Ilie Oleart

El Swansea conquista la Copa de la Liga (5-0)

El Bradford, que hizo historia alcanzando la final de Wembley, no fue capaz de producir una última sorpresa. El Swansea logró la mayor goleada de la historia en una final de la Copa de la Liga y completó su fantástico renacimiento, que le ha llevado de evitar la desaparición a Europa en solo una década.

 

Copa de la Liga

Swansea City 5
Bradford City 0
Ficha técnica
5 – Swansea City: Gerhard Tremmel, Ashley Williams, Ki Sung-Yueng (Garry Monk, 63), Angel Rangel, Ben Davies (Dwight Tiendalli, 84), Jonathan De Guzmán, Nathan Dyer (Roland Lamah, 78), Pablo Hernández, Wayne Routledge, Leon Britton, Michu.
0 – Bradford City: Matt Duke, Stephen Darby, Rory McArdle, Curtis Good (Andrew Davies, 45), Carl McHugh, Will Atkinson, Gary Jones, Garry Thompson (Zavon Hines, 74), Nathan Doyle, Nahki Wells (Jon McLaughlan, 58), James Hanson.
Goles: 1-0, m.16: Dyer. 2-0, m.40: Michu. 3-0, m.47: Dyer. 4-0, m.59: De Guzmán (p.). 5-0, m.90+1: De Guzmán.
Al Swansea no le pesó aparecer en la final en el papel de Goliat, un rol al que no está muy acostumbrado, y apabulló al Bradford de League Two. Tras ganar su primer título importante en cien años de historia, los Swans harán bien en comenzar a acostumbrarse a su nuevo estatus.
 
La mayor goleada de la historia en una final de Copa de la Liga fue un triste final para un Bradford que ha maravillado al país en esta competición tras eliminar a Wigan, Arsenal o Aston Villa en su camino hasta Wembley. Aunque posiblemente, arrastrar a 32.000 aficionados hasta aquí ya es un éxito en sí mismo.
 
Los de Phil Parkinson, undécimos en League Two, ya estaban derrotados antes del descanso. Para rematarlo, se quedaron con diez a la hora de juego tras la expulsión del portero Matt Duke tras cometer penalti sobre Jonathan De Guzmán.
 
El Swansea levantó el trofeo ciñéndose al mismo patrón que le permitió evitar la desaparición hace una década cuando luchaba por no descender a quinta división. Un fútbol asociativo que contribuyó a implementar Roberto Martínez, mejoró Brendan Rodgers y ha dado sus frutos con Laudrup.
 
Curiosamente, el gol inicial llegó con la primera incursión del Bradford en campo contrario (sus aficionados aplaudieron cada vez que su equipo atravesaba la medular). Un centro de Garry Thompson desde la derecha fue despejado por el Swansea y Wayne Routledge condujo el contraataque. El inglés cedió a Michu, escorado dentro del área. Duke no pudo bloquear el disparo del español y Dyer aprovechó el rechazo para abrir el marcador.
 
Laudrup preparó una sorpresa en su once inicial. El surcoreano Ki Sung-yueng ocupó el vació dejado por Chico Flores en el eje de la zaga por lesión después de que ni Monk ni Bartley le convencieran en Liverpool la semana pasada. Ki lidió con la potencia aérea de James Hanson a la perfección y el Bradford no pudo ni siquiera aprovechar los balones parados, que fueron pocos. El Swansea, con un 76% de posesión, fue amo y señor del encuentro.
 
El segundo gol llegó tras una combinación entre Pablo Hernández y Michu. A pase del primero, el segundo disparó a través de las piernas del capitán del Bradford, Gary Jones, y el balón entró pegado a la base del poste. Fue el 19º gol de Michu esta temporada.
 
Nada más comenzar la segunda parte, Ki cedió a Dyer en la banda derecha. Tras hacer la pared con Routledge, recortó hacia dentro y marcó con su pierna izquierda. Minutos después, el colegiado Kevin Friend mostró tarjeta roja al portero Duke por cometer penalti sobre De Guzmán. Fue una decisión correcta según las reglas pero muy alejada del espíritu del partido, como demostró Ashley Williams al ir a consolar a  Duke, excompañero suyo en el Stockport County. Fue la primera expulsión de la carrera de Duke.
 
El penalti tardó minutos en lanzarse. Los que tardaron Dyer y De Guzmán en decidir quién lanzaría. Dyer, que podría haber logrado el primer hat-trick de la historia en una final de la Copa de la Liga, no logró su objetivo y De Guzmán fue el encargado de convertir el 4-0. Dyer abrazó a De Guzmán tras el gol como forma de disculpa pero todavía estaba furioso cuando Laudrup le sustituyó 12 minutos después.
 
Los aficionados del Bradford no pudieron festejar su primer saque de esquina hasta los 86 minutos y su primer disparo hasta el 88. Para su desgracia, todavía tendrían que presenciar un quinto gol, obra de De Guzmán tras el centro desde la derecha de Ángel Rangel.
 
Los jugadores del Swansea rindieron homenaje a sus rivales haciéndoles el pasillo después de que los subcampeones recogieran sus medallas. A partir de ahora, los caminos de ambos equipos se bifurcan cruelmente. Europa aguarda al Swansea. Dagenham & Redbridge espera al Bradford este miércoles.
 

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Ilie Oleart