Carles Maronda

El West Brom rompe el maleficio del Britannia (1-2)

Tras treinta año sin conseguir la victoria en el campo del Stoke, los de Roy Hodgson se llevaron los tres puntos en el descuento gracias a un tanto de Dorrans. Antes, Morrison para los visitantes y Jerome para los locales, habían situado las tablas en el marcador, en un partido donde lo más destacable fue un incordiante viento que estuvo entorpeciendo el juego durante los 90 minutos.

 

Premier League

Stoke City 1
West Brom 2
Ficha técnica
1 – Stoke City: Thomas Sørensen, Ryan Shotton (Cameron Jerome, 79), Ryan Shawcross, Marc Wilson, Jonathan Woodgate (Jermaine Pennant, 53), Robert Huth, Glenn Whelan, Matthew Etherington, Rory Delap (Andy Wilkinson, 88), Jonathan Walters, Peter Crouch
2 – West Brom: Ben Foster, Jonas Olsson, Gareth McAuley, Gabriel Tamas, Nicky Shorey, James Morrison, Graham Dorrans, Jerome Thomas (Craig Dawson, 93), Youssuf Mulumbu, Marc-Antoine Fortuné (Shane Long, 83), Simon Cox (Somen Tchoyi, 86)
Goles: 0-1, m.35: Morrison. 1-1, m.86: Jerome. 1-2, m.90+1: Dorrans
Agónica victoria del West Brom en el Britannia Stadium, donde hacia 30 años que no ganaba, con un gol en el tiempo añadido de Graham Dorrans.
Antes del postrero tanto, reinaba el empate a uno en el electrónico después que en la primera mitad Morrison adelantara a los visitantes y a cuatro minutos del final Jerome pusiera las tablas con un remate de cabeza. Foster repelió un penalti de Walters en el minuto 71.
 
Pero un gran tiro libre ejecutado por Dorrans en el descuento dio la victoria al West Brom, que puso fin a una racha de tras derrotas consecutivas. Un excelente resultado para Roy Hodgson, cuyo equipo ya había mostrado buenas maneras pese a no conseguir la victoria en esos tres encuentros.
 
La primera mitad, como ya nos tiene acostumbrados el Stoke jugando de local, fue un sinfín de balones largos y poca fluidez en el medio campo. Jerome Thomas fue el primero en probar a Sorensen tras cinco minutos de encuentro. Un fuerte viento presidió el partido y a punto estuvo de jugar alguna mala pasada a ambas zagas, especialmente a la del Stoke, donde Woodgate tuvo que reponerse y birlarle el balón al Jerome cuando este aprovecho una balón turbulento movido por el aire y ya enfilaba portería.
 
Morrison, en un preludio de lo que conseguiría minutos más tarde, mandó el balón a la escuadra de Sorensen en lo que parecía un gol cantado hasta que el portero local sacó una mano salvadora. En esta ocasión Sorensen fue el héroe, pero solo once minutos más tarde se convertiría en villano por culpa del ya mencionado viento.
 
En el 33, un disparo de larga distancia de Morrison empujado por el viento sorprendió a Sorensen, que perdió su posición y no pudo detenerlo.
El 1-0 liberó al West Brom, consciente de que el Stoke debería abrirse para buscar el empate, y en la celebración se notó. Morrison realizó un gesto despectivo hacia la grada del Britannia que será investigado por la Federación y podría acarrearle algún partido de sanción.
 
Ya en la segunda mitad, el Stoke siguió el guión esperado y fue en busca del partido. Se puede acusar a los “potters” de practicar un fútbol rústico, poco elaborado, pero nunca de no ir a por el partido cuando las cosas van en contra. En el minuto 52, Pulis dio entrada al siempre eléctrico Jermaine Pennant por Woodgate. La entrada de Pennant fue recibida con agrado por el respetable y resultó un soplo de aire fresco para su equipo.
 
El Stoke empezó a buscar otros recursos que no fuesen el centro y poco a poco encerró al West Brom. A 19 minutos para el final, McAuley derribó dentro del área a Walters. El propio Walters fue el encargado de ejecutar el lanzamiento, pero un brillante Ben Foster le adivinó la intención y detuvo la pena máxima.
 
Pero tras haber hecho lo más difícil y cuando el reloj ya rozaba el minuto 90, el West Brom vio cómo Jerome empataba el encuentro tras rematar una falta botada desde la banda derecha. El Britannia celebró el empate como una victoria por lo agónico de la gesta, pero el respetable quedó mudo cuando Dorrans en el tiempo añadido rompió el maleficio del West Brom de treinta años sin vencer en el campo del Stoke.
 

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Carles Maronda