Amistoso
Inglaterra | 2 |
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Holanda | 3 |
Ficha técnica |
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2 – Inglaterra: Joe Hart, Micah Richards, Leighton Baines Gareth Barry (James Milner, 46), Chris Smalling (Phil Jones, 64), Gary Cahill, Ashley Young, Scott Parker, Danny Welbeck (Campbell, 80), Steven Gerrard (Sturridge, 33, Theo Walcott, 88), Adam Johnson (Downing, 61). |
3 – Holanda: Maarten Stekelenburg Khalid Boulahrouz (Vlaar, 82), Johnny Heitinga, Joris Mathijsen, Erik Pieters (Schaars, 46), Mark van Bommel, Dirk Kuyt, Nigel De Jong, Robin Van Persie (Huntelaar, 46, De Jong, 62), Wesley Sneijder (Emanuelson, 76), Arjen Robben. |
Goles: 0-1, m.57: Robben. 0-2, m.60: Huntelaar. 1-2, m.85: Cahill. 2-2, m.90: Young. 2-3, m.90+2: Robben. |
El encuentro amistoso entre Inglaterra y Holanda estuvo presidido por la locura. Pero a pesar de eso, los aficionados ingleses abandonaron Wembley con una conclusión evidente: su selección no puede competir con los mejores equipos europeos. Entre los que, por cierto, se encuentra su rival de esta noche.
La locura comenzó antes del encuentro, cuando Stuart Pearce, que debutaba como técnico de la selección, perdió hasta cinco jugadores por lesión. A ellos se sumaron otros tres durante el encuentro, Steven Gerrard, Chris Smalling y Daniel Sturridge. Sin embargo, los ingleses remontaron un 0-2 en los últimos cinco minutos. Para rematarlo, Arjen Robben puso el 2-3 definitivo en el tiempo añadido.
El empate habría sido un resultado muy injusto. La sensación en Wembley fue que Holanda marcó cuando quiso y ni siquiera tuvo que emplearse a fondo para adueñarse del partido. El equipo holandés es un producto acabado, pulido con el paso de los años y la participación en grandes contiendas. El equipo de Pearce es todo lo contrario. Ha cambiado el técnico, los jugadores van y vienen, se acumulan los sobresaltos fuera de los terrenos de juego y persiste la sensación de que no existe una línea clara de juego.
Pearce le dio el brazalete a Parker y optó por un 4-2-3-1 con Welbeck solo en punta y Gerrard, Johnson y Young por detrás. Gerrard tuvo que retirarse lesionado a la media hora y fue sustituido por Sturridge, que fue uno de los mejores hasta que también tuvo que abandonar el césped por lesión.
Los ingleses no sufrieron en la primera parte con Parker y Gareth Barry anclados frente a la defensa, pero no crearon excesivo peligro hasta la aparición de Sturridge.
Así las cosas, lo más entretenido fue la pugna entre Sneijder y Parker por el centro del campo, que acabó en un conato de trifulca entre ambos que no pasó a mayores.
Los holandeses, que alinearon a ocho de los jugadores finalistas de la Copa del Mundo, se sintieron siempre más cómodos sobre el terreno de juego, aunque exhibieron una extraña displicencia que impidió que plasmaran su superioridad en el marcador.
En la segunda parte, los holandeses pusieron una marcha más y eso se reflejó rápidamente en el marcador. Primero, Robben inició un contraataque en campo propio que él mismo culminó batiendo a Hart desde el borde del área inglesa con un tiro cruzado. Huntelaar, que sustituyó a Van Persie en el descanso, arrastró inteligentemente a Smalling y Cahill para abrir paso a su compañero.
Al cabo de un par de minutos, Huntelaar volvería a dejar en evidencia a la pareja de centrales inglesa. Kuyt envió un magnífico centro desde la derecha que remató Huntelaar colándose entre los centrales. El holandés chocó con Smalling y ambos tuvieron que ser retirados del terreno de juego.
Con el 0-2, Inglaterra reaccionó a base de empuje, un poco de fútbol, algo de fortuna y la colaboración inestimable del colegiado. Cahill puso el 1-2 a falta de diez minutos en claro fuera de juego e inmediatamente después, Young puso el empate con una excelente definición con su pie izquierdo. Pero por una vez se hizo justicia, y en tiempo añadido Robben puso el 2-3 que reflejaba en el marcador lo visto sobre el césped de Wembley.