Una semana más, y ya van tres de tres, el partido del Manchester United sirvió para dar inicio a un nuevo fin de semana en la Premier League. En esta ocasión, su rival era un Newcastle que llegaba a este tercer envite con una dinámica ciertamente negativa después de cosechar tan sólo un punto en los dos primeros encuentros y que además venía de ser superado claramente por el Swansea el pasado fin de semana.

 

En una situación opuesta llegaba su contendiente, un Manchester que si bien no había convencido en las dos jornadas disputadas hasta el momento (ambas saldadas con un resultado de 1-0 a su favor), sí había obtenido mejores sensaciones en el choque en la previa de Champions frente al Brujas, gracias a la portentosa inspiración de Memphis Depay.

 

Van Gaal decidió introducir un cambio respecto al once titular con el que formó entre semana: la introducción de Bastian Schweinsteiger en sustitución de Michael Carrick. Steve McLaren, por su parte, introdujo tres novedades: Aleksandar Mitrović, Ayoze Pérez y Steven Taylor fueron titulares en detrimento de Papiss Cissé, Moussa Sissoko y el lateral holandés Daryl Janmaat, baja por sanción.

 

La impresión inicial era que los Magpies podían tener ciertos problemas en la zaga, debido a que la carencia de un sustituto natural para Janmaat provocó que McLaren tuviese que desplazar al central Mbemba a la banda para así ubicar a Taylor en el eje de la defensa. Una línea de cuatro alternativa y aparentemente asequible para el arsenal ofensivo del Manchester United.

 

Los primeros compases del enfrentamiento siguieron el guión esperado: los de Van Gaal monopolizaban la pelota y el Newcastle aguardaba a la expectativa. Las Urracas no incomodaban en exceso la salida del balón del United, limpia y bien dirigida por Morgan Schneiderlin y, en menor medida, por Schweinsteiger, quienes surtían de balones a sus compañeros, generalmente buscando la participación de Depay y Mata, con tendencia a irse hacia el centro y dejar sus respectivos carriles libres para las subidas de Shaw y Darmian.

 

El Newcastle sufría para contener las acometidas locales, perdiendo el control del mediocampo y mostrándose inocuo en ataque debido a los problemas generados por la pareja conformada por Anita y Colback en el pivote, incapaz de salir con el balón jugado desde atrás. Precisamente en una pérdida rápida tras un saque de puerta, Wayne Rooney anotó un tanto que no subió al marcador debido a un error del árbitro asistente, que señaló un inexistente fuera de juego.

 

Tras un dominio abrumador del United en los primeros quince minutos, en los que Krul realizó una buena parada ante un disparo de Mata, el Newcastle consiguió paliar, en cierto modo, los ataques de los Red Devils. Con Ayoze (que estrenaba titularidad esta temporada) bajando a ayudar en la creación, el conjunto de McLaren fue capaz de quitarse de encima la presión local y, mediante sus dos laterales, pudo avanzar metros y equilibrar relativamente el partido. También fue muy relevante la aportación de Aleksandar Mitrović, que se valió de sus extraordinarias cualidades físicas para ser un punto de apoyo para sus compañeros, que descubrieron en el delantero serbio un recurso a explotar. A pesar de estar emparejado con Chris Smalling, Mitrović se mostró excelso en el juego aéreo, hasta el punto de que estuvo muy cerca de abrir el marcador con un remate que se estrelló en el larguero.

 

La mejoría del Newcastle provocó que se originaran espacios para que jugadores veloces como Depay o Januzaj pudiesen imprimir velocidad en las transiciones. Sin embargo, se llegó al descanso sin goles en el marcador y con la sensación de que el partido iba a ser más complejo para el United de lo que cabía esperar tras el primer cuarto de hora de dominio absoluto.

 

En el segundo tiempo, la entrada de Carrick por Schweinsteiger propició una mejoría ostensible en la circulación del balón y el United volvió a adueñarse del encuentro, pero con un Newcastle bien plantado en defensa y que desbarataba con relativa sencillez los ataques locales. Sin embargo, los Magpies perdieron presencia arriba una vez que Ayoze y Mitrović se quedaron sin fuelle, y sus ofensivas se limitaron a jugadas más aisladas. La entrada del recién contratado Florian Thauvin supuso un soplo de aire fresco para los visitantes, aunque el exjugador del Marsella no tuvo demasiadas oportunidades para brillar en un escenario antagónico para sus cualidades.

 

Por parte del Manchester, la entrada de Chicharito por Januzaj suspuso un notable aumento de peligro hacia el marco de Tim Krul, permitiendo además que Wayne Rooney participase más en el juego de su equipo. El propio delantero mexicano pudo adelantar al United tras un rebote que le dejó sólo ante el arquero neerlandés, que sacó un buen pie para evitar el tanto. La parte final del partido fue un acoso constante de un United que se sentía muy superior a su rival, por lo que se acabó volcando en busca de un gol que no llegó. Smalling, en un córner, envió un balón al poste, y en el contraataque siguiente el Newcastle desperdició un tres para uno gestionado de forma paupérrima.

 

Los Red Devils rondaron un par de veces más el área visitante, pero no fue suficiente. El Manchester United se deja los dos primeros puntos de la temporada, quizás en el partido en el que más méritos realizó para salir victorioso. Los de Van Gaal reafirman su fiabilidad defensiva pero su eficacia de cara a portería sigue en entredicho después de haber anotado únicamente dos goles en 270 minutos de Premier League disputados, uno de ellos en propia puerta. Es la asignatura pendiente de un United que la próxima semana visitará el complicado Liberty Stadium.

 

Por su parte, el Newcastle sigue sin conocer la victoria después de tres jornadas, aunque es justo reconocer que no ha tenido un calendario demasiado asequible. Los nuevos fichajes de los norteños son francamente ilusionantes, pero esas altas expectativas deberían comenzar a dar sus frutos y verse reflejadas en los resultados antes de que la impaciencia se adueñe de los aficionados de St. James’ Park. La visita del Arsenal la próxima semana no parece la ocasión más propicia para conseguir el primer triunfo.