Durante varios minutos y diferentes etapas del partido ante el West Brom, el Wigan de Roberto Martínez estuvo a cinco puntos de la salvación con nueve por jugar. Pero tras el pitido final, los Latics tienen la oportunidad de abandonar la zona de descenso si ganan al Swansea entre semana en el DW Stadium. Sería su tercera escapada consecutiva y, posiblemente, la más meritoria.

 

Callum McManaman, criticado por su dura entrada sobre el lateral del Newcastle Massadio Haidara semanas atrás, dio la victoria al Wigan a falta de diez minutos. Tres puntos que permiten al club mirar con optimismo hacia un futuro que también alberga una final de FA Cup el próximo sábado, la primera en la historia del club.

 

Martínez ha afirmado que su equipo tiene una mentalidad ganadora de equipo grande en el último tercio de temporada. Lo que nos conduce invariablemente a preguntarnos cuál es su mentalidad en los dos primeros tercios. Su partido de hoy ejemplificó esa mentalidad ganadora y resumió su temporada en 90 minutos. Los Latics estuvieron dos veces por detrás y otras tantas remontaron el partido. La única mala noticia para Martínez es la lesión de Jean Beausejour, descartado para la final de FA Cup.

 

Aunque siempre en el alambre y con escasa tradición histórica, el Wigan se extrañaría en la Premier League. Su fútbol siempre positivo constituye un ejemplo para otros clubes con presupuestos mucho más elevados.

 

La tarde se antojaba festiva para los aficionados locales, que celebraron en la tribuna el descenso a League One del acérrimo rival, los Wolves. Y a la media hora de juego, los Baggies se adelantaron en el marcador. Romelu Lukaku cedió a Markus Rosenberg en la derecha y el sueco envió un centro perfecto para Shane Long, que puso el 1-0.

 

Apenas diez minutos después, el máximo goleador en liga de los Latics, Arouna Kone, cabeceaba un centro de Beausejour en el segundo palo para situar las tablas en el marcador con las que se llegaría al descanso.

 

No estuvo tan acertado Kone en la reanudación, cuando falló en la marca de Garath McAuley, que devolvió la ventaja de los Baggies tras cabecear una falta lanzada por Graham Dorrans.

 

El encargado de igualar para los Latics en esta ocasión sería James McArthur, recién incorporado al terreno de juego, que cabeceó un centro milimétrico de Maloney.

 

La nota curiosa del encuentro llegó a continuación. Peter Odemwingie salió a calentar y fue increpado por la hinchada local, que no le perdona su frustrado intento de traspaso al QPR en enero. El uzbeko-nigeriano se encaró con algunos aficionados y le indicaron que volviera a sentarse en el banquillo. Luego, Steve Clarke, técnico local, criticó a los aficionados y afirmó que no había sacado a Odemwingie por temor a la reacción del público.

 

El Wigan perdió a Beausejour pero fue capaz de completar su remontada en el minuto 80 cuando McManaman puso el 2-3 tras una excelente jugada por la izquierda de Maloney. El West Brom buscó el empate pero Robles se erigió en el salvador del equipo tras detener un gran disparo de Dorrans. El Wigan vuelve a depender de sí mismo.