Tras una primera parte en que el Liverpool mostró su versión más rácana y timorata, los Reds mejoraron radicalmente tras la pausa. Sin embargo, fue una recuperación en vano. El 2-0 pesó como una losa y el United acabó por sellar tres puntos que le permiten mantener los siete puntos de ventaja sobre el City en la cima de la Premier League. Es la octava victoria del United en los últimos nueve partidos en casa ante su rival más acérrimo, que se queda a nueve puntos de la Champions League.

 

Por primera vez en varios años, no se produjo ninguna polémica en el clásico de Inglaterra. No hubo expulsiones, ni penaltis, ni incidentes racistas, ni saludos negados. Lo que hubo fue un United muy superior en la primera parte y un Liverpool que casi logra empatar en la segunda.

 

Brendan Rodgers prometió durante la semana que su equipo sería valiente en términos de posesión pero sus intenciones no se plasmaron en la práctica. Al menos hasta la entrada de Daniel Sturridge. Los Reds estuvieron apáticos durante el primer acto y el primer gol plasmó la superioridad local en esta fase.

 

El excelente Michael Carrick comenzó la jugada, en la que combinaron Shinji Kagawa, Danny Welbeck y Tom Cleverley para acabar cediendo a Patrice Evra en la banda izquierda. El francés envió un pase raso a través del área que Van Persie logró rematar a la primera a portería tras liberarse del marcaje de Daniel Agger.

 

El Liverpool no reaccionó. Lejos de hacerlo, Cleverley estuvo a centímetros de doblar la ventaja del United con una volea con la izquierda tras un mal despeje con la cabeza de Joe Allen, que no tuvo su mejor partido. La mejor ocasión tras el descanso llegó con un pase milimétrico de Carrick para Rafael Da Silva a la espalda de Glen Johnson. El brasileño pasó a Van Persie, que superó a Reina con un remate de tacón, pero Martin Skrtel rechazó el disparo sobre la línea. Reina evitó después el remate de Kagawa tras el despeje de Skrtel.

 

Tras el descanso, Rodgers introdujo a Sturridge junto a Luis Suárez, muy aislado en la primera parte. El efecto fue inmediato y el Liverpool mejoró en todos los aspectos, comenzando por la posesión y la creación de ocasiones de gol.

 

Pero cuando mejor pintaban las cosas para los Reds, llegó el 0-2. Robin van Persie lanzó una falta desde la izquierda que remató Patrice Evra en el segundo palo, el balón golpeó en la cara de Nemanja Vidic y se introdujo en la portería de Reina.

 

El Liverpool se metió de nuevo en el partido acto seguido. Solo tres minutos después, Steven Gerrard cortó un pase de Cleverley en la salida de balón del United y obligó a David de Gea a intervenir por primera vez en el partido. Sin embargo, el portero español no pudo bloquear el balón, que se cruzó en el camino de Sturridge, que reaccionó antes que su marcador, Rafael. Fue el segundo gol de Sturridge con el Liverpool en solo dos partidos. Y también el segundo que le marca al United esta temporada, tras el que le marcó al United en la victoria por 5-4 del Chelsea en Stamford Bridge en Copa de la Liga.

 

Tímido en exceso en la primera parte, el Liverpool buscó con ahínco el empate en la media hora final. La presión de Sturridge y Suárez en la salida del balón generó problemas al United. El bajón físico de Cleverley y Carrick también provocó que el Liverpool se adueñara del centro del campo. Sin embargo, los locales aguantaron las acometidas finales de su rival y acabaron sellando un triunfo vital para la consecución del título de liga.