La suerte sigue dándole la espalda al Wigan, como lleva meses sucediendo. Más o menos unos siete, que son los que el Wigan alcanzará sin conocer la victoria en casa, desde que venció al QPR el 27 de agosto. Esta tarde creó ocasiones y juego para llevarse la victoria pero perdonó al West Bromwich y terminó empatando a uno en el DW Stadium.

 

En una primera parte dominada por los “latics”, con Franco Di Santo situado como punta de lanza del equipo de Roberto Martínez, el Wigan pudo adelantarse hasta en tres ocasiones gracias al delantero argentino que, como de costumbre, se movió bien, ofreció acciones de merito, pero no estuvo acertado de cara a puerta. Una de sus mejores ocasiones fue un disparo desde fuera del área que Ben Foster consiguió repeler.

 

Pero mala fortuna del Wigan alcanzó su cénit cuando, primero Emmerson Boyce, y poco más tarde James McCarthy, golpearon el poste con sendos disparos, ante la creciente impaciencia de los aficionados de los “latics”.

 

En la reanudación, y tras todas las ocasiones desperdiciadas en la primera mitad, James McArthur abrió el marcador al minuto 54 para los de Roberto Martínez. Un centro desde la banda derecha de Moses rebotó en la rodilla del zaguero visitante Billy Jones habilitando a McArthur para que en el primer palo enviara el balón al fondo de la red.

 

El West Brom, que no había llegado a inquietar a Al-Habsi en todo el encuentro, logró empatar el encuentro con una jugada a balón parado. Un saque de esquina botado por Brunt fue rematado en el segundo palo por el austriaco Paul Scharner a la red del Wigan.

 

El gol dejó noqueado al Wigan, que intentó buscar la victoria con más ímpetu que cabeza. El juego de los «latics» se resintió y perdió el control que había ejercido sobre el partido hasta el momento. El marcador no se volviería a mover.

 

Con el empate, el Wigan continúa como farolillo rojo de la competición con 22 puntos. Wolves y QPR le acompañan en la zona baja. Pero las peores noticias para el Wigan están en las próximas semanas. Cuatro de sus próximos cinco partidos son contra Liverpool, Chelsea, Manchester United y Arsenal. La esperanza es lo último que se pierde y el Wigan se ha especializado en salvarse en el último momento, pero es evidente que Roberto Martínez se encuentra frente al más difícil de sus retos desde que dirige a los “latics”