Del otro lado, el Sunderland dirigido por otro holandés, Dick Advocaat, último en la tabla y firme candidato a volver a Championship la temporada próxima. Los Blacks Cats tenían que viajar a Manchester con el respaldo de unas estadísticas espeluznantes: en sus 28 enfrentamientos en Premier, sólo vencieron en dos ocasiones. Y aparte, cuentan sólo con una victoria en sus últimas 14 presentaciones fuera de casa.         

 

Van Gaal se vio obligado a alinear a Matteo Darmian en el lateral izquierdo por las bajas de Luke Shaw y Marcos Rojo, y a Antonio Valencia en el flanco derecho.

 

Desde el primer minuto, el Sunderland se dedicó a esperar que corriera rápido el reloj sin arriesgar demasiado. Casi sin quererlo, se encontró con una oportunidad muy clara de Jermain Lens que no pudo aprovecharla ya que David De Gea la tapó con los pies. El equipo de Dick Advocaat se cerró muy atrás y se apoyó en los cortes de sus centrocampistas, en especial de Lee Cattermole, dejando muy sólo a Fabio Borini arriba en la lucha con Chris Smalling y Blind.

 

Los locales manejaron la pelota la mayor parte del tiempo sin lograr capitalizar los horrores de la defensa visitante a causa de las imprecisiones en el toque final. Estaba claro que en el acierto de ese pase, la diferencia iba a llegar. Y sucedió precisamente en el cuarto minuto de adición de la primera mitad (bastante excesivo ese suplemento por parte del árbitro) a raíz de un pelotazo preciso de Blind a los pies de Juan Mata, quien asistió con clase a Memphis que sólo debió empujarla para lograr su primer gol en Premier.

 

En menos de cinco minutos de juego el United liquidó el partido, ya que apenas comenzada la segunda mitad la joya francesa Martial (jugó un gran partido a pesar de no poder marcar) logró desequilibrar por la banda derecha para cederle el gol a Rooney, quien definió con la rodilla. El inglés logró terminar con su mala racha de 999 minutos sin festejar para poner el partido dos a cero.

 

Luego de esta anotación, los Diablos Rojos comenzaron a cuidar sus piernas ya que el miércoles deberán recibir al Wolfsburgo en la Champions League, y los visitantes no ofrecieron resistencia alguna, más allá de algunas ocasiones en las que De Gea volvió a responder satisfactoriamente. Los locales buscaron redondear la goleada pero se encontraron una y otra vez con el portero Costel Pantilimon, tal vez lo único destacable en la parte defensiva de su equipo. Por fin, tras varios intentos fallidos de vencer al rumano, faltando pocos minutos para el final del cotejo, el United selló el tercer gol a partir de una corrida de Ashley Young (quien ingresó en el segundo tiempo) y una buena definición de Mata, la figura del partido.

 

Los Blacks Cats ya llevan diez partidos seguidos sin conocer la victoria en Premier, y todo indica que van a tener que sufrir hasta fin de temporada. Si Advocaat no encauza pronto el rumbo, es muy probable que se quede sin trabajo en cualquier momento. Por su parte, el United lleva tres victorias consecutivas en liga y logró subirse al primer puesto de la tabla tras 82 jornadas sin ocupar el primer escalafón de la tabla, que es el tiempo que transcurrió desde que se fue Ferguson. La semana que viene deberán afrontar una dura visita al Arsenal, uno de sus más cercanos perseguidores. Las cosas empiezan a enderezarse en la parte roja de la ciudad de Manchester.