Juan Antonio Parejo

Ensayo general para el Camp Nou (0-0)

Gris empate a nada entre Arsenal y Chelsea, con la cabeza en la eliminatoria en el Camp Nou. Floja actuación “gunner” que deja en el aire su clasificación para la próxima Champions.

 

Premier League

Arsenal 0
Chelsea 0
Ficha técnica
0 – Arsenal: Szczensy; Gibbs, Koscielny, Vermaelen, Sagna; Song, Rosicky (Diaby, 64), Ramsey; Walcott (Gervinho, 60), Van Persie, Chamberlain (André Santos, 69).
0 – Chelsea: Cech; Bertrand (Ashley Cole, 76), Terry, Cahill, Bosingwa; Romeu (Mikel, 65), Essien, Malouda; Kalou (Mata, 73), Fernando Torres, Sturridge.
Goles: No hubo.
El Chelsea tiene la cabeza en Barcelona y nada más que en Barcelona y en base a tal acontecimiento, Di Matteo ideó el encuentro. El Arsenal acudía al Emirates sin Mikel Arteta, su cerebro. Ambos argumentos podrían ser esgrimidos para explicar el pobre partido visto ayer por la mañana en el norte de Londres.
 
Expuso claramente sus cartas Di Matteo sobre la mesa, con un once que excluía entre otros a Lampard, Mata, Ramires o Ashley Cole, otorgando una importancia secundaria al derby londinense y dando descanso a destacados miembros de su plantel. Las cartas de Wegner no escondían nada: salvo el lesionado Arteta, todo, incluido Chamberlein. Un órdago para asegurar el puesto de Champions.
 
Un órdago que no fue aceptado. Arrancó el partido soso, cerrado, con un Chelsea que esperaba replegado, esperando soltar algún latigazo como el del miércoles pasado, refugiado tras un sistema defensivo que resultó indescifrable para el Arsenal. Las líneas de presión formadas por Essien y Romeu eran un muro para los del norte de Londres, con un Malouda junto a ellos que se manifestaba totalmente desorientado. Con los espacios negados, Walcott se mostraba incapaz y Van Persie apenas conectaba con Ramsey o Rosicky. Tan sólo la agitación de Chamberlain movía un poco el partido, aunque en todo momento fue bien secado por el joven Bertrand, sustituto de Cole ayer.
 
Dentro de la guerra de trincheras, cualquier acercamiento se pagaba caro y a balón parado pudo adelantar a su equipo Van Persie cerca del cuarto de hora. Para no romper la tónica del encuentro, no ocurrió nada. El agujero negro entre Song, siempre diligente y Van Persie, era insuficientemente cubierto por Rosicky, entusiasta y brioso pero sin éxito, y Ramsey, directamente desaparecido. Ni gol, ni presencia en el área ni peso en el juego demuestra el galés. Por el Chelsea, apenas un córner rematado por John Terry.
 
Con Essien y Romeu intercambiándose el puesto por delante de los centrales en las salidas, hacia la media hora de juego el ritmo del encuentro cambió drásticamente. En concreto, de lento a más lento. Tornose soporífero, con exceso de centrocampismo inútil y pases horizontales, con unas defensas que claramente superaron a las delanteras. Baste como ejemplo que pese a sus buenos y continuos movimientos y descargas, Fernando Torres no gozó ni de una sola ocasión. La tuvo Koscielny, cerca del descanso, a balón parado y gracias a la colaboración de un pasivo Bosingwa, pero el larguero repelió su cabezazo. Apenas dos minutos después, Van Persie la estrelló en el cuerpo de Cech tras un magnífico envío de Song, posiblemente el jugador más destacado del partido.
 
Tras el descanso, poco o nada varió. El Chelsea continuó reculado atrás, como si ya avistara a Messi delante suya, mientras que el Arsenal demostraba la misma imaginación que un mono delante de una máquina de escribir. No ayudaría mucho Àrsene Wenger, que por una de esas razones que solamente los entrenadores entienden, sustituyó a Chamberlain por André Santos. Solamente el empeño de Van Persie animaba un encuentro cada vez más gris.
 
A Di Matteo parecía valerle el empate como prueba para el Camp Nou, pese a que la Champions se le escapa al Chelsea y ya muy al final se decidió por meter a Mata. Pero ni por esas se alteraron los ánimos ni las intenciones de los “blues”. Estajanovismo y cerrojazo a cal y canto, nada de alegrías. Sturridge, una sombra de aquel que fue en otoño, y Torres, aburridos arriba.
 
Pudieron decidir el partido dos ocasiones de Robin Van Persie cerca del final, pero lo de ayer parecía predestinado al cero a cero. Peligra pues, el puesto de Champions para el Arsenal, incapaz de resolver ante un rival marmóreo como el de ayer. A Di Matteo el experimento con vistas a Barcelona y ante un rival que aboga por un fútbol de posesión y asociación, no le salió mal, adelantando lo que se verá el próximo martes en el Camp Nou. La oportunidad de eliminar al todopoderoso Barça está en sus manos, aunque no debería olvidar que lo que tendrá enfrente el martes, no será Ramsey o Rosicky, sino Iniesta, Xavi o Messi. Para ello contará eso sí, con todo el potencial de su plantilla, salvo la duda de Drogba, en lo que se antoja como la última oportunidad europea para jugadores como Terry o Lampard. La historia del Chelsea les espera.
 

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Juan Antonio Parejo