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El fútbol inglés está viviendo una de sus épocas doradas. Estadios llenos cada semana, un estilo de fútbol atractivo para el espectador, varios de los mejores jugadores del mundo y una altísima competitividad entre varios clubes convierten al fútbol inglés en uno de los dos mejores del mundo. La actuación de los clubes ingleses en la mayor competición continental, la Champions League, avala esta tesis. No es casualidad que en seis de las últimas siete finales de esta competición haya habido un finalista inglés, incluída una final entre dos clubes ingleses (la disputada en 2008 entre Chelsea y Manchester United en Moscú). Tampoco es casualidad que en estas seis finales hayan habido cuatro distintos clubes ingleses, quedando patente la pluralidad del dominio en Inglaterra. La competitividad es máxima.
El fútbol inglés es el mejor en la actualidad
En seis de las últimas siete finales de la UCL ha habido un club inglés
Nacida en la temporada 1955-56, la Copa de Europa (actual Champions League) permitió desde sus inicios discernir quién gobernaba el fútbol europeo. Los clubes españoles, «sorprendentemente» (entiéndase la ironía) el Real Madrid y el FC Barcelona, fueron finalistas en nueve de las primeras once finales. El fútbol español fue el primer dominador del panorama europeo, gracias al Real Madrid de Di Stéfano (que ganó las primeras cinco Copas de Europa) y el FC Barcelona de Kubala. También a nivel internacional la selección española alcanzó la gloria europea en 1964, cuando el equipo liderado por Luis Suárez, Marcelino, Amancio, Jesús Pereda o Iríbar se coronaron campeones de Europa.
Los «Busby Babes» y la Copa del Mundo
Sin embargo, la supremacía española finalizó con aquella generación. Italia fue la sucesora de España, después de que Milán e Inter ganaran tres ediciones consecutivas de la Copa de Europa entre 1963 y 1965. Tras este breve período de dominio italiano, Inglaterra tomó el relevo. El Manchester United de Sir Matt Busby ya había deslumbrado a propios y extraños en la Copa de Europa de 1958-59, en la que se plantaron en semifinales tras batir al Estrella Roja de Belgrado en cuartos de final. Desgraciadamente para el fútbol, el accidente de aviación de Múnich acabó con el futuro de aquella generación. Ocho jugadores fallecieron y la mayoría resultaron heridos. Aquel equipo, con las bajas causadas por el desastre aéreo, cayó en semifinales ante el Milán dos meses más tarde. Hasta entonces, ningún equipo inglés había parecido tener tantas posibilidades de ganar una Copa de Europa.

Sir Matt Busby, a pesar de salir malherido del accidente, se repuso y siguió entrenando al Manchester United, formando de nuevo un equipo competente. Dos de los pilares de los renovados «red devils», Nobby Stiles y Bobby Charlton, levantaron la Copa del Mundo de 1966 con Inglaterra, la única de su historia. Dos años más tarde, el equipo inglés logró la tercera plaza en la Eurocopa de 1968, la mejor posición lograda por Inglaterra en la historia de esa competición. Pocos meses antes de esa Eurocopa de 1968, los «Busby Babes», liderados por Charlton y Best, levantaron la Copa de Europa, batiendo al Benfica por 4-1 en Wembley. El fútbol inglés dominaba el continente.
La aparición de los entrenadores más míticos de la historia
Aunque la supremacía inglesa se diluyó algo a nivel europeo, pues no hubo siquiera finalistas ingleses en la Copa de Europa entre 1968 y 1977, lo cierto es que fue en esta época cuando apareció uno de los entrenadores más legendarios de la historia del fútbol inglés. Un tal Brian Clough lideró al Derby County desde la segunda división hasta el título de la First Division en 1971-72.
Una de las figuras clave de aquella época no se encontraba en los banquillos. En 1974, el laborista Denis Howell fue nombrado ministro de deportes. Ante el incipiente fenómeno del «hooliganismo», Howell se reunió en numerosas ocasiones con la NATFED (la organización que agrupaba a los SC, los clubes de aficionados) y mantuvo a los «hooligans» a raya. Por ejemplo, Howell logró que las televisiones no incluyeran cantos obscenos en sus retransmisiones, una costumbre que ha perdurado hasta la actualidad.

El buen hacer de Howell desde el gobierno, sumado al de entrenadores como Bill Shankly, Brian Clough o Bob Paisley desde los banquillos, se vio reflejado nuevamente en las competiciones europeas. El Leeds United alcanzó la final de la Copa de Europa en la temporada 1974-75, la famosa campaña en la que Brian Clough dirigió al club durante 44 días, tras suceder al mítico Don Revie. Aquel Leeds, entrenado por Jimmy Armfield, anticipó el auge nunca visto del fútbol inglés. En 1977, dos años después de la derrota del Leeds en la final de la Copa de Europa, el Liverpool se convirtió en el segundo equipo inglés en alzarse como el mejor de Europa, después de los citados «Busby Babes». Aquella victoria marcó el punto de partida de la época de mayor dominación inglesa sobre el continente. Entre 1977 y 1982, seis clubes ingleses se proclamaron consecutivamente campeones de la Copa de Europa. Un total de siete campeones en ocho años y de ocho finalistas en nueve.
El club que marcó el camino fue el Liverpool de Bob Paisley, que sucedió a Bill Shankly, que se alzó con tres Copas de Europa (1976-77, 1977-78, 1980-81), seis títulos de la First Division (1975-76, 1976-77, 1978-79, 1979-80, 1981-82, 1982-83), tres Copas de la Liga (1981, 1982, 1983) y una Copa de la UEFA (1976). Brian Clough tomó el relevo del Liverpool de Paisley. El Nottingham Forest de Clough se alzó con la First Division de 1977-78, dos Copas de Europa consecutivas (1978-79, 1979-80) y dos Copas de la Liga (1978, 1979). Aunque menos conocido que los anteriores, también merece su hueco en esta historia Tony Barton. Tras una carrera poco exitosa como jugador en el Portsmouth, entrenó al Aston Villa entre 1982 y 1984. En sus dos años al frente de los «villanos», cosechó el mayor éxito de la historia del club, la Copa de Europa de 1981-82, tras batir al Bayern de Múnich en Rotterdam. El punto final a la dominación inglesa de Europa lo puso el Liverpool, donde Joe Fagan había sucedido a Bob Paisley. Los «reds» ganaron la Copa de Europa de 1983-84 tras derrotar a la Roma, que para más inri era la anfitriona de la final.

También a título individual se sucedieron los galardones. Ian Rush cosechó la única Bota de Oro lograda por un jugador perteneciente a un equipo inglés en el siglo XX, lograda en la temporada 1983-84, cuando anotó la nada despreciable suma de 32 goles con el Liverpool en liga. En cuanto al prestigioso Balón de Oro, entre 1963 y 1971 hubo siete finalistas que representaban a clubes ingleses. Tres de esos siete finalistas se acabaron llevando el premio: Denis Law (1964), Bobby Charlton (1966) y George Best (1968), todos en su etapa en el Manchester United. El único de los finalistas que nunca logró el trofeo fue la leyenda del West Ham Bobby Moore, que en 1970 quedó segundo, por detrás del goleador por excelencia de la época, Gerd Muller. Unos cuantos años más tarde, dos jugadores británicos retornaron a los puestos de honor del Balón de Oro. Kevin Keegan lo ganó en 1978 y 1979, mientras que Kenny Dalglish y Gary Lineker se quedarían muy cerca de conseguirlo, logrando la segunda posición en este prestigioso premio. El primero lo hizo en 1983, tras Michel Platini, y el segundo en 1986, por detrás del ruso Igor Belanov.
Entre 1966 y 1984, Inglaterra ganó una Copa del Mundo y logró su mejor clasificación en una Eurocopa hasta la actualidad; los clubes ingleses ganaron ocho Copas de Europa de las 19 disputadas; emergieron algunos de los entrenadores más míticos de la historia del fútbol, como Sir Matt Busby, Bill Shankly, Don Revie, Brian Clough, Bob Paisley o Joe Fagan; y, por último, numerosos jugadores británicos triunfaron tanto en el Balón de Oro como en la Bota de Oro, los dos premios individuales más prestigiosos a nivel individual. El fútbol inglés había tocado techo, pero no tardaría en caer. Y el golpe resultó casi mortal.