El Swansea protagonizó una actuación para el olvido pero el resultado les puede acabar conduciendo a Wembley para luchar por conquistar el primer título importante en sus cien años de historia. Y las perspectivas son más que esperanzadoras considerando los posibles rivales: Bradford, Aston Villa y Leeds o Chelsea.

 

Los galeses no decidieron el encuentro hasta el minuto 81 tras un gol en propia puerta de Seb Hines. Pero como Laudrup enfatizó en la previa, lo único importante en una competición copera es seguir vivo. Aunque su equipo deberá mejorar para seguir adelante.

 

Al Swansea le costó entrar en el partido y el Middlesbrough estuvo cerca de adelantarse en la primera parte a pesar de que Laudrup alineó a la mayoría de sus titulares. Solo Ángel Rangel, que se quedó en el banquillo, y Ashley Williams, sancionado, se perdieron el encuentro.

 

Ya a los treinta segundos, Chico tuvo que emplearse a fondo para evitar el remate de Grant Leadbitter desde dentro del área. Tan solo Michu, como de costumbre, llevó peligro a la portería del Boro. Pero fue una nota discordante en una sinfonía bien interpretada por el Boro, que se mostró disciplinado y ambicioso, a pesar de no contar con jugadores importantes como Jonathan Woodgate o Josh McEachran.

 

A diferencia de otros días, De Guzman y Leon Britton fueron incapaces de tomar las riendas en la medular. A los 21 minutos, George Friend se escapó del primero y Tremmel tuvo que intervenir para detener el disparo de Leadbitter, de lo mejor entre los visitantes.

 

El Swansea respondió a los 34 minutos con una internada de Ben Davies por la izquierda que acabó con remate de Shechter, que dejó en el banquillo a Danny Graham, que fue desviado por Dyer directamente a las manos de Steele.

 

Tremmel tuvo que intervenir de nuevo para evitar el gol de Leadbitter después de que los defensas del Swansea no detuvieran al omnipresente Faris Haroun.

 

En el descanso, Laudrup adelantó la posición de De Guzman y Michu, y el equipo mejoró. Aunque Leadbitter lo probó una vez más, el partido basculó hacia el costado local. La ocasión más clara llegó de los pies de De Guzman, que disparó a la escuadra una falta en la frontal del área.

 

La presencia de De Guzman en el juego aumentó y el Swansea salió beneficiado. Sus cambios de juego permitieron al sustituto Ki Sung-Yueng disponer de espacios. El surcoreano estuvo cerca de provocar el penalti de Hines tras una internada en el área.

 

Pero a los 81 minutos llegaría el momento decisivo del encuentro. Un córner desde la izquierda lanzado cerrado por De Guzman hacia el central Garry Monk fue interceptado por Hines con tan mala fortuna que introdujo el balón en su propia portería.

 

La mejor oportunidad del Boro para empatar llegó en el minuto 95, cuando Scott McDonald estuvo cerca de llegar a rematar un centro desde la izquierda. El Swansea no jugó su mejor partido, pero a pocos aficionados galeses les importará si el viaje acaba en Wembley.