«En 1969 dejé las mujeres y la bebida, pero fueron los peores veinte minutos de mi vida”. Esta frase definiría muy bien a aquel chico de Belfast que marcó una época en el Manchester United, George Best.
Best nació en Belfast (Irlanda del Norte) el 22 de mayo de 1946. Aunque durante su infancia jugaba al rugby en su ciudad natal, pronto se decantaría por el fútbol, donde destacaría por su enorme velocidad y capacidad para marcar goles. Aquel joven era todo un portento.

La afición aún se recuperaba del trágico accidente de 1958, donde murieron 23 personas, entre ellas ocho jugadores. Bobby Charlton, uno de los supervivientes del accidente, además del propio entrenador Busby, compartieron vestuario con el joven Best y juntos devolverían al United a la élite del fútbol años más tarde.
Best ganaría 2 ligas con el Manchester United, en 1965 y en 1967, además de la gran esperada Copa de Europa en 1968, esa que tanto ansiaba conseguir aquella generación del 58. Aquella final se decidió por 4-1 a favor del United frente al Benfica, por aquel entonces uno de los grandes de Europa, que tenía entre sus filas a la ‘pantera negra’ Eusebio. En aquella final, Best ofreció un recital de fútbol y marcó el 2-1 en la recta final del partido, que terminaría por hundir al equipo lisboeta. Aquel año, 1968, el Balón de Oro sería para George Best por unanimidad.

Best terminó abandonando el United en 1974, dando vueltas por diferentes clubes del Reino Unido y de Estados Unidos. Aquí cabe destacar su paso por el Fulham, donde demostró que aún le quedaba algo de la calidad que había demostrado en Manchester. También en Estados Unidos hizo un gran papel en Los Angeles Aztecs, donde sería nombrado el mejor centrocampista de la NALS en 1978.

George Best es a la vez la cara y la cruz del fútbol. Aquel chico de Belfast pasó de ser una estrella del fútbol a acabar con su carrera por culpa de los excesos fuera del terreno de juego. Es una pena que hoy en día muchos aficionados al fútbol recuerden a Best más por sus problemas extradeportivos que por su aportación al mundo del fútbol. Pero antes de convertirse en un icono pop como Andy Warhol o Bob Marley, George Best fue ante todo uno de los mejores jugadores de fútbol que Reino Unido ha ofrecido al mundo.