El duelo clásico del fútbol inglés llegaba pronto esta temporada, en la 3ª jornada ni más ni menos. El Liverpool llegaba como sorprendente líder de la Premier League (tras dos victorias frente a Stoke City y Aston Villa) y con un Sturridge en un estado de forma pletórico tras marcar dos goles que se tradujeron en sendas victorias. Por su parte, el Manchester United llegaba tras empatar contra el Chelsea a cero en un soporífero partido y con cuatro puntos en su haber. Las dos bajas más destacadas fueron las de Luis Suárez por parte del Liverpool, que sigue cumpliendo sanción por su famoso mordisco a Branislav Ivanovic, y la de Wayne Rooney con unos puntos en la cara tras un choque con Phil Jones en un entrenamiento.

 

El partido comenzó fuerte y quedó claro que no iba a ser tan aburrido como el del pasado lunes. Ambos equipos buscaron la pelota, pero una jugada muy temprana iba a desestabilizar el enfrentamiento. Un córner botado por el capitán Steven Gerrard era cabeceado por Daniel Agger y camino a portería Daniel Sturridge la peinaba para desviar su trayectoria y ponerla en el fondo de las mallas de Anfield Road. 1-0 en el marcador y todo el partido por delante. Este gol obligaba al Manchester United a tomar la manija del partido y afrontar uno de los retos principales para el equipo de Moyes, controlar el devenir del juego desde el doble pivote formado por Michael Carrick y Tom Cleverley.

 

La primera parte trascurrió en esta tónica, con un United buscando el gol y un Liverpool mucho más acertado con el balón, generando ocasiones aisladas con unas fulgurantes transiciones. Poco a poco el partido iba aumentando de ritmo y con ese incremento también se disparaban la tensión y los nervios, llegando al clímax en la acción en la que el árbitro le perdonó la segunda amarilla a un Robin Van Persie que agarró del cuello a Skrtel.

 

En la segunda parte, las tendencias se vieron amplificadas. Un Manchester United mas reforzado en el juego por bandas intentando buscar la superioridad mediante Antonio Valencia (que reemplazó a Phil Jones por lesión en el lateral derecho) y Ryan Giggs, sustituido más adelante por Luis Nani. Frente a estos, un Liverpool bien plantado en sus líneas defensivas con un impresionante partido de sus dos laterales, Glenn Johnson (que se retiró lesionado a falta de 10 minutos y será baja con la selección inglesa) y el español José Enrique. Esta solidez defensiva, y un más que correcto Simon Mignolet desbarataron las últimas internadas de Robin Van Persie, que retrasó la posición para dar entrada a un insulso ‘Chicharito’ Hernández.

 

El 1-0 en el marcador final genera mucha incertidumbre en un Manchester United que se presenta en el último día del mercado de fichajes con los nombres de Ander Herrera, Marouane Fellaini y Leighton Baines encima de la mesa, aunque es el primero el que suena con más fuerza. Por otro lado, los Reds esperan confirmar en las próximas horas las contrataciones de Mammadou Shako (17 millones de euros) y Tiago Ilori (13), así como la cesión por un año de Víctor Moses, procedente del Chelsea. Suficiente como para completar un equipo que, sumado a la vuelta de Luis Suarez, se ha postulado como candidato a pelear un puesto de Champions League.