El United se toma la revancha de la Champions

 

Solo dos meses después de la final de Champions League en Wembley, Manchester United y Barcelona volvían a cruzarse, esta vez con pretexto de la gira norteamericana que ambos clubs están realizando como preparación para la próxima temporada. El partido era amistoso, pero por la pinta que tenía el FedEx Stadium de Washington nadie lo habría dicho. Cerca de 90.000 espectadores se dieron cita para contemplar un partido que, solo por los nombres de los equipos, ya apetecía ver.

 

Ferguson apostó por un once mixto, incluyendo a jugadores consagrados, otros teóricos suplentes y algunas de las novedades del equipo. De Gea estuvo en la portería, y tuvieron su oportunidad Welbeck o Evans, además del recién llegado Young.

 

Los primeros minutos del partido fueron de tanteo mutuo, con mucho toque en el centro del campo, pero pocas incursiones con peligro. En el minuto 9, Nani, en una cabalgada por la banda, puso el primer centro raso con peligro, pero Rooney no consiguió atacar bien el balón y remató desviado.

 

Sorprendió ver cómo, aunque el Barcelona quizás gozaba de algo más de porcentaje de posesión como en él es habitual, el Manchester también intentaba salir jugando desde la defensa y no rifaba el balón con desplazamientos largos. Pero aunque los «red devils» practicaron este recurso, su gol llegó en un típico contraataque propio de los ingleses, que culminaron con maestría. Una pérdida de balón del Barcelona en la frontal del área del Manchester, llegó a Welbeck, que se encontró acompañado por Nani y con solo dos defensas del equipo catalán por delante. Eligió el momento idóneo para asistir a su compañero y el portugués no falló frente a Valdés, colocándole el balón por debajo de las piernas.

 

A partir del gol, el Barcelona siguió alargando sus posesiones, pero siempre fueron infructuosas delante de la bien posicionada defensa del United. Con esta tesitura fueron transcurriendo los minutos hasta el descanso casi sin ocasiones, exceptuando un disparo lejano de Iniesta y una internada por la banda de Nani que acabó en corner.

 

En la reanudación todo siguió igual. El Barcelona continuaba teniendo cada vez más posesión de balón y el Manchester le esperaba con dos líneas de cuatro bien formadas. Pedro, con un disparo de rosca que atajó bien De Gea y una bonita combinación entre Thiago e Iniesta que acabó en córner, fueron las ocasiones más claras. El United, por su parte, pudo sentenciar el partido con una doble ocasión en el área del Barcelona, pero ni Welbeck primero, con un disparo cruzado que desvió Valdés, ni luego Nani que recogió el rechazo y lo mandó a las nubes, consiguieron poner el segundo gol con en el marcador.

 

 

No fue hasta el minuto 23 de la segunda parte cuando Thiago recibió a unos metros del área, condujo hasta la frontal y conectó un potente disparo con el empeine exterior que se coló por la escuadra y ante el que De Gea solo pudo hacer la estatua.

 

Después del gol llegaron los mejores minutos del Barcelona. El Manchester parecía desbordado. Pero de nuevo un robo de balón, esta vez en medio campo, permitió a Owen quedarse solo delante de Valdés y cruzar el balón con clase para poner el 1-2 para el Manchester.