En unas palabras recogidas por ESPN, Yaya Touré no ha dicho nada nuevo, pero sí importante: «La nueva temporada será muy, muy dura. Necesitamos mejorar, porque esta temporada jugaremos la Champions League».
«Esperamos mantenernos entre los primeros cuatro equipos de la Premier League, e incluso ganar el título, porque ahora tenemos más confianza, los jugadores nos conocemos mejor. Creo que este año será fantástico para nosotros».
Touré, de 28 años, no ha sorprendido a nadie con sus palabras, pero sí ha sido una declaración de intenciones necesaria para un equipo que parece tener miedo a aspirar a todo. Y es que el marfileño, que fue una pieza clave en el triplete conseguido por el FC Barcelona hace dos años, tiene motivos para creer que su Manchester City puede hacer algo grande esta temporada.
Varios factores presagian que el City puede ser uno de los candidatos al título la próxima temporada. Por un lado, tiene sin duda la plantilla más extensa de la Premier League. El hecho de tener prácticamente dos jugadores de buen nivel por puesto les debería ayudar a mantener un nivel alto en todas las competiciones que disputarán, que serán cuatro (FA Cup, Carling Cup, Premier League, Champions League).
Además, defensivamente hay poco que reprochar al equipo de Mancini, que la temporada pasada fue el menos goleado de la Premier League junto con el Chelsea, encajando cuatro goles menos que los campeones.
Por otro lado, tienen calidad individual suficiente como para desequilibrar los encuentros más disputados. Carlos Tévez, David Silva y Adam Johnson son probablemente tres de los jugadores más desequilibrantes de toda la Premier League.
A pesar de todos estos aspectos positivos, el City sigue sufriendo algunas carencias crónicas. La primera, la falta de goles. El City marcó la temporada pasada nueve goles menos que el Chelsea y 18 menos que el Manchester United. Existen varias explicaciones para esta falta de gol.
Carlos Tévez (20 goles en 31 partidos) no es un delantero centro puro, posición en la que ha jugado en demasiados partidos esta temporada, aunque bien es cierto que ha rendido a un nivel altísimo, consiguiendo terminar como máximo goleador de la Premier League, empatado con Berbatov. Los problemas para el City han llegado cuando Tévez no ha estado disponible. Sus sustitutos habituales esta temporada han sido Mario Balotelli (6 goles en 17 partidos), y Edin Dzeko (2 goles en 15 partidos), que no han demostrado un nivel suficiente como para llevar al City a la consecución de la Premier League.
Otro de los motivos de la falta de gol han sido las pocas ocasiones creadas. Ha brillado por su ausencia la apuesta ofensiva en una liga que se caracteriza precisamente por un fútbol más atacante. Sin duda, la constante suplencia del desequilibrante Adam Johnson no ha ayudado a la proyección de un City que ha dependido en demasía de Tévez y ha vivido buena parte de los partidos más pendiente de no encajar goles que de marcarlos.
Finalmente, el City sufre un factor psicológico: la falta de ambición. Pese a haber ganado la FA Cup, Roberto Mancini ha mostrado su escasa ambición en numerosas ocasiones. Antes de iniciar la temporada pasada, el técnico italiano dijo que el objetivo del City era quedar entre los cuatro primeros. Sin embargo, con la plantilla que ha tenido bajo sus órdenes y los millones que ha invertido, debería por lo menos haber luchado por el título, más si cabe por los 80 pobres puntos con los que el United ha ganado la liga.
En conclusión, la impresión ahora mismo es que el Manchester City está condenado a aspirar a una posición similar a la anterior. Aunque este veredicto podría cambiar radicalmente si el equipo se reforzara con Agüero o algún otro delantero centro de primer nivel o si el club cambiara de técnico, una probabilidad más que lejana.
En el caso de que no haya más refuerzos y Mancini siga en el puesto, todo apunta a que seguiremos viendo un aburrido Manchester City lleno de posibilidades pero atenazado y falto de creatividad. Y si Tévez finalmente abandona el club, el futuro podría ser todavía más negro.