Ilie Oleart

El único culpable es Luis Suárez

La Federación ha pronunciado finalmente su veredicto sobre las acusaciones de racismo de Patrice Evra contra el uruguayo Luis Suárez. El castigo ha sido de 40.000 libras y ocho partidos de sanción. Un caso muy complejo con muchas ramificaciones que nos obliga a plantearnos diferentes cuestiones. 

 
La demora del panel de tres hombres nombrado por la Federación inglesa para decidir sobre el caso demuestra la complejidad del asunto. Las dudas que asaltaron a estos tres hombres encargados de juzgar el caso debieron ser múltiples: ¿Qué le dijo exactamente Luis Suárez a Evra? ¿Su intención era insultarle utilizando su raza? ¿Reaccionó Suárez a un insulto anterior de Evra? ¿Existen pruebas suficientes para demostrar lo que sucedió? ¿Cuál debe ser el castigo? ¿Deben considerarse las diferencias culturales entre Europa y Sudamérica teniendo en cuenta que se trata de un partido entre dos equipos ingleses correspondiente a la liga inglesa jugado en suelo inglés?
 
A tenor de lo dicho desde la publicación de la sentencia, parece que el propio Suárez admitió haber llamado «negro» o «negrito» a Patrice Evra. Este detalle resultó clave, puesto que no existe prueba alguna en vídeo o testimonio alguno que respalde la acusación de Evra.  Si Suárez hubiera negado todos los cargos, el asunto se habría acabado ahí. Admitir que había dirigido esas palabras contra Evra demuestra una cierta ingenuidad por parte de Suárez (y una pésima asesoría de sus abogados).
 
Una de las líneas de defensa de Suárez fue que el jugador no es racista. Para demostrarlo, se argumentó que tenía amigos negros e incluso un abuelo de color. Eso no es lo que se está juzgando. La ley no castiga a una persona por ser racista, sino por demostrarlo a través de actos o palabras, como en este caso.
 
¿Fue la intención de Suárez provocar a Evra? A tenor de la reacción del lateral francés y los antecedentes de Suárez, parece evidente que si en mitad de la refriega entre Liverpool y Manchester United, el jugador uruguayo llamó «negro» a su rival no fue con intención amistosa, sino con ánimo de provocarle para que este reaccionara.
 
Respecto a las diferencias culturales, un jugador que estuvo años en Holanda y lleva casi un año en Inglaterra, debe ser consciente de la repercusión de llamar «negro» o «negrito» a un rival. Si éste le provocó es indiferente para el caso que nos ocupa. En todo caso, debería exigirse otra sanción para Evra. Pero la provocación nunca eximirá completamente al infractor.
 
En cuanto al castigo, parece descompensada una multa de 40.000 libras y una sanción de ocho partidos. Se trata de un castigo que parece hacer más daño al club que al jugador. Tal vez un castigo de medio millón de libras y cinco o seis partidos habría parecido más justo.
 
El fútbol inglés sufrió la lacra del racismo durante muchos años. Es comprensible que sus órganos rectores no quieran volver a aquella época negra mediante la aplicación de duros castigos para aquellos que recurran a los insultos racistas, aunque sea solo para provocar.
 
John Terry está esperando también su posible castigo por proferir insultos racistas contra Anton Ferdinand durante el QPR-Chelsea. En su caso, existe un vídeo que demuestra con claridad que pronunció esas palabras. Faltará ver si el castigo contra el capitán inglés es de la misma magnitud que el de Suárez.
 

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Ilie Oleart