Carles Maronda

Esa extraña musiquilla

Miroslav Klose o Alessandro Del Piero entre otros, han afirmado cientos de veces que cuando escuchan sobre el terreno de juego la adaptación que hizo Tony Britten en 1992 de la pieza de Händel «Zadok the Priest», algo cambia en ellos. El conocido himno de la Champions League, tiene ese aura mágica que hace que ciertos jugadores salten más, corran más y que incluso tengan más puntería. Pese a que todos sabemos que la cosas se ponen interesante a partir de los cruces, no podemos pasar por alto los resúmenes y los goles de las jornadas del martes y miércoles y estar interesados en por ejemplo un encuentro entre el Basilea suizo y Otelul Galati rumano, cuando bajo el marco de otra competición no sabríamos ni que se jugó ese partido.
 
Pero igual que la Champions League tiene estos beneficios entre aficionados y jugadores, puede resultar perjudicial para algún equipo? Es realmente tan difícil como parece el torneo continental? Manchester City y Manchester United, que parecen pasearse con total inmunidad por la Premier League, sufren lo indecible para sacar sus partidos adelante en Europa y es más, a día de hoy, el City tiene pie y medio fuera de la competición y al United le queda un último partido a vida o muerte en tierras suizas.
 
Realmente no hay que olvidar que es la copa de campeones y pese a que las diferencias entre ciertas ligas son notables, hasta los equipos menos conocidos tienen un delantero habilidoso, un extremo rápido o un centrocampista con toque, que te puede causar problemas en algún momento de despiste.
 
Si la experiencia normalmente es un grado, quizás en Europa lo es aún más. El Chelsea por ejemplo, que atraviesa momentos delicados en la Premier, seguramente acabe clasificándose con cierta comodidad en un grupo nada sencillo enfrentándose al Valencia y al Bayern Leverkusen. El Manchester City en cambio esta pagando la novatada y pese a su temible equipo, ayer pudimos ver como dos errores le costaban un partido crucial.
El Manchester United es el que mejor armoniza sus apariciones en competición europea y domestica. Cuando a los de Ferguson la cosa les va bien en la liga, sus resultados en Champions son notables, en cambio cuando atraviesa un bache de juego en Inglaterra también se le acaba notando en Europa
 
Y después de todo esto esta el Arsenal, que pese a la fuga de estrellas, las bajas y los errores defensivos siempre acaban clasificándose y por desgracia casi siempre acaba cruzándose con el Barcelona que le apea de la competición.
 
Sin duda, este no esta siendo el año de los equipos ingleses de momento pero lo mejor aún esta por venir. Así que, por el bien de la Premier, esperemos que el City obre el milagro, que el United solucione la papeleta en Suiza, que el Chelsea confirme su clasificación y que el Arsenal… bueno del Arsenal simplemente esperemos que no le toque el Barça.

 

Sobre el autor

Carles Maronda