Tener más posesión que el rival no es un dato determinante. Crear más ocasiones de gol que el rival tampoco. Enviar el balón al fondo de la red rival sí lo es. Meterla o no meterla, ésa es la cuestión. En el retorno a la Premier League del West Ham, los Hammers dejaron claro que las estadísticas importan poco. Lo único que importan son los goles.

 

Un renovado Aston Villa llegaba a Upton Park con la intención de ser todo lo que no fue el año pasado: un equipo ofensivo y joven. Con una renovación total (sólo Given, Delph, Bent y N’Zogbia fueron titulares habituales la temporada pasada) en el once inicial, Paul Lambert demostró que los Villanos son un equipo a tener en cuenta esta temporada. Ya no son aquel equipo timorato de McLeish que se encerraba atrás y buscaba el gol al contraataque. Con un 66% de la posesión, la apuesta ofensiva del Aston Villa fracasó a la hora de crear ocasiones claras de gol.

 

Por su parte, el West Ham no jugó un fútbol bonito. Ni ofensivo. Pero fue suficiente. El único gol del partido llegó justo antes del final de la primera parte. El juez de línea señaló que Ricardo Vaz Te, el héroe del ascenso, estaba en fuera de juego, pero el árbitro, Mike Dean, ninguneó a su compañero y dejó seguir la jugada. Hizo bien. No había fuera de juego, y la jugada acabó con un pase de la muerte de Vaz Te a Nolan, que empujó el balón a la red sin oposición alguna.

 

Así, a pesar de que el West Ham empieza la Premier 2012-13 con una sonrisa por los tres puntos, las dudas de cara a la permanencia siguen reinando en Upton Park. Por contra, el triste final para el Aston Villa hace que empiecen con mal pie la temporada. Pero Lambert ya ha demostrado en el Norwich que un tropiezo no le hará rendirse. El Aston Villa sigue siendo uno de los candidatos a equipo revelación.