Primer empate de la temporada que cosecha el equipo de Sam Allardyce, que no regresó satisfecho para el este de Londres. El West Ham fue mejor a los puntos que el Hull City, pero bien sabe Steve Bruce que el fútbol es un deporte de hacer y no de proponer, y con dos zarpazos y un buen entramado defensivo le bastó para sumar un punto más que le deja en la décima plaza.

 

Se dio comienzo al partido con un rosario de pérdidas e imprecisiones, con un ritmo espeso, sin ocasiones para ninguna de las dos escuadras salvo la que dispuso Diafra Sakho en el minuto trece. Su disparo se marchó alto tras un gran servicio de Stewart Downing, uno de los mejores del partido y de este arranque de campaña de los Hammers.

 

Poco a poco, el West Ham se fue haciendo con el control del esférico, aculándose el Hull City sobre su propia portería. Las ocasiones empezaron a caer a favor de los visitantes, como la que tuvo Downing en el minuto treinta tras ser habilitado entre líneas por Aaron Cresswell. Se le marchó alto el disparo.

 

Tres minutos después llegó la ocasión mas clara para los de Sam Allardyce, cuando una gran incursión de Sakho por la derecha acabó con un centro raso buscando a Enner Valencia que desvió Michael Dawson a córner pero rozando el palo. Poco pudo hacer Allan McGregor, que se encontraba descolocado. Cuando sí actuó el portero de los Tigers fue un par de minutos mas tarde, ya que un centro de Downing era prolongado en el área por Valencia y el cabezazo a bocajarro de Sakho lo mandó a saque de esquina el portero escocés.

 

Se sacudió mínimamente el dominio de los Hammers el Hull City con un chut de Abel Hernández que atajó sin problemas Adrián San Miguel. Era la primera ocasión para los de casa. La segunda acabaría en gol, cuando en el minuto treinta y nueve Ahmed Elmohamady centraba desde la derecha y Hernández la mandaba a guardar con un gran cabezazo.

 

Intentaba poner la réplica James Tomkins con un testarazo a bocajarro, pero el Hull estaba desatado gracias a un eléctrico Hernández, y en el ocaso de la primera mitad conectó un chut potentísimo que se estrelló en el larguero. El rechazo lo aprovechó Nikica Jelavic para anotar sin oposición. Sin embargo, el croata partió de un claro fuera de juego y así lo señaló el juez de línea. Con los mejores minutos de los de Steve Bruce se dio carpetazo a los primeros cuarenta y cinco minutos.

 

La segunda parte comenzó de la mejor manera posible para el West Ham, ya que en el minuto cinco Valencia anotaba un golazo descomunal. Un zapatazo desde 30 metros acababa en la escuadra y devolvía las tablas al marcador.

 

El gol dio alas a los de la capital, y pocos minutos después Cresswell se colaba hasta la cocina para que su centro fuera tocado por Curtis Davies al intentar despejar. Se envenenó y tuvo que entrar en acción McGregor. Contestaba el mas activo de los Tigers, Hernández, con una volea desde la frontal que atajaba con solvencia Adrián.

 

En el ecuador del segundo acto, el partido saltó por los aires y los vientos cambiaron de lo anodino al ritmo que se sucedió a partir del gol que anotó Momo Diamé tras una absurda pérdida en tres cuartos de Cheikhou Kouyate. Fue una gran definición del exhammer para adelantar de nuevo a los Tigers. Solo dos minutos después volvía a empatar el West Ham cuando Sakho remataba a la media vuelta dentro del área. Su chut no tomó mucha potencia, pero aún así McGregor se la tragó por bajo.

 

Con el empate, de nuevo el partido se tornó en un toma y daca en el que el West Ham dominaba más la pelota, pero el Hull City también tenía sus oportunidades. Dos seguidas para los de Allardyce nacieron de las botas del omnipresente Mark Noble: la primera un chutazo lejano que tocó en Davies y casi se cuela; la segunda un centro que cabeceó Sakho y que el guardameta escocés del Hull desbarató con una mano. La respuesta de los locales consistió un disparo de Robbie Brady por bajo que obligó a una buena intervención del sevillano Adrián.

 

De ahí al final poco mas, solo una internada peligrosísima de Downing hasta línea de fondo, cuyo centro remató con la testa Sakho. McGregor no midió bien el salto y una intervención entre el milagro y la suerte de Dawson bajo palos evitó, junto al larguero, que la victoria pusiera rumbo al sur.