gol. Hasta que, en el minuto 26 y tras un balón perdido por Jonás Gutiérrez, Stephane Sessegnon, con un disparo raso y ajustado al palo, consiguió batir a Tim Krul. En esos momentos, el equipo de Di Canio le estaba dando un repaso a las urracas en el derbi de Tyne and Wear.

 

Pero a partir de aquí comenzó el Newcastle a crear peligro. Varios minutos después del gol de Sessegnon, Cisse estuvo a punto de batir, por partida doble, a Mignolet pero el portero belga, sobre todo en la segunda opción de gol, realizó un paradón espectacular estirando el brazo para evitar el empate de las urracas. A pesar de esto, el Sunderland mantenía el dominio del encuentro.

 

El español Carlos Cuéllar casi puso la puntilla a las urracas. Su cabezazo fue repelido a la perfección por Krul. El partido estaba calentito. Cisse pegó un plantillazo a Bardsley a la altura de la rodilla por la que pudo ver la roja. Al final, se quedó en amarilla para el delantero senegalés.

 

En el descuento de la primera parte, un centro de Krul desde el centro del campo fue rematado por Cisse y Rose rechazó el balón sobre la línea de la meta de Mignolet. Con este 0-1 a favor del Sunderland, se llegó al descanso. El derbi de Tyne and Wear, tenía color rojiblanco.

 

En el segundo tiempo, la charla de Alan Pardew sumada al posterior cambio de Ameobi por Goufran, surgió su efecto. El Newcastle parecía otro equipo distinto al de la primera parte. Las urracas no permitían a los Black Cats ni tocar el balón, excepto en contras que no tenían un final feliz.

 

Pero todo eran problemas para los de Pardew. En un despeje, tras una falta bien botada por Johnson, Krul, en la caída, se lesionó en el codo y tuvo que ser sustituido por el portero suplente Elliot. El portero holandés, que regresó recientemente de una lesión, podría perderse la recta final de liga.

 

La mala suerte de las urracas flotaba en el ambiente. Howard Webb anuló un gol legal a Cisse en el minuto 60, el tercero en cuatro días para el delantero senegalés, que ya vio cómo le anulaban dos el jueves ante el Benfica en Europa League. Una serie de rechazos tras una falta colgada por Cabaye le cayó al delantero senegalés, que envió la pelota a la red del Sunderland, pero el árbitro asistente levantó el banderín y el tanto no subió al electrónico. Las urracas no empataban y St James’ Park se impacientaba por momentos.

 

Howard Webb continuaba con su espectáculo particular. Un remate de Graham impactó en la mano de Yanga-Mbiwa de una forma clara pero el calvo colegiado no le prestó atención. Ya eran tres penales no cobrados.

 

El asedio sobre la meta de Mignolet continuaba. Ben Arfa pudo empatar pero su cabezazo salió por encima de la portería de los Black Cats. Pero los espacios que las urracas dejaban atrás fueron aprovechados por el Sunderland, que no perdonó. Una contra fulgurante de Adam Johnson terminó con un golazo del exjugador del Manchester City que finiquitaba el partido a los 75 minutos. Di Canio lo celebró desde el banquillo como Mourinho, con rodillas en suelo y agitación exacerbada de brazos.

 

Aún así, todo iba a empeorar para los locales. Un espectacular trallazo de Vaughan, con un efecto endiablado, se coló por la escuadra izquierda de la portería que defendía Elliot. Quedaban diez minutos para el final y los aficionados del Newcastle empezaban a abandonar sus asientos mientras que los Black Cats desplazados hasta St James’ Park seguían con la fiesta.

 

El 0-3 fue definitivo. El Sunderland no ganaba en la casa de su acérrimo rival sin encajar goles desde 1966, repitiendo el resultado hoy acaecido. Con estos tres puntos, los de Di Canio se colocan con 34, a tan solo dos de las urracas (36). Ambos están en una situación delicada ya que el descenso lo marca el Wigan con 31 puntos y dos partidos menos que ambos conjuntos.