Anfield pasó de las lágrimas a la indignación en una tarde repleta de emociones, en la que, por desgracia, el árbitro Mike Halsey acabó acaparando todo el protagonismo.

 

El homenaje a las víctimas de Hillsborough y sus familias fue respetado escrupulosamente por todas las personas que acudieron a Anfield. Luis Suárez estrechó la mano de Patrice Evra y todo parecía dispuesto para que las miradas se centraran en el fútbol. No fue el caso.

 

El Liverpool dominó la primera parte gracias principalmente a la fantástica presión y despliegue físico de Joe Allen y Steven Gerrard en la medular, secundados por la imaginación de Suárez y la velocidad de Raheem Sterling en la zona ofensiva. El United sufría para retener el balón. Carrick y Giggs se vieron desbordados por sus rivales en el centro del campo. No se tuvieron noticias de Nani en el lado izquierdo.

 

Seis minutos antes del descanso, llegó la jugada decisiva del encuentro. Shelvey realizó una entrada sobre Giggs y el balón quedó dividido. El jugador inglés del Liverpool se lanzó a por él junto con Evans. Ambos fueron con ambos pies por delante, con la diferencia de que Evans llegó antes al balón y mantuvo sus pies a ras de suelo. Shelvey, por el contrario, llegó tarde y levantó sus pies más de la cuenta. Halsey consideró la entrada como roja directa, aunque tal vez una amarilla podría haber sido suficiente. Shelvey se enzarzó en una agria discusión con Ferguson cuando abandonó el terreno de juego. “Cuando vea la entrada, tal vez me quiera pedir disculpas, debería”, afirmó el técnico del United en la rueda de prensa posterior.

 

El Liverpool continuó presionando a pesar de su inferioridad numérica. El gol de Steven Gerrard un minuto después del descanso hizo justicia a la superioridad de los Reds hasta entonces. Gerrard marcó de volea con la izquierda después de que la defensa del United no fuera capaz de rechazar un centro desde la izquierda de Suso. El capitán besó el escudo y señaló el cielo con sus dedos. Su primo de diez años falleció en Hillsborough.
Pero la alegría solo duró cinco minutos. Los que tardó el lateral brasileño Rafael en enviar con su pierna izquierda (la menos buena) un disparo con rosca ajustado al palo de Reina.

 

Halsey acertó al no señalar penalti de Evans sobre Suárez y luego de Scholes sobre Sterling. Pero, en cambio, concedió al United un rigurosísimo penalti a falta de 14 minutos para el final por una entrada de Johnson sobre Valencia. La impresión es que el lateral Red contacta levemente a Valencia, que exhibió sus mejores dotes dramáticas para engañar al colegiado.

 

Robin van Persie fue el encargado de lanzar y marcar el primer penalti para el United esta temporada, tras fallar los tres anteriores (el propio van Persie, Chicharito y Nani). Reina adivinó la trayectoria y llegó a tocar el balón, pero el holandés ajustó al milímetro su lanzamiento.

 

En los compases finales, The Kop coreó el nombre de Brendan Rodgers, pero un tarde emotiva concluyo en derrota. El Liverpool se encuentra en zona de descenso con solo dos puntos y sigue buscando su primera victoria. Aunque jugando como ante el United, tardes de gloria esperan a Anfield.