El contrato se prolongará durante tres años y Gazprom pagará el consumo de gas y electricidad del Chelsea. Los campeones de Europa no han ofrecido datos sobre el valor del contrato, afirmando que son «comercialmente confidenciales».
El Chelsea no ha afirmado si el contrato se ha cerrado a intereses de mercado, aunque el nuevo organismo de control financiero de la UEFA examinará detenidamente el contrato.
Las reglas de la UEFA estipulan que los clubes no deben aceptar contratos de patrocinio inflados desde «partes relacionadas». El propietario del club, Roman Abramovich, vendió sus acciones en la compañía petrolífera Sibneft a Gazprom por 8.400 millones de libras en 2005 y las reglas de la UEFA definen transacciones de terceros como aquellas en las que existe una «influencia significativa» sobre los patrocinadores del club.
«Influencia significativa es la capacidad para participar en las decisiones sobre política financiera y operativa de una entidad, pero no es necesario tener control sobre esas políticas», estipula la regla. «La influencia significativa puede existir mediante propiedad compartida, contratos o acuerdos».
Se desconoce si existen acuerdos de ese tipo entre Abramovich, que fue propietario del Chelsea durante dos años antes de vender Sibneft, y Gazprom, controlado por el Kremlin a través de varias filiales que colectivamente suman el 50.002 por ciento de la compañía.
Las normas de la UEFA estipulan que un acuerdo o transacción se considerará como ilegal si los términos del mismo son más favorables para las partes de lo que habrían sido en caso de no existir una relación entre las mismas.
En 2010-11, el último año del que existen cuentas, el Chelsea perdió 72,04 millones de libras y era el club inglés con una nómina más alta. Sin embargo, sus intentos por cumplir las normas de la UEFA habrán recibido un empujón gracias a los 47 millones de libras que el club ingresó gracias a su triunfo en la pasada edición de la Champions League, un incremento de 12,1 millones de libras respecto al año anterior.