En una semana en que el Athletic de Bilbao condenó al Manchester United a una de las peores noches europeas de las últimas dos décadas, el club de Old Trafford acabó recuperando el liderato de la Premier League.

 

Ashley Young estuvo fantástico y Wayne Rooney alcanzó los 26 goles esta temporada. El primero fue un justo premio para el dominio local en la primera parte, mientras que el segundo fue una muestra más de la capacidad de Young para decidir los partidos. El extremo se deshizo de Keith Andrews a los 70 minutos y ya encaraba la portería de Ben Foster cuando fue derribado por el centrocampsita. Lee Probert no dudó en señalar la pena máxima.

 

El primer gol de Rooney llegó pasada la media hora. Paul Scholes halló a Javier Hernández en el costado derecho. El mexicano cortó hacia dentro y disparó sobre la portería de Foster. Antes de que el exguardameta del United pudiera intervenir, Rooney se interpuso y concluyó la jugada con la izquierda.

 

El United presentó sus credenciales al título en la primera parte, generando una amenaza continua. Young despedazó a los «baggies» desde el costado izquierdo y demostró que debe ser uno de los pilares ingleses en la Euro.

 

Tras la pausa, el espectáculo del United prosiguió por los mismos derroteros. Rooney combinó con el Chicharito y vio cómo su disparo se estrellaba en el poste. Poco después, Jonas Olsson fue expulsado por doble amonestación. Instantes después llegó una de las pocas ocasiones del West Brom, cuando Shane Long disparó pero De Gea blocó bien el balón.

 

La ovación de la tarde llegó cuando llegaron las noticias del gol del Swansea ante el Manchester City. Un gol que sitúa líder al United por primera vez desde el 15 de octubre.