Qué curioso es el fútbol. Tras un inicio de temporada más que fulgurante, que le aupó al liderato, el Manchester City se ha estrellado consecutivamente ante West Ham en casa y Tottenham Hotspur fuera. Sin embargo, estas dos derrotas no deben hacernos olvidar que el Manchester City cuenta con una plantilla de mucha calidad, bastante extensa y con posibilidades de retocar su sistema de muchas formas distintas, como poner a Sterling en punta, a Silva por la derecha, jugar con doble nueve o usar a Navas y al joven Raheem Sterling como extremos. Todo un mundo de variantes.
El Manchester United, por su parte, ha aprovechado estos traspiés para arrebatarle el liderato al odiado vecino. La (escandalosamente cara) incorporación de Anthony Martial ya le ha supuesto tres goles y una asistencia y, lo que es más importante, una considerable mejoría en las alternativas ofensivas de Louis van Gaal. El hecho de haber podido retener a David De Gea durante, al menos, otro año más bajo los palos de Old Trafford es una carta ganadora de cara a salvar puntos vitales, como en su última exhibición evitando el empate del Southampton en la penúltima jornada hasta en cuatro ocasiones bastante claras. Si Memphis Depay madura con rapidez, Rooney se ve liberado de las tareas típicas de un nueve y la defensa se sostiene lo suficiente para, además, intentar traer a un central en enero, sus opciones de recuperar la preciada Premier son bastante serias.
¿Por qué descartar a Arsenal, Chelsea o a los outsiders Leicester y West Ham? Cada caso tiene una respuesta, pero no son complejas. De hecho, son bastante simples.
El Arsenal es el único club que no ha fichado a ningún jugador de campo este verano. Ante la ausencia de fichajes, la única noticia destacable es la grata mejoría de Francis Coquelin y Héctor Bellerín. Al equipo le sigue faltando un nueve de mayor calado que Olivier Giroud, un mediapunta de más trabajo que Mesut Özil y algún centrocampista de corte creativo debido al cambio posicional a banda de Ramsey la última temporada y las constantes lesiones de Jack Wilshere. A pesar de la recuperación de Alexis Sánchez (4 goles en sus dos últimos partidos), no dará para más que entrar en Champions. Y como el equipo acabe desembocando en la Europa League, quizás ni eso.
En palabras de José Mourinho, “8 puntos de desventaja aquí son como 80 en otra liga”. Y ocho son los puntos que distancian al Chelsea del líder Manchester United (y 7 del City), una renta que a estas alturas podría ser mucho mayor si Mike Dean no hubiera expulsado a Gabriel en Stamford Bridge o el Manchester City no hubiera caído sorprendentemente ante el West Ham. La plantilla Blue ha experimentado un gran bajón físico y futbolístico respecto a la pasada temporada, centrado en una defensa muy pobre que volvió a exhibir todas sus deficiencias en Oporto entre semana. Sea como fuere, pintan bastos para el luso en el campeonato doméstico. Un tercer o cuarto puesto parece el objetivo más realista para el club a estas alturas.
El West Ham recuerda al maravilloso Southampton de Ronald Koeman del año pasado, que se colocó en puestos altos de la tabla durante unas cuantas semanas, hasta que la falta de recursos y alguna que otra desafortunada lesión provocaron una racha de dos empates, cuatro derrotas consecutivas y dos victorias entre las jornadas 11 y 19. Después, victorias sueltas y bastantes más pérdidas de puntos hicieron que los Saints diesen con sus huesos en la séptima plaza de la liga, superados por un Tottenham que se sostuvo en Harry Kane y un Liverpool muy gris. Por tanto, no se espera mucho más de los Hammers que un puesto en la mitad alta de la tabla.
Por todo ello, y salvo que se produzca alguna catástrofe sin precedentes o que el Arsenal encadene una racha aunada con algún contratiempo inesperado por parte de United o City, el título se quedará en Manchester esta temporada.