Alvaro Oleart

Evra-Suárez: juego de rufianes

 «Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos». Confucio
 
¿Es llamar «negrito» a Patrice Evra un insulto racista? A medias. No solo porque el jugador del United más que «negrito» es un «negrazo» (entiéndase que no hay la más mínima intención de insultar a Evra, simplemente es un hecho que es negro, de tez oscura), sino también por el contexto en que este insulto salió de la boca de Luis Suárez. Dentro de un campo de fútbol cualquier cosa es posible. Llamar «negrito» a un rival es lo menos que puede ocurrir, y no es peor que «hijo de puta» o cualquier otro descalificativo.

 
Sin embargo, por ese desliz ocurrido en diciembre, a Luis Suárez le cayeron ocho partidos de sanción. Pero la cosa no se quedó ahí. Una vez cumplida la sanción, el destino nos deparó una nueva entrega del culebrón. Ocurrió el pasado sábado, cuando Manchester United y Liverpool se enfrentaban de nuevo en liga. No hubo siquiera que esperar al pitido inicial para dar cuenta del primer encontronazo entre ambos. Durante el tradicional saludo entre ambos equipos antes del partido, Luis Suárez le negó la mano a Evra de malos modos. 

 
Un momento, ¿Suárez le negó la mano a Evra? ¿No era Suárez el agresor y Evra la víctima? ¿No ocurrió hace una semana exactamente la misma situación a la inversa, cuando se anuló el saludo entre QPR y Chelsea por temor a que se le negara la mano a John Terry porque éste había insultado de forma racista a Anton Ferdinand? En caso de que alguno de los dos negara la mano al otro, ¿no debería de haber sido Evra el que debía negarle la mano a Suárez y no a la inversa? 
 
Suárez interpretó que Evra había traicionado la regla no escrita de los futbolistas de no chivarse al árbitro de los insultos. «Lo ocurre entre futbolistas queda entre futbolistas», debe pensar el delantero del Liverpool. Ésa es su justificación para no dar la mano al francés. Sin embargo, ¿no es el mismo delito tratar de desconcentrar a un rival llamándole «negrito» que denunciando dichas palabras al árbitro? Cuanto menos, están al mismo nivel, aunque a uno le hayan caído ocho partidos y al otro ninguno. La sanción a Suárez no es responsabilidad de Evra, es de la FA. Suárez nunca debió negar la mano al lateral francés del United. 
 
Dicho todo esto, Evra tampoco es ningún santo. Tras la victoria de los suyos ante el Liverpool, sus aspavientos a la hora de la celebración fueron desmesurados y provocativos. Se puso al nivel de Suárez. Entró en un juego de rufianes opuesto a la caballerosidad que debería reinar en todo deporte. Más si cabe en el fútbol, cobrando los millones que cobran y jugando en dos equipos tan míticos como el Manchester United y el Liverpool, pues millones de personas siguen cada partido de ambos clubes. Lo mínimo que pueden hacer es comportarse de forma ejemplar. Además de dar patadas a un balón, es la única responsabilidad que tienen para con la sociedad. 

 
Lo más triste de todo es que muchos demuestran no aprender con el tiempo. Confucio, un filósofo chino que vivió hace 2500 años, la clavó con su frase sobre la caballerosidad. Las palabras de Evra y Suárez son mucho mejores que sus actos (como demuestran las disculpas del propio Suárez sobre su comportamiento) y no parecen tener vergüenza alguna de ello. No son caballeros.
 

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Alvaro Oleart