Alvaro Oleart

Este Chelsea es una ruina (1-2)

Chelsea y Liverpool dejaron más sombras que luces en Stamford Bridge, donde ni unos ni otros fueron capaces de dominar el partido. El Liverpool se adelantó por mediación de Maxi, empató Sturridge en la segunda parte y a falta de tres minutos, Glen Johnson dio una victoria de prestigio a los «reds».

 

Premier League

Chelsea 1
Liverpool 2
Ficha técnica
1 – Chelsea: Cech; Ivanovic, David Luiz, Terry, Cole; Mikel (Sturridge, 45), Ramires (Meireles, 84), Lampard; Malouda, Mata, Drogba (Torres, 84).
2 – Liverpool: Reina; Johnson, Skrtel, Agger, José Enrique; Lucas, Adam, Kuyt, Rodríguez (Downing, 78); Suárez (Carroll, 90), Bellamy (Henderson, 67)
Goles: 0-1, m.34: Rodríguez. 1-1, m.54: Sturridge. 1-2, m.87: Johnson.
Conocer tus limitaciones. Esa es una de las claves para rendir al nivel óptimo en cualquier ámbito de la vida, incluido el fútbol. Desgraciadamente para el Chelsea y para sus aficionados, Villas-Boas no parece conocer las de su equipo. Una carencia que provocó que el Chelsea perdiera su tercer partido de la temporada, los tres contra rivales directos por los puestos europeos (Manchester United, Arsenal y Liverpool), que le sitúa a doce puntos del Manchester City tras solo doce jornadas. Pero lo peor fue que el Chelsea transmitió la sensación de ser un equipo que no sabe a lo que juega.
 
El desastre comenzó a fraguarse desde antes de que rodara el balón. Villas-Boas presentó una alineación extraña, casi contradictoria. En lugar de apostar por el control de la posesión del balón, optó por un centro del campo formado por Obi Mikel, Ramires y Lampard, dejando a Meireles en el banquillo. En punta, Drogba jugó flanqueado por Malouda y Mata. Sturridge, el jugador más en forma del equipo, se quedó en el banquillo haciendo compañía a Torres.
 
A lo largo de toda la primera mitad, el Chelsea trató de llevar el peso del partido, pero lo hizo con los jugadores equivocados. El mejor ejemplo fue la jugada que propició el primer gol del partido. Cech sacó de puerta por bajo a Obi Mikel, que recibió de espaldas al borde del área pero antes de que pudiera siquiera girarse, entre Charlie Adam y Craig Bellamy le robaron el balón. Tras una buena combinación, Maxi Rodríguez acabó marcando a placer su primer gol en su primera titularidad de la temporada. El argentino lleva ocho goles en sus últimos cinco partidos como titular.
 
Con 0-1 al descanso, Villas-Boas corrigió acertadamente el sistema, dando entrada a Sturridge por Obi Mikel. Malouda se situó en el centro del campo junto a Lampard y Ramires, y Sturridge se unió a Mata y Drogba delante. El cambio mejoró la presión de los «blues», que adelantaron las líneas y jugaron más cerca de la portería rival. Fue precisamente Malouda el que generó el gol del empate. El francés arrancó desde el medio campo libre de marca y la defensa fue retrocediendo hasta su propia área. Lanzó un fallido disparo que se cruzó en el camino de Sturridge, que solo tuvo que empujar el balón.
 
El Chelsea arrolló al Liverpool durante los primeros veinte minutos de la segunda parte. El Liverpool dio un paso atrás y se encomendó a Suárez y a contragolpe. Sin embargo, cuando tenían el partido a placer, bajaron las revoluciones otra vez, posiblemente como consecuencia del bajón físico de Drogba, Malouda y Lampard. Villas-Boas se dio cuenta y realizó dos cambios, Torres por Drogba y Meireles por Ramires, pero demasiado tarde, cuando solo quedaban seis minutos para el pitido final. Y le costó caro. En un contraataque a falta de tres minutos, un genial balón de Charlie Adam permitió que el lateral Glen Johnson encarara a Cole, le hiciera un traje a medida y definiera con determinación para dar la victoria a los suyos.
 
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La derrota deja al Chelsea, y en especial a Villas-Boas, en el ojo del huracán. En los tres meses que llevamos de temporada, el portugués no ha sido capaz de seguir la estela de los dos clubes de Manchester ni por juego ni por resultados. Además, tiene tres problemas con nombre y apellido. El primero  es David Luiz, un hombre que a pesar de sus impresionantes condiciones físicas es una calamidad táctica. El segundo es Fernando Torres, que en los diez minutos que jugó ni siquiera peleó un balón ante su exequipo, mostrando su falta de motivación y su escasa adaptación al 4-3-3 clásico del Chelsea desde tiempos de Mourinho. Lo más grave de todo es que Villas-Boas no tiene sustituto para ninguno de los dos. El tercero y último es Juan Mata, un maravilloso jugador que no tiene con quién asociarse en el terreno de juego.
 
Por su parte, a pesar de la victoria, el Liverpool tampoco tiene muchos motivos para ser optimista. Los «reds» intentaron mantener la posesión del balón, pero solo Charlie Adam parece tener las cualidades técnicas para conseguirlo a pesar de la retahíla de centrocampistas que contrató Dalglish en verano. Adam estuvo en todas partes, recuperando balones, como el del primer gol, y acertando con sus pases. Sin embargo, al igual que Mata en el Chelsea, no tiene con quién compartir el balón. Dicho esto, todavía conservan su mayor virtud: su espíritu. Superado el bajón físico de la segunda parte, supieron reponerse y llevarse una victoria de prestigio ante un rival directo por los puestos de Champions League.

 

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Alvaro Oleart