Cien años después de su fundación, el Swansea ha logrado alcanzar la final de un torneo importante. El 24 de febrero, los galeses se enfrentarán al Bradford City en Wembley por su primer título importante, un puesto en la próxima Europa League y la culminación de diez años de escalada imparable.

 

El Chelsea, en cambio, prolongó su agonía de esta temporada. Los Blues arrancaron en agosto con siete títulos en juego. Solo les quedan opciones reales de conquistar dos de ellos (la Europa League y la FA Cup) y el «técnico interino» volvió a errar en sus planteamientos. Esta eliminación tampoco le ayudará a suavizar su tensa relación con los aficionados del club.

 

El equipo de Benítez debía remontar una desventaja de dos goles pero no disparó a puerta hasta los 73 minutos. Su primer cambio fue el de Ivanovic, un defensa central, por David Luiz, otro (aunque ahora juegue más de medio centro). Su mediocre partido, sin embargo, quedará opacado por el lamentable incidente protagonizado por Eden Hazard a los 78 minutos.

 

Un recogepelotas en la línea de fondo se negó a darle el balón al belga, que le empujó. El chico cayó al suelo sobre el balón y Hazard le propinó una patada en las costillas en su intento de arrebatarle el balón. El árbitro expulsó a Hazard con roja directa y las, ya de por sí escasas, opciones del Chelsea de remontar se esfumaron por completo.

 

El Swansea cedió el balón al Chelsea pero dispuso de las mejores oportunidades. Wayne Routledge disparó de volea tras un centro de De Guzman pero el balón rebotó en Azpilicueta. Un par de minutos después, Cech detuvo un disparo de Michu con la zurda.

 

El Chelsea fue capaz en algunas fases de encerrar el Swansea en su campo. Lo que no logró fue generar ocasiones. Oscar y Mata estuvieron muy participativos pero la defensa del Swansea se mantuvo sólida. Chico se ha convertido en la pareja idónea de Williams, mientras el joven Davies, que debutó esta temporada por la grave lesión de Neil Taylor, está más que asentado.

 

En estas circunstancias, el Chelsea tuvo que recurrir a las malas artes. Demba Ba simuló un penalti de Davies pero Chris Foy no cayó en la trampa. El senegalés fue titular en lugar de Torres, que fue informado en la reunión de las cinco de la tarde en el hotel que sería suplente. Benítez parece estar perdiendo la paciencia con él. Nadie le podrá culpar.

 

Los Blues carecieron de creatividad. Algo que no deja de ser llamativo en un equipo con Mata, Hazard y Oscar en el centro del campo. El peligro acabó llegando de la misma fuente que lleva haciéndolo los últimos lustros. Poco después de la hora de juego, Lampard disparó desde lejos después de que Mata le tocara el balón. Fue el primer síntoma de frustración por parte visitante. Un cuarto de hora después, Hazard dejaría patente hasta qué punto se había adueñado del equipo.

 

Nadie podría haber imaginado que Swansea y Bradford iban a ser los protagonistas en Wembley dentro de un mes. Los mayores éxitos de los Swans en copa se limitan a un par de semifinales de FA Cup, que perdieron por 3-0 ante el Bolton Wanderers en 1926 y por 2-1 ante el Preston North End en 1964. El Bradford al menos ganó una FA Cup.  En 1911. Gane quien gane en Wembley, el fútbol ya salió vencedor.