Leandro Bianchi

Especial David Moyes: 10 años en el Everton (II)

El pasado mes de marzo, David Moyes cumplió diez años al frente del Everton. Aprovechamos esta efemérides para repasar esta década al frente de los «toffees» de la mano de Leandro Bianchi.

 
Esta es la segunda parte de un artículo sobre los 10 años de David Moyes en el Everton. Si deseas leer la primera parte, haz clic aquí.
 
La sexta temporada (2007/08) de David Moyes al frente de los Toffees arrancó con la motivación de jugar una competición europea. Y esta vez el escocés no tenía en los planes volver a fallar en la ventana de transferencia. Otra vez, fiel a su estilo, combinó su política de incorporaciones: para la delantera estableció un nuevo récord de gasto al fichar comprar al nigeriano Yakubu, que llegó proveniente del Middlesbrough por 11,25 millones de libras. Además, trajo de regreso a Thomas Gravesen, un viejo integrante del clan que ya se encontraba en decadencia. Apostó a la llegada a préstamo de Steve Piennar, que no venía de buenos momentos en Alemania. Se la jugó por un polifuncional Phil Jagielka, que venía de descender con el Sheffield United, y le compró al Wigan un lateral que insinuaba un futuro interesante como Leighton Baines. El técnico volvió a triunfar en el armado del equipo y demostró ser, además de un técnico inteligente y trabajador, un gran constructor de equipos y administrador del presupuesto. Salvo el gran danés, todas las incorporaciones superaron las expectativas, sobre todo Yakubu (21 goles en 40 partidos), que le quitó el puesto a un Andrew Johnson que comenzaba a sufrir nuevamente con un fantasma que lo acompañó durante toda su carrera: las lesiones. En esta temporada, Moyes consiguió una mayor estabilidad y regularidad, repitió la solidez defensiva (infranqueable la defensa con Hibbert/Neville, Yobo, Jagielka y Lescott) y encontró en la dupla Arteta-Piennar (sumados a Osman cuando dejaba de lado su irregularidad) una interesante sociedad que agregó mucho juego al equipo inglés. De este modo, Moyes terminó con las fluctuaciones en la Premier y mejoró en un puesto la temporada anterior, finalizando en quinto lugar. Además, el equipo alcanzó la semifinal de la Copa de la Liga, cayendo con el Chelsea, y realizó una buena Copa UEFA. En la competición continental, eliminanó en la primera fase de eliminación al Metalist Kharviv, luego realizó una gran fase de grupos ganando sus cuatro partidos (Larissa, Nuremberg, Zenit y AZ), eliminó al Brann noruego en la primera ronda eliminatoria y cayó en octavos de final ante Fiorentina por penales en Goodison Park. En el partido de ida en Florencia quedó patente una cierta temerosidad de Moyes para afrontar los partidos claves. La única mancha en esta temporada fue la eliminación por el Oldham en la FA Cup en Goodison.
 
La temporada 2008-09 empezó con ilusiones renovadas de todos los evertonianos. Nuevamente el equipo iba a disputar una competencia europea y logró mantener la base del equipo que había realizado una muy buena campaña (se adquirió definitivamente el pase de Piennar), con excepción de Johnson, que fue vendido al Fulham, y en su reemplazo llegó otro delantero acosado por las lesiones, el francés Louis Saha. Sobre la hora del cierre, Moyes y el club volvieron a desembolsar una suma de dinero, volvieron a quebrar el récord de lo invertido y se trajeron desde Bélgica al joven y prometedor Marouane Fellaini por 15 millones de libras. El técnico ya había traído anteriormente al danés Lars Jacobsen y al ecuatoriano Segundo Castillo, que no estuvieron a la altura. Además, Moyes debió renovar su cuerpo técnico debido a la salida del segundo entrenador Alan Irvine para dirigir el Preston. En su lugar llegó Steve Round.
 

En 2008-09, Moyes fue elegido como técnico del año por tercera vez

El equipo lleva años con la misma tendencia: flojo arranque, gran final

Esta temporada comenzó a atisbarse una característica que en las siguientes temporadas se volvería costumbre en Everton: un arranque algo lento del equipo, que tardó uno o dos meses en acomodarse y regaló muchos puntos, pero luego comenzó a recuperarse con el correr de los partidos y el afianzamiento de los refuerzos. El equipo fracasó en la Europa League, donde no pudo atravesar la primera fase de eliminación y perdió ante el exequipo de Fellaini, el Standard Lieja, que eliminó a los Toffees por 4-3 en el global con Defour, Witsel y Jovanovic como figuras. Apenas consumada la eliminación y con un equipo que se encontraba entre los peor clasificados en la Premier, Kenwright renovó su confianza en Moyes y le ofreció un nuevo contrato por cinco años más, que el escocés rubricó de inmediato. A partir de noviembre, el equipo azul empezó con la remontada. A pesar de las lesiones de Yakubu y Saha, y de verse obligado muchas veces a tener que jugar con Tim Cahill como centrodelantero, el equipo comenzó a obtener buenos resultados para fin de año. Y esos resultados se convertirían en muy buenos a partir del 2009, incluyendo una eliminación a Liverpool en la FA Cup con un gol de Gosling a los 118 minutos del replay, jugado en Goodison Park. Con ese envión, el equipo eliminó al Aston Villa de Martin O’Neill, al Middlesbrough y al equipo muleto del Manchester United por penales y alcanzó la final. Además, tuvo un gran final de año en Premier que lo ubicó nuevamente en el quinto puesto, lo que le permitió clasificarse para Europa por tercer año consecutivo. Entre todo eso, también llegó al club a préstamo por unos meses el brasileño Jo, tal vez el peor delantero que pasó nunca por Goodison en la etapa de Moyes. El equipo no pudo redondear la temporada con la FA Cup tras caer en la final por 2-1 ante el Chelsea de Hiddink, a pesar de adelantarse con gol de Saha. Malouda, tras un flojo cierre de Hibbert, decretó el gol que sentenció la final. Puntos altos de esta campaña fueron el tridente Arteta-Osman y Piennar, los goles de Cahill y la solidez defensiva que se venía trayendo desde años atrás. Davis Moyes fue reconocido por tercera vez como el técnico del año, cantidad que solo alcanzó también Sir Alex Ferguson.
 
En el arranque de la temporada 2009-10, los problemas económicos del club, el gran nivel mostrado por Lescott y la llegada de los petrodólares forzaron la salida del eficiente central traído por Moyes tres temporadas atrás cuando era un completo desconocido y pasó a engrosar las filas del millonario Manchester City. Para sustituirle, Moyes trajo dos jugadores: John Heitinga y Sylvain Distin. A ellos cabe sumar la llegada del frío Diniyar Bilyaletdinov y de «papelito» Jo. La baja de Arteta por una grave lesión sufrida sobre el final de la temporada anterior y varias lesiones que acosaron a parte del plantel desembocaron en otro muy lento comienzo de temporada de los Toffees, que ganaron uno de cinco partidos e inauguraron la temporada en Goodison Park con un dura goleada por 1-6 frente al Arsenal. Con el correr de los meses y la recuperación de sus soldados, Moyes enderezó la nave. En el mercado invernal llegaron Landon Donovan y Philippe Senderos, y el equipo terminó jugando a un gran nivel. Terminó la temporada con una racha de doce partidos invicto y peleando por ingresar a Europa. Gracias a esta gran segunda mitad de temporada, el Everton finalizó la liga en 8ª posición, pero no se clasificó a competiciones europeas por primera vez en cuatro años. En la Europa League, el equipo de Moyes finalizó segundo en un grupo conformado por AEK de Atenas, Bate Borisov y Benfica. En los 16vos de final tocó el turno de enfrentarse al Sporting de Lisboa. En la ida, Everton jugó unos geniales 90 minutos, ganaba 2-0 y podría haber ampliado la diferencia, pero en el minuto 92, Distin cometió un grave error y propició un claro penal que supuso el 2-1 de Veloso. En la vuelta en Lisboa, Moyes apostó a un planteo demasiado temeroso para conservar la puerta a cero. Tras encajar el primer gol, los muchachos de azul se quedaron sin forma de responder y terminaron cayendo por un contundente 3-0. La participación en las copas domésticas no fue buena, quedando eliminado en ambas prontamente.
 
Una vez finalizada la Premier, se desataron los rumores sobre el futuro de Moyes. Por un lado, se afirmó que Ferguson ya lo había marcado como su sucesor en el United y, por otro lado, Moyes mostró interés en el trabajo como técnico del Celtic escocés, pero todo quedó en rumores y los escoceses terminaron nombrando a Neil Lennon. Pasada la ola de rumores, se confirmó que Moyes continuaría en el Everton lidiando con los problemas económicos y el bajo presupuesto.
 
Para afrontar la temporada 2010/11, los directivos del club recortaron el presupuesto para fichajes y se decidió que solo se incorporarían jugadores en la medida que el club generara ingresos como resultado de las ventas. El proyecto de estadio nuevo para generar más ingresos no pudo llevarse a cabo dado que las autoridades políticas no aceptaron el lugar donde debía ser construido. Algo que siempre se ha criticado a David Moyes es que ha estado muy “casado” con la dirigencia y no ha sido exigente. Nunca se lo ha escuchado quejarse por el manejo de la directiva del club (algo que sí ha hecho contra los árbitros, con quienes ha tenido severos encontronazos). Con este panorama, solo llegaron al club Jermaine Beckford (máximo goleador de la First Division), el portero Jan Mucha para pelear el puesto con Howard, y dos apuestas a futuro, Joao Silva y Magaye Gueye. El joven delantero portugués nunca llegó ni siquiera a jugar, se la pasó de préstamo en su país natal, mientras que el francés solo dispuso de minutos en la siguiente temporada. Resulta apropiada en este caso la expresión “Otra vez sopa” (cuando uno se queja y se queja de volver a tener que ingerir dicho alimento) para explicar lo que sucedió otra vez en esta temporada: otro arranque lento y plagado de lesiones (Anichebe, Fellaini, Cahill, Saha, Yakubu), que incluyó una dura derrota en la Copa de Liga a manos del Brentford. Los resultados comenzaron a aparecer en octubre, con una victoria en el derby ante Liverpool por 2-0. A partir de ahí, el andar del equipo fue irregular, sumando demasiados empates (15), mejorando en el nuevo año (a pesar de la partida de Piennar al Tottenham) y el equipo se terminó ubicando en séptimo lugar, mucho más de lo que los expertos auguraban y la afición esperaba después de un flojo comienzo sin refuerzos de fuste. En FA Cup, después de eliminar al Chelsea por penales, se esperaba llegar lejos pero el equipo sufrió una dura derrota en la siguiente fase ante el Reading, que navegaba en la mitad de la tabla del Championship. En el transcurso de la temporada, hubo varias protestas de parte de los aficionados del club pidiendo la renuncia del presidente Bill Kenwright. Ya al final de temporada, volvieron a surgir rumores sobre el alejamiento de Moyes ante el interés del Aston Villa, cosa que el técnico del Everton desechó por completo, declarando que él tenía desafíos pendientes con el club de Liverpool.
 

Moyes ha tenido que lidiar con un presupuesto más corto cada año

La venta de Arteta el 31 de agosto dejó al equipo navengando sin rumbo

Nada cambió en Goodison para encarar la temporada 2011/12: cero presupuesto para fichajes, salvo que se vendiera algún jugador, y por ende imposibilidad de fichar jugadores de jerarquía, sin avances sobre la posibilidad de encarar la construcción del nuevo estadio, protestas de los aficionados nuevamente solicitando la renuncia del presidente, Anichebe lesionado… en fin, más de los mismo. Luego de la derrota en el arranque ante el QPR, en la segunda fecha el equipo consiguió una victoria agónica en Ewood Park ante el Blackburn en un pésimo partido que mostró a las claras lo que sería la temporada para el equipo azul si en los cuatro días siguientes no conseguía refuerzos de valía. Ese 31 de agosto de 2011 no fue nada positivo. Moyes, en busca de dinero, se desprendió temprano de Beckford y Yakubu para ir en busca de un centrodelantero confiable. Al no conseguir ninguno, se conformó con un préstamo durante un año de Denis Stracqualursi (al que posiblemente Moyes no había visto jugar hasta entonces), que se convertía en el primer argentino en jugar para los Toffees. Desesperado por agregar elementos a su plantilla, Moyes incorporó al problemático y alguna vez mejor jugador sub-23 de Europa Royston Drenthe. Pero lo peor todavía estaba por venir en ese día de cierre. Sobre la hora y sin poder hacer frente a las presiones (del jugador, ante una gran oportunidad, y del club, para tener liquidez), Moyes terminó vendiendo al Arsenal a Mikel Arteta, su mejor jugador, la pieza clave en el andamiaje de su esquema e ídolo de la afición. Lo cuestionable es por qué Moyes no lo vendió una semana antes, cuando Wenger lo quería y así generar dinero e ir en busca de refuerzos. Es evidente que el escocés hizo hasta lo imposible por no venderlo.
 
Esos primeros meses sin Arteta, el equipo no tenía juego, perdió partidos ante rivales accesibles, Saha y Cahill entraron con una increíble sequía goleadora (Saha solo anotó dos goles en 20 partidos antes de marcharse a los Spurs en enero de 2012 y el australiano marcó tres en toda la temporada). Además, Moyes no confió ni en el griego Apostollos Vellios ni en Stracqua, ni en juveniles que pudieran cambiarle la cara al ataque y al equipo. El equipo llegó a estar en los últimos lugares cerca de la zona de riesgo. No obstante, como tantas otras veces, el equipo resurgió con el año nuevo. Fue clave el movimiento de Moyes en el mercado de invierno: Landon Donovan volvió desde la MLS en un préstamo de dos meses. El estadounidense ya había rendido años atrás y volvería a hacerlo en gran nivel. Además, Moyes sacó del baúl del United a Darron Gibson (que firmó por cuatro años) y sobre el cierre del mercado se aprovechó del mal momento económico del Glasgow Rangers y adquirió a quien a la postre terminaría siendo el mejor fichaje de este mercado invernal: Nikica Jelavic. Moyes también consiguió un préstamo hasta el final de temporada por Piennar, quien un año atrás había presionado para irse al negarse a renovar su contrato. Desde mediados de enero, se pudo ver un equipo totalmente distinto, Piennar aportó una importante cuota de fútbol bien secundado por Osman, que parece jugar mejor cuando no siente el peso de la responsabilidad de conducir un equipo sobre sus espaldas. Gibson aportó equilibrio al mediocampo permitiendo ver la mejor versión de Fellaini desde que está en Goodison. El jugador belga se transformó en el alma y pieza clave del equipo. Heitinga se adueñó de la defensa e hizo olvidar a un Jagielka aquejado por las lesiones, y Jelavic aportó sacrificio y la cuota de gol que este equipo no había tenido hasta el momento.
 
El Everton terminó redondeando una buena temporada que podría haber sido mucho mejor, ya que se enfrentó en semifinales de FA Cup a un Liverpool en horas bajas y no pudo aprovecharlo (¡ayyy Distin querido!…), y finalizó nuevamente en séptima posición.
 
En marzo de este 2012 se cumplió el lapso que es motivo de esta nota, los diez años de Moyes al frente del Everton. Una década positiva, puesto que al llegar el escocés, el equipo transitaba normalmente por la zona media-baja de la tabla. Moyes no sólo lo sacó de ahí, sino que logró situarlo asiduamente entre los diez primeros y lo llevó a jugar competiciones europeas en cuatro de sus diez temporadas pese a los problemas económicos en los que está inmerso el club. El propio Moyes reconoce que, a pesar de haber hecho buenas campañas, se siente incompleto por no haber ganado ningún título con el equipo. Los aficionados del Everton desean que se quede y logre el objetivo.
 

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Leandro Bianchi