Juan Antonio Parejo

Estado de histeria en el Emirates (1-3)

Rotunda victoria del Villa gracias a unos excepcionales Christian Benteke y Brad Guzan. Los Gunners acabaron con un gol inicial remontado, un expulsado y dos lesionados. Ambiente cargado de dudas en el Arsenal de cara a la previa de Champions League contra el Fenerbahçe.

 

Premier League

Arsenal 1
Aston Villa 3
Ficha técnica
1 – Arsenal: Szczesny; Gibbs (Jenkinson, 28), Koscielny, Mertesacker, Sagna (Podolski, 90+3); Wilshere, Ramsey, Rosicky; Chamberlain (Cazorla, 46), Walcott, Giroud.
3 – Aston Villa: Guzan; Luna, Baker (Clark, 16), Vlaar, Lowton; El Ahmadi, Westwood, Delph; Weimann (Bacuna, 87), Benteke, Agbonlahor.
Goles: 1-0, m.5: Giroud. 1-1, m.21: Benteke. 1-2, m.60: Benteke (p.). 1-3, m.85: Luna.
Se le acumulan los problemas a Arsène Wenger tras el partido inaugural en el Emirates. Si los oídos ya le pitaban acerca de su política de fichajes, el bofetón que le propinó el Aston Villa es todo un aviso para navegantes. Con Mikel Arteta lesionado y Santi Cazorla en el banco, pensando quizá en la eliminatoria ante el Fenerbahçe, Wenger otorgó galones y mando a Jack Wilshere, escoltado por Tomas Rosicky y ese elemento indefinido llamado Aaron Ramsey. Arriba, oportunidad para Alex Oxlade-Chamberlain junto a Theo Walcott y Olivier Giroud. En los villanos, debutaba el español Antonio Luna en el lateral, con Andreas Weimann y Gabriel Agbonlahor acompañando al siempre intimidante Christian Benteke.
 
El Arsenal arrancó intenso en la presión, con brío y con Wilshere facilitando la salida desde atrás. No anudaban bien Ashley Westwood y Fabien Delph y cualquier cadena de pases entre el inglés, Rosicky y Ramsey desnudaba a la medular villana. Una intercepción de Wilshere la prolongó Rosicky para la carrera de Chamberlain por el costado siniestro. El centro raso de la joven perla gunner fue embocada por Giroud a gol. Uno a cero y el camino pareció allanarse para los gunners, quienes se sabían superiores, controlando el partido desde la posesión, con un Rosicky estelar.
 
Sucede que nada es seguro en el Arsenal. Cuando la marea parecía marejadilla, Agbonlahor se hizo con el esférico en tres cuartos de cancha y avanzó líneas. Koscielny no le pudo detener y hubo de ser Szczesny quien lo hizo, pero derribándole dentro del área. El arquero polaco detuvo el lanzamiento de Benteke con una buena mano abajo, pero el remate de cabeza del belga tras el rechazo ya fue imposible de atajar. Uno a uno y el partido empezó a embarrancarse para los londinenses, tan blandos como permisivo el colegiado. Entre tanta falta e interrupción, al Arsenal le costaba llegar al arco de Guzan, a quien solo vislumbró en una falta de entendimiento entre el propio estadounidense y Luna, de la que Walcott casi saca petróleo. En solidaridad con sus rivales, Szczesny salió a lo loco del área y su mal despeje a punto estuvo de ser aprovechado por Westwood para adelantar a su equipo desde lejos. Por su parte, Gibbs debió abandonar el terreno de juego tras un violento y sangriento choque. Rosicky era el único jugador gunner que sobrevivía al naufragio general, voluntarioso y clarividente, conectando líneas.
 
El segundo acto comenzó con la entrada de Cazorla en detrimento de Chamberlain, que no había sido de lo peor en el Arsenal. En apenas dos minutos, los gunners dispusieron de dos oportunidades claras para avanzarse en el luminoso, pero los duendes se le multiplicaban. Primero Giroud, que tardó en girarse dentro del área una eternidad. Y después, quién si no, Thomas Rosicky, quien bien asistido por el ariete francés la mandó a las nubes cuando ya solo Guzan se interponía entre él y el gol. Claro que el Aston Villa no iba a renunciar a meterle el miedo en el cuerpo al Arsenal y Fabian Delph estrelló un zurdazo raso en el palo izquierdo de Szczesny. Las advertencias de los villanos eran claras.
 
Y quien avisa, no es traidor. Sin un mediocentro más posicional como Arteta, el Arsenal se agrietaba entrelíneas. Y esos metros los volvió a aprovechar Agbonlahor, quien se volvió a a abalanzar sobre la defensa gunner. Koscielny se jugó todo a una carta y llegó medio segundo tarde, suficiente para derribarlo y cometer penalti. Esta vez Benteke no perdonó y engañó a Szczesny. Con su segundo gol, el delantero villano refrendaba su enorme partido, oxigenando y ofreciendo en todo momento alternativas a su equipo. Pero las pesadillas no acabarían ahí. Apenas cinco minutos más tarde, Koscielny veía la segunda amarilla por una acción sobre Weimann. Para entonces, los gunners se mostraban ya totalmente desquiciados, a lo que se sumaban las cruciales intervenciones de Guzan, quien evitó el empate en las botas de Rosicky y de Cazorla, este último tras una gran combinación con el checo y Giroud.
 
Sin embargo, todo lo que va mal siempre es susceptible de empeorar. Con el Arsenal volcado, Weimann asistió a Luna, quien recorrió cuarenta metros en solitario para definir como un maestro ante Szczesny, anotar el tercero y firmar un debut de ensueño. La marejadilla se tornaba ya en tsunami, aunque las malas noticias no acabarían ahí, ya que Sagna hubo de ser sustituido tras una aparatosa caída. No hubo tiempo para mucho más y el Arsenal debutó de la peor manera posible, con una derrota estrepitosa en casa, una expulsión, lesionados y una ristra de dudas a sus espaldas. Entre murmullos, críticas y la eterna espera de refuerzos, aguardan los gunners la decisiva eliminatoria contra el Fenerbahçe. El joven Villa de Lambert no pudo iniciar de mejor manera una temporada que se anuncia lejos de los sufrimientos pasados, agarrados a un delantero destinado a marcar goles por decenas y una época como Christian Benteke.
 

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Juan Antonio Parejo