Premier League
West Ham | 0 |
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Sunderland | 0 |
Ficha técnica |
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0 – West Ham: Jaaskelainen; McCartney, Tomkins, Collins, Demel (O’Brien, 59); Noble, Diamé, Joe Cole (Carlton Cole, 75), Jarvis (Collison, 56), Morrison; Maiga. |
0 – Sunderland: Mannone; Celustka, Bardsley (Dossena, 82), Brown, O’Shea; Cattermole, Ki, Larsson, Giaccherini; Borini (Johnson, 72), Altidore (Fletcher, 72). |
Goles: No hubo. |
No pasaron del empate dos equipos llamados a luchar hasta el final de la temporada por no descender. La situación de Sam Allardyce queda aún más en entredicho, ya que fue despedido con pitos por la parroquia local en Upton Park. Por su parte, el equipo de Gus Poyet tuvo sensaciones positivas pero adoleció de algo tan básico como el gol.
En un inicio con mucho ritmo, la primera ocasión fue para el Sunderland, cuando una gran contra de tiralíneas acabó con el chut desde la izquierda de Ki Sung-Yueng, que fue atajado a ras de suelo por Jussi Jaaskelaien. Solo un minuto tardaría en dar la réplica el West Ham, merced a una galopada por la banda izquierda de Momo Diamé. El servicio del potente mediocentro Hammer fue cabeceado defectuosamente por Modibo Maiga. Poco después, el omnipresente Diamé iba a inventar otra ocasión centrando desde la izquierda. Su servicio lo prolongó Maiga, pero Matt Jarvis no llegó a remachar en el segundo palo. El carrusel de ocasiones lo cerró Jozy Altidore, que incomprensiblemente no aprovechó un fallo colectivo de la defensa del West Ham.
Después del error de Altidore, el partido se frenó, y transcurrieron más de 20 minutos sin una sola ocasión de gol, imperando las imprecisiones. Fue en el minuto 29 cuando el Sunderland dio un susto de órdago a la parroquia de Boleyn Ground. Un fallo en la salida de balón de los Hammers permitió a Fabio Borini recuperar el balón pero el equipo de Gus Poyet no gestionó bien el dos contra dos en el contraataque. Aún así, la más clara para los Black cats llegaría seis minutos después, cuando un chut potentísimo de Phil Bardsley se estrelló en el larguero.
El Sunderland tomó el completo dominio del partido, con un West Ham plano y sin ideas. Dos oportunidades más de peligro tuvieron los visitantes minutos antes del pitido. Primero con un chut de Lee Catermole que rebotó en un defensa y a poco se quedó de entrar. Después, con un remate lejano con mucha violencia de Emmanuele Giaccherini que fue repelido gracias a la gran estirada por Jaaskelainen. Con esas llegó el final de la primera parte, entre silbidos del respetable de Boleyn Ground a sus jugadores por el pobre juego que habían desplegado.
En la segunda mitad, el Sunderland intentó mantener la posesión pero el West Ham salió más respondón, disponiendo en un par de minutos de sendas oportunidades muy claras, especialmente la que llegó en el minuto 57, en la que Diamé arrancó dentro del área por potencia, pero su chut se estrelló en el lateral de la red.
Tras ese breve lapso, de nuevo el dominio fue para el Sunderland. El West Ham sufría sin balón y cuando lo tenía mostraba una enorme imprecisión en la entrega. En el minuto 60, avisó Giaccherini desde la frontal tras una buena combinación y un minuto después era Altidore el que lo intentaba desde la media luna, interviniendo de nuevo Jaaskelainen para salvar a los suyos.
El Sunderland no pudo aguantar ese torrente de juego y ocasiones, enfriándose el partido durante varios minutos, pero sin llegar a inquietar los de Sam Allardyce. Ya en la recta final del encuentro tuvo una ocasión muy clara Ki desde dentro del área, volviendo a convertirse en el héroe del partido el veterano portero local. Solo una arrancada desde atrás de Ravel Morrison puso en aprietos a un Vito Mannone muy sobrio durante toda la tarde.
Curiosamente, los mejores minutos del West Ham llegaron muy al final, en un arreón basado más en el corazón que en el juego. En una contra pudo decidir el partido pero Modibo Maiga la ralentizó y cuando finalmente se decidió por centrar, Carlton Cole ya solo pudo peinar el balón en el segundo palo. En la siguiente acción, un servicio desde la izquierda de George McCartney se envenenó y obligó a Mannone a emplearse a fondo. En el saque de esquina, el testarazo de Collins no tomó portería. Ese fue el epílogo de un partido en el que el Sunderland bien pudo llevarse los tres puntos pero por perdonar acabó sufriendo.