Los tres cambios de Arsène Wenger (dos tácticos y uno obligado) prepararon el terreno para la apoteósica despedida de Thierry Henry del fútbol inglés. El empate de Aaron Ramsey parecía sellar un empate que habría ofrecido una solución de compromiso a David Miliband (el exsecretario de asuntos exteriores era aficionado del Arsenal antes de convertirse en vicepresidente del Sunderland), pero Andrey Arshavin generó la jugada que permitió la memorable volea de Henry para el 1-2 en el tiempo añadido.

 

Los tres jugadores habían comenzado en el banco, mientras Henry fue aplaudido por los aficionados del Sunderland cuando calentó y luego sustituyó a Alex Oxlade-Chamberlain. Poco imaginaban esos aficionados lo que el delantero, que vuelve a los New York Red Bulls el jueves tras la finalización de su cesión, les tenía reservados.

 

«Thierry cerró la historia de la leyenda hoy», dijo Wenger, que dudó inicialmente sobre la posibilidad de traerle de vuelta. «Thierry demostró que su excepcional talento sigue vivo».

 

Henry sacó al Arsenal del atolladero. «Fue muy difícil», dijo Wenger. «Sunderland tiene mucho espíritu ahora, pero fuimos inteligentes y pacientes». Su equipo volverá a este mismo escenario el próximo sábado para la 5ª ronda de la FA Cup. Esperemos una repetición de la emocionante segunda parte antes que de la soporífera primera.

 

Posiblemente, el Sunderland acusó el cansancio acumulado de la prórroga del miércoles ante el Middlesbrough y tal vez el Arsenal tenía un ojo puesto en el choque del miércoles ante el Milán en la Champions League, pero los primeros 45 minutos fueron horribles. El Arsenal monopolizó la posesión pero no generó peligro. El plan del Sunderland consistía en detener a Oxlade-Chamberlain con dos hombres y tratar de cazar un contragolpe. Pero les faltó velocidad, tanto física como mental.

 

Lo más emocionante de la primera parte fue un penalti reclamado por el Sunderland. Per Mertesacker tocó el balón claramente con la mano, pero el árbitro, Neil Swarbrick, rechazó las reclamaciones del Sunderland, sugiriendo que fue accidental. Lo cierto es que pareció un penalti claro, como afirmó luego Martin O’Neill, que dijo que «no merecimos perder».

 

Las cosas mejoraron en la segunda parte. Wojciech Szczesny repelió una dura volea de Craig Gardner, Henry sustituyó a Oxlade-Chamberlain y luego marcó el Sunderland. Mertesacker se lesionó los ligamentos del tobillo tratando de controlar el balón, cayó y permitió a James McClean adentrarse por la izquierda y acabar marcando desde un ángulo casi imposible.

 

Las cosas pintaban mal, con el marcador en contra a falta de 20 minutos y Mertesacker lesionado. Pero en la desgracia, el Arsenal halló la fortuna. Ramsey entró para sustituir al alemán y en casi su primer toque igualó la contienda con un disparo desde el borde del área. Ya en el descuento llegaría el tanto definitivo de Henry. El francés golpeó de volea un centro de Arshavin y puso el 1-2 que permite al Arsenal empatar a puntos con el Chelsea y escalar a la cuarta plaza por diferencia de goles. Merci, Monsieur Henry.