Premier League
Aston Villa | 0 |
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Manchester City | 1 |
Ficha técnica |
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0 – Aston Villa: Given; Hutton, Collins, Dunne (Baker, 90), Cuéllar; Gardner, Petrov, Albrighton (Ireland, 78), Heskey (N´Zogbia, 69); Keane, Bent. |
1 – Manchester City: Hart; Zabaleta, Kompany, Lescott, Kolarov; De Jong, Barry, A. Johnson (Nasri, 85), Silva (Richards, 90), Milner; Agüero (Dzeko, 89). |
Goles: 0-1, m.63: Lescott. |
«Loco es aquel que, haciendo siempre lo mismo, espera resultados distintos». Siguiendo la definición realizada por Albert Einstein, tanto Alex McLeish como cualquier espectador que esperara mucho de este encuentro estaría actuando como un loco.
El técnico del Aston Villa sigue sin renunciar a su esquema de juego. Esta tarde, para sorpresa ya de pocos, volvió a jugar con dos delanteros centro, Robbie Keane y Darren Bent, escoró a otro, Emile Heskey, a la derecha y situó a Albrighton en el costado izquierdo. McLeish regaló el balón al rival y se encomendó a los balonazos «a lo Stoke» para lograr marcar. Especialmente sorprendente resulta la posición de Heskey, un lento delantero centro de toda la vida de 34 años, casi 1’90 y unos 100 kilos de peso. McLeish le encargó que jugara como interior derecho, con la única misión de defender al lateral izquierdo «citizen», Aleksandar Kolarov. Lo peor del caso es que McLeish dejó en el banquillo a Barry Bannan, Ireland y N’Zogbia, tres jugadores que podrían haber aportado mucho más que Heskey, para por lo menos tener alguna oportunidad de marcar en un contraataque. Pero no.
McLeish hizo un cambio defensivo, colocando a Carlos Cuéllar en el lateral izquierdo en detrimento de Stephen Warnock, que estuvo horrible en los últimos partidos. El Villa ganó en solidez pero perdió salida de balón por esa banda. El gran perjudicado fue Albrighton, que casi no entró en contacto con el balón y acabó siendo sustituido.
El resultado de la estrategia de McLeish fue esclarecedor. Un tostón de partido, dos disparos a puerta por 16 del City, 205 pases completados de 313 (un 65% de éxito) por 474 de 581 (un 82%) de los de Manchester, un pobre 36,1% de posesión y ocho partidos seguidos como local sin cosechar una victoria. El único momento en el que los «villanos» se acercaron al gol fue en los últimos cinco minutos, cuando a base de balones colgados al área estuvieron a punto de empatar el encuentro.
Dicho esto, aunque lograron los tres puntos, la estrategia de Mancini también dejó mucho que desear. A pesar de que el Villa le regaló el balón, el City no supo qué hacer con él atacando en estático. La presencia de De Jong no ayudó al juego ofensivo del equipo. La tarea del holandés es puramente defensiva, y ante la ausencia de atacantes a los que defender, su presencia resultó superflua. Los únicos que estuvieron finos fueron David Silva y Gareth Barry, que llevaron la manija de su equipo, aunque tampoco lograron crear ocasiones claras. De hecho, el único gol del partido provino de un córner, cabeceado en primera instancia por Barry y rematado por Lescott al fondo de la red.
A pesar de no exhibir su mejor juego, Mancini volverá contento a Manchester. No solo porque ha encontrado un técnico todavía más defensivo que él (¡y ni siquiera es italiano!), sino porque su equipo vuelve a ser líder de la Premier League. Sin embargo, hoy ha vuelto a aparecer el eterno dilema de Mancini durante esta temporada: ¿cuál debe ser la dupla o el trío en la delantera? Agüero jugó solo en punta, pero no estuvo bien. El argentino se encuentra más cómodo teniendo a Dzeko por delante. Milner y Adam Johnson tampoco estuvieron bien, ¿deberían jugar Nasri y Balotelli en su lugar? Sea como fuere, la Premier está muy de cara para el City. Solo Mancini podría perderla. Estuvo cerca en Villa Park.